
El nuevo Informe mundial sobre los determinantes sociales de la equidad en salud, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), subraya _lo que ya sabíamos_ que las causas subyacentes de la mala salud a menudo se derivan de factores ajenos al sector de la salud, como la falta de vivienda, educación y oportunidades laborales de calidad.
Este informe mundial ilustra la importancia de hacer frente a los determinantes sociales interrelacionados y proporciona estrategias basadas en la evidencia y recomendaciones sobre políticas para ayudar a los países a mejorar los resultados de salud para todos.
Tiene especial relevancia para nosotros pues Panamá enfrenta una profunda desigualdad social, que, lógicamente es causa de una profunda inequidad en salud. Veamos un resumen de la Nota de Prensa de la OMS, conozcamos el informe y démosle un vistazo a nuestra situación.
Determinantes sociales de la equidad en salud
De acuerdo con la Nota de Prensa de la OMS, el nuevo Informe mundial sobre los determinantes sociales de la equidad en salud muestra que, “esos determinantes pueden ser responsables de una reducción drástica de la esperanza de vida sana, a veces en decenas de años, tanto en los países de ingreso alto como en los de ingreso bajo. Por ejemplo, las personas del país con la esperanza de vida más baja vivirán, en promedio, 33 años menos que las nacidas en el país con la esperanza de vida más alta. Los determinantes sociales de la equidad en la salud pueden influir en los resultados de salud de las personas más que su genética o el acceso a la atención de salud”.
En nuestro caso, enfrentamos una profunda desigualdad social evidenciada por un coeficiente de Gini de 50.9 en 2021, uno de los más altos de América Latina UNDP. El 10% más rico concentra el 66% de la riqueza, mientras que el 50% más pobre posee solo el 5% UNDP. Las disparidades se acentúan en áreas rurales e indígenas, donde la pobreza alcanza hasta el 76% ReliefWeb. Además, los trabajadores menos calificados ganan hasta un 74% menos que aquellos con educación terciaria Banco Mundial. Estas brechas limitan el acceso a servicios básicos y oportunidades, perpetuando la exclusión social y económica en el país.
En el informe se subraya que “las inequidades en la salud están estrechamente vinculadas con los niveles de desfavorecimiento social y de discriminación. La salud sigue un gradiente social por el que cuanto más desfavorecida es la zona en la que viven las personas y más bajos son sus ingresos y menos años de educación han recibido, peor será su salud y menor el número de años que vivan sanamente. Estas desigualdades se agravan en las poblaciones que padecen discriminación y marginalización. Uno de los ejemplos más claros es el hecho de que los Pueblos Indígenas tienen una esperanza de vida más baja que las demás poblaciones, tanto en países de ingreso alto y como en países de ingreso bajo”.
Pobreza Multidimensional en Panamá
En Panamá, la pobreza multidimensional ha mostrado una tendencia ligeramente decreciente en los últimos años. Según el más reciente documento del PNUD, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) nacional, la incidencia pasó del 19% en 2018 al 14.8% en 2022, lo que representa una mejora significativa en las condiciones de vida de aproximadamente 130,000 personas . Este índice evalúa múltiples dimensiones del bienestar, incluyendo salud, educación, vivienda y acceso a servicios básicos.
A pesar de estos avances, persisten desigualdades marcadas, especialmente en las comarcas indígenas como Guna Yala y Ngäbe-Buglé, donde las privaciones en vivienda, agua potable y saneamiento son más agudas . En el ámbito infantil, se estima que uno de cada tres niños, niñas y adolescentes vive en pobreza multidimensional, con una intensidad promedio de privaciones que disminuyó ligeramente del 46% en 2018 al 43% en 2022.
El análisis por corregimientos revela disparidades territoriales significativas, con zonas rurales y comarcas indígenas enfrentando mayores desafíos . Estos datos subrayan la necesidad de políticas públicas focalizadas que aborden las múltiples dimensiones de la pobreza y reduzcan las brechas existentes entre diferentes regiones y grupos poblacionales.
Como consecuencia, mientras que la esperanza de vida de un panameño de la ciudad es de 80.6 años, en nuestras Comarcas Indígenas apenas llega a 71 años. De hecho los habitantes de nuestras provincias más ricas, viven casi diez años más y en mejores condiciones que los panameños de nuestras tres Comarcas. Solo este indicador demuestra en Panamá no hay equidad en salud.
Peor ocurre para la mortalidad infantil, la cual es dos o tres veces mayor es en las Comarcas que en las provincias más ricas; y con la mortalidad materna que es cuatro veces mayor en las Comarcas que en las provincias con menor IPM.
Ver otras publicaciones del blog sobre el determinantes sociales de la salud aquí.
¿Cómo abordar los determinantes sociales de la equidad en salud?
La OMS hace un llamado a la acción colectiva de los gobiernos nacionales y locales y de los líderes de los ámbitos de la salud, los círculos académicos, la investigación y la sociedad civil, junto con el sector privado, para:
- abordar la desigualdad económica e invertir en infraestructura social y servicios públicos universales;
- superar la discriminación estructural y los factores determinantes y los efectos de los conflictos, las emergencias y las migraciones forzadas;
- gestionar las dificultades y oportunidades de la acción climática y la transformación digital para promover los beneficios indirectos de la equidad en la salud, y
- promover mecanismos de gobernanza para dar prioridad a medidas sobre los determinantes sociales de la equidad en la salud, como la de gestionar plataformas y estrategias de políticas intergubernamentales, asignar dinero, poder y recursos al nivel más local donde pueda lograrse el mayor efecto, y empoderar y hacer participar a las comunidades y la sociedad civil.
Conclusión: la equidad es una decisión política
A pesar del diagnóstico integral y el conjunto de acciones recomendadas por la Comisión sobre los Determinantes Sociales de la Salud en 2008, el progreso en la reducción de las desigualdades en salud ha sido lento y la inequidad está matando a millones de personas. Para lograr mejoras en las condiciones de vida y abordar los determinantes estructurales subyacentes, se requieren cambios, desde el establecimiento de políticas y la legislación hasta su implementación. Los gobiernos y los políticos están al mando.
La equidad en salud es fundamental para el desarrollo sostenible. Los determinantes sociales de la equidad en salud ofrecen una perspectiva que permite comprender en qué consiste una buena vida y qué impide su realización, de manera justa y para todos. La agenda para abordar los determinantes sociales de la equidad en salud es necesariamente amplia y puede parecer un llamado a lograr “todo, en todas partes, de una vez”. Pero esta complejidad no debe ser excusa para la inacción. Las acciones prácticas descritas en este informe generarán mejoras en la equidad en salud, y las comunidades, los gobiernos, los pensadores y los líderes ya están mostrando el camino a seguir.
Por nuestra parte, la oportunidad de cambio está al alcance, los panameños tenemos los recursos humanos y financieros. No obstante, se requiere voluntad política, colaboración y una visión compartida de un futuro más equitativo para todos para promover y desarrollar el nuevo contrato social que necesitamos para abordar efectivamente los determinantes sociales de la equidad en salud y del desarrollo sostenible.
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