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Eliminemos la transmisión vertical de enfermedades

Debemos aumentar los esfuerzos por eliminar la transmisión vertical de enfermedades. De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, cada año, se estima que 2,100 niños nacen o contraen el VIH de sus madres en América Latina y el Caribe; 22,400 se infectan con sífilis; alrededor de 9,000 nacen con Chagas, y 6,000 contraen el virus de la hepatitis B. Si no son detectadas y tratadas a tiempo, estas enfermedades pueden generar abortos, muerte fetal, malformaciones congénitas y neurológicas, problemas cardíacos, cirrosis, cáncer de hígado y en algunos casos hasta la muerte. En Panamá, como veremos más adelante, la sífilis congénita es un problema de salud pública y es probable que el VIH congénito también lo sea porque un considerable porcentaje de mujeres embarazadas, en especial las adolescentes resultan positivas para el VIH.

ETMI PLUS 2017 para ayudarnos a eliminar la transmisión vertical de enfermedadesPara ayudarnos a eliminar la transmisión vertical de enfermedades, la OPS lanzó recientemente un nuevo marco para eliminar la transmisión maternoinfantil de cuatro enfermedades. La iniciativa ofrece una serie de intervenciones que ayudarán a reducir el número de niños que nacen con VIH, sífilis, Chagas o hepatitis B en América Latina y el Caribe. El Marco denominado ETMI-PLUS complementa los esfuerzos que desde 2010, los países trabajan para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH y de la sífilis como problemas de salud pública a través de la Estrategia para la Eliminación de la Transmisión Maternoinfantil (ETMI) del VIH y la Sífilis Congénita, coordinada por la OPS. Desde entonces, los países de las Américas lograron reducir 55% las nuevas infecciones en niños, que pasaron de 4.700 a 2,100 entre 2010 y 2015. En esos cinco años, se evitó que casi 28,000 niños se infectaran con el VIH. Sobre el éxito de esta iniciativa, la OPS creó el marco ETMI-PLUS, que incorpora en una plataforma ya consolidada los esfuerzos para terminar también con la transmisión de madre al hijo del Chagas y la hepatitis B. (más…)

La ilusión se desvanece…

La ilusión se desvanece, así lo demuestra la última Encuesta de Opinión Pública llevada a cabo por la firma Dichter & Neira: “Entrados al cuarto año de la actual administración, a menos de dos años de las elecciones, la ilusión termina de desvanecerse. Los sueños ya no caben. La percepción consolidada termina convirtiéndose en realidad. El pasado se impone al presente y las bienintencionadas promesas a futuro, las arrastra el viento, sin dejar rastro, ni impacto. La desilusión y sensación de pérdida se implanta. A más oportunidades perdidas, mayor la desilusión. Los resultados de esta investigación, indican que, a pesar del crecimiento económico y la expansión del Canal de Panamá, lo político se percibe anda al garete. Dicho en otras palabras, porque lo económico anda bien, lo político se siente aún peor. Se percibe que cuando hay de donde repartir, la corrupción encuentra su momento más propicio para aparecer…”

La ilusión se desvanece: Encuesta DyN julio 2017Para mayor tristeza, nuestro Sector Salud es parte de esta debacle administrativa, colocándose cada día más lejana la anhelada meta de “alcanzar la Cobertura Universal de Salud” honrando nuestro compromiso de país y otra promesa de campaña también incumplida. Hoy veo con desconsuelo que la situación de nuestro Sistema Nacional de Salud no ha variado en los últimos años, de hecho puede haberse deteriorado; que son frecuentes las denuncias de la población y de los gremios de la salud; y lo peor, que nuestras autoridades no dan respuesta a este descontento y parecen tener “otra” agenda, diferente de la población que los eligió…

Aunque la Mesa de Diálogo Nacional para la Transformación del Sistema de Salud Pública, produjo y entregó al Presidente el documento “Lineamientos propuestos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de estado”; no se han iniciado las transformaciones allí recomendadas para resolver los problemas relevantes que existen e informados al Ejecutivo, como: “la falta de acceso a los servicios de salud con equidad, la carencia de recursos humanos, de insumos sanitarios y medicamentos, la falta de coordinación institucional intra y extra sectorial, la carencia de infraestructuras óptimas, la falta de sistemas adecuados de información técnica y sistemas financieros que sustenten los procesos de planificación para los modelos de gestión y provisión de servicios integrales, etc… Todo esto conduce, a un modelo de servicios de salud con una visión centrada en la enfermedad, deshumanizado, separándose del concepto de integralidad, que beneficie verdaderamente a la población…”

Así las cosas, me pregunto: ¿qué es lo que pasa?, ¿privan los intereses partidistas, económicos y sociales sobre los de la Patria?, ¿no es una prioridad este tema? Aquí todos sabemos que es lo que hay que hacer: en lo político, en lo estratégico y en lo técnico. Por ello le pido respetuosamente a nuestro Presidente que cumpla con sus promesas de campaña, apuntalando de forma real y efectiva el inicio de la transformación para la “Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral” en su agenda política.

