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Desde los acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo al pacto de Estado por la Salud

Han pasado doce años desde que la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, entregara al Ejecutivo de aquel entonces un documento que contenía todos los aspectos que necesaria y obligatoriamente debían tenerse en cuenta para la reestructuración integral del Sistema Sanitario y alcanzar la cobertura universal de salud. Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no hemos sido capaces de cumplir con el discurso.

Esta Cobertura universal implica que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad. Y no perdamos de vista que el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud requieren la definición e implementación de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de toda la sociedad para promover la salud y el bienestar.

Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no hemos sido capaces de cumplir con el discurso. Pero el próximo 5 de mayo tendremos elecciones generales, y todos los candidatos a presidente han manifestado públicamente su compromiso con la Cobertura Universal en la Salud, por lo que es el momento idóneo para aprovechar la oportunidad y avanzar de forma efectiva.

En ese contexto, consideré necesario aprovechar la voluntad expresada por nuestro presidente electo de avanzar hacia la cobertura universal de salud, para recordar que los profesionales panameños, con amplia participación de la sociedad civil, han generado abundante y suficiente material escrito y experiencias aleccionadoras, que están disponibles para que las nuevas autoridades, con la participación y el control social de la población, avancen en la transformación del sistema de salud. Ahí están disponibles los acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo y los Lineamientos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de Estado (Libro Blanco). Démosle un breve vistazo a las ideas centrales que nos proponen para alcanzar la cobertura universal de salud. No hace falta ponernos a inventar.

Los Acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo

Los Acuerdos de la Concertación fueron publicados en Octubre de 2007 (hace 12 años). El documento contiene los acuerdos logrados por cerca de 2,000 participantes de la Concertación Nacional para el Desarrollo, construidos a lo largo de 173 sesiones de trabajo en mesas temáticas y 51 reuniones en nueve provincias y tres comarcas indígenas.

En ese documento se propuso como Misión del Sistema de Salud “Garantizar la Cobertura Universal de servicios de salud humanizados, integrales, inclusivos y de calidad a toda la población, a través del Sistema Público Unificado de Salud, mediante la conformación de una red de servicios de salud, articulada por niveles de atención y grados de complejidad, con asignación de recursos financieros adecuados, tecnología actualizada y apropiada, dispensados por recurso humano suficiente, capacitado e idóneo”.

Se definió de manera concertada el proceso continuo, dinámico, adaptable y medible, determinado en tiempo y espacio que en forma escalonada permitiría desarrollar las diferentes etapas para la consecución del Sistema Público de Salud; el Plan de Acción en las fases de Coordinación e Integración del SPS; los principios Básicos del Financiamiento del Sistema Público de Salud y; las estructuras de conducción y control social del proceso de transformación del Sistema Público de Salud. Como si eso fuera poco, la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, formuló y presentó al Ejecutivo de aquel entonces, un Anteproyecto de Ley para la Transformación del Sistema Público de Servicios de Salud.

Tengo entendido que la Mesa de Salud de la Concertación, ha seguido trabajando, llegando a formular una “Propuesta de Anteproyecto de Ley para la transformación del sistema Público de Salud de Panamá”, el cual lógicamente debe ser revisado y sometido al escrutinio público.

Esta propuesta de anteproyecto de ley garantiza el cumplimiento de las obligaciones constitucionales del Estado y recoge las aspiraciones de toda la sociedad panameña de conformidad a los acuerdos de la Concertación Nacional, tales como: “que el Sistema Público de Servicios de Salud estará centrado en los usuarios; que el sistema se mantendrá público, sin privatización; que el acceso será universal y efectivo, sin exclusiones; que la transformación será gradual, sólo a través de las fases de coordinación e integración, debidamente evaluadas técnica y socialmente; que se garantizará el financiamiento por parte del Estado para la atención de la población no asegurada; que la Caja de Seguro Social solamente financiará la atención de los asegurados; que no se desmejorarán las condiciones laborales de los funcionarios del sistema; que se garantizará la participación social; que asegurará a todos los niveles de atención la dotación de recursos apropiados, suficientes, necesarios y adecuados y; que potencializará la eficiencia, evitando toda duplicidad de oferta”.

Lineamientos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de estado (Libro Blanco)

Ocho años después de la publicación de los “Acuerdos de la Concertación”, la Mesa de Diálogo para la transformación del sistema de salud, identificó, también mediante un proceso altamente participativo, los siguientes problemas relevantes en el sistema de salud: “la falta de acceso a los servicios de salud con equidad; carencia de recursos humanos, de insumos sanitarios y medicamentos; falta de coordinación institucional intra y extrasectorial; carencia de infraestructuras óptimas; falta de sistemas adecuados de información técnica y sistemas financieros que sustenten los procesos de planificación para los modelos de gestión y provisión de servicios integrales. Todo esto conduce, a un modelo de servicios de salud con una visión centrada en la enfermedad, deshumanizado, separándose del concepto de integralidad, que beneficie verdaderamente a la población”. Es decir, que, desde los acuerdos previos, se había avanzado poco o nada.

Ese diagnóstico sustentó los “los lineamientos para la transformación, mejora y fortalecimiento del sistema de salud integral en el marco de una política de estado”, que fueron entregados al Ejecutivo hace cuatro años. El documento, también llamado “Libro Blanco” se basa en una visión de la salud como Derecho Universal, y se opone a la visión de salud como un Bien de Consumo, que ha prevalecido últimamente. Define claramente el qué hacer, el cómo hacer y el cuándo hacer.

El Libro Blanco propone lineamientos para la mejora del sistema, los cuales incluyen: ejes (institucionales e intersectoriales) para el desarrollo de los lineamientos; consideraciones del marco legal por etapas; modelo de gestión del sistema nacional público de salud; modelo de provisión de servicios de salud integral del sistema nacional público de salud; modelo económico-financiero del sistema nacional público de salud y; un plan de contingencia para los aspectos de atención.

A pesar de contar el Ejecutivo con este excelente documento, complementado con los acuerdos de la Concertación, y de los miles de millones de balboas que tienen disponibles cada año nuestras instituciones públicas de salud; la Cobertura Universal de Salud en Panamá, no pasa de ser una quimera. La población sigue esperando, mientras la situación de nuestro sistema de salud se deteriora, nuestras autoridades no ofrecen la respuesta esperada, parecen tener otra agenda, diferente de la población que los eligió. Además, abunda la evidencia de corrupción impune que pone en riesgo la posibilidad de alcanzar la salud y el bienestar que merecemos, a la vez que impide nuestro pleno desarrollo social y económico.

No obstante, para iniciar la transformación del Sistema Nacional Público, fundamentado en los Lineamientos Estratégicos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud Integral en el Marco de una Política de Estado, el 8 de enero de 2016 se creó la Comisión de Alto Nivel (CAN).

Pacto de Estado por la salud

Luego de cinco años de la entrega del “Libro Blanco”, los esfuerzos de la Comisión de Alto Nivel, con el apoyo de diferentes organizaciones nacionales e internacionales, organizó y llevo a cabo la firma del Pacto de Estado por la Salud.

La buena noticia es que nuestro presidente electo, siendo candidato, suscribió el Pacto de Estado por la Salud. Estoy seguro que lo firmó convencido de que ese es el camino para alcanzar la salud universal para todos los panameños en todos los lugares. También estoy convencido de que honrará el compromiso adquirido al firmar el Pacto, pues su trayectoria de hombre probo así lo demuestra.

El compromiso suscrito implica específicamente:

  1. Reconocer la Salud como un Derecho Humano, en cumplimiento con la Constitución de la República.
  2. Implementar la Transformación del Sistema Público de Salud como Política de Estado bajo el principio de “Salud en Todas las Políticas”, incluyendo a todos los Determinantes de la Salud.
  3. Desarrollar acciones que garanticen el carácter y esencia del Sistema Público de Salud con el fin de que este sea público en su gestión, público en su provisión y público en su financiamiento.
  4. Cumplir en el menor plazo, con el Acceso y la Cobertura Universal en la Salud con garantía de una cartera de servicios integrales, de calidad universal, a través de la implementación de las Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS) como herramienta del Modelo de Atención Primaria.
  5. Fortalecer y consolidar el Rol Rector del Ministerio de Salud en todo lo relacionado a la salud integral.
  6. Desarrollar acciones que posibiliten el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, a fin de reducir desequilibrios e inequidades de desarrollo humano existentes en todas las regiones del país.
  7. Posicionar a la Promoción de la Salud y a la Prevención de la Enfermedad como los pilares del nuevo modelo de atención en salud, basado en la Estrategia de Atención Primaria.
  8. Crear las Fuerzas de Tareas necesarias para atender los “Impostergables” identificados en Libro Blanco.
  9. Mantener el mecanismo de diálogo con todos los sectores de la salud: gubernamentales, no gubernamentales, gremios de profesionales, técnicos, administrativos de la salud, pacientes y otros.
  10. Preservar todos los derechos adquiridos y laborales de los profesionales, técnicos y administrativos del sector salud, incluyendo acciones que garanticen el recurso humano requerido de acuerdo a los perfiles demográficos y epidemiológicos de cada región.

Vale destacar que el Pacto de Estado firmado, también subraya que es el Estado el responsable final de la Salud de todos los residentes del país. Y establece que la Comisión de Alto Nivel para Mejorar el Sistema Público de Salud acompañará el proceso de transformación del sistema.

Conclusiones y recomendaciones

  • Desde los acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo al pacto de Estado por la Salud, los panameños han generado abundante y suficiente material escrito y experiencias aleccionadoras, que están disponibles para que las nuevas autoridades, con la participación y el control social de la población, avancen en la transformación del sistema de salud y alcancemos la cobertura universal de salud.
  • Contarán además con los recursos financieros, humanos y estructurales para atender las necesidades de atención de la población.
  • Entonces, llegó la hora de aprovechar la oportunidad y avanzar de forma efectiva hacia la transformación