Bríndele el soporte político, estratégico, técnico y financiero a las autoridades del Sector Salud Público Nacional, instándolos a aprovechar al máximo la propuesta que le entregara al Ejecutivo la Mesa de Diálogo por la Mejora y Fortalecimiento del Sistema de Salud Integral. Allí están claramente identificados los problemas relevantes que existen en el sistema de salud. Se definen dos ejes de trabajo, que son: el eje intersectorial para el abordaje de los determinantes de la salud y el eje institucional para todos los elementos priorizados del sistema institucional, el cual actualmente, soporta todos los problemas de la oferta de la provisión de servicios que están afectando a la población demandante. Se formulan lineamientos para la interrelación y el desarrollo de ambos ejes, dentro de un solo modelo de gestión y provisión de servicios integrales, que se espera implementar por etapas, para ir cambiando progresivamente el rumbo actual de nuestro sistema, hasta lograr finalmente el Sistema Nacional Público de Salud que beneficie a la población.

¿Qué espera?, aparte la desconfianza, elimine la injerencia de los intereses políticos, económicos y gremiales. Promueva una gestión “tecno-política” pero estratégica, efectiva, transparente y enfocada en la equidad. Tiene dos años para iniciar las transformaciones concretas que le permitan al gobierno que inicie en 2019 avanzar hacia la Cobertura Universal de Salud.

¡Panamá nos necesita a todos sanos y salvos!

Panamá nos necesita a todosPanamá nos necesita a todos. Reflexionemos sobre la necesidad de tomar conciencia activa del grave problema de la “inseguridad vial” en nuestro país y comprometernos con poner de nuestra parte para detener los accidentes y muertes en nuestras carreteras, porque en las calles de la ciudad de Panamá, salvo algún domingo, son pocos los días en los que no estemos en riesgo exagerado de sufrir un accidente de tránsito. Aquí manda la ley del conductor más fuerte y desconsiderado, que se cree además el más vivo, generalmente tras el volante de un bus pirata, un taxi destartalado, un camión de carga, o en un potente y debidamente polarizado auto cuatro por cuatro; manejando en forma desordenada, a toda velocidad, sin respetar luces ni reglamento alguno. Todo eso ante la ausencia casi absoluta de la autoridad que haga cumplir las ordenanzas, porque la mayoría de las veces, se dejan dirigir por los semáforos y miran para otro lado cuando algún conductor hace de las suyas. Este es un problema gravísimo panameños. Más grave que la mayoría de los problemas de salud pública que nos aquejan y lamentablemente no hacemos lo suficiente para acabar con él, aunque todos conocemos las principales causas asociadas… (más…)

Panamá: nuestros valores y la Carta de la Tierra

Panamá: nuestros valores y la Carta de la TierraLos invito a reflexionar sobre cómo sería nuestro país si fuéramos una sociedad en la que nuestros valores fueran  la probidad, el humanismo, la tolerancia, el respeto y la solidaridad hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos. Aquella donde la buena educación, la urbanidad, la consideración y la cortesía orientaran nuestras acciones cotidianas.

Allí “viviríamos de acuerdo con un sentido de responsabilidad nacional, identificándonos con todas nuestras comunidades y las del planeta. Compartiríamos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia y sociedad panameña y del mundo viviente en su amplitud. Nuestro espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalecería porque coexistiríamos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupamos en la naturaleza” (Carta de la Tierra 2001).

En esa sociedad nuestra participación ciudadana sería una obligación moral, fuerte e inclusiva, aceptando sin llegar a la diatriba, las ideas, prácticas y creencias de los demás, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras; utilizando el diálogo incluyente y franco como único recurso para solucionar los conflictos, especialmente los conflictos sociales humanos, haciendo prevalecer la justicia y la igualdad. Los ciudadanos seríamos titulares efectivos de derechos y obligaciones sociales, civiles y políticas. Ejerciendo el control efectivo de la elección y gestión de gobernantes cuya probidad sería reconocida y garantizada.

Pero lamentablemente esa no es nuestra sociedad. La mayoría de los panameños optamos por mantener una cómoda indiferencia y superficialidad, disfrutando con presunción del placer inmediato que tengamos al alcance. Somos esclavos del culto a la belleza, el dinero y las apariencias. Pero ese comportamiento nuestro tiene serias consecuencias en las posibilidades de desarrollo humano pleno e integral del país, y en la salud y el bienestar de los panameños. Veamos algunas y pregúntense que podemos hacer para convertirnos en una comunidad solidaria, que comulgue con esos valores cívicos y morales que profundicen la espiritualidad y nos permitan un desarrollo integral para vivir en paz y armonía y lograr concordia nacional… (más…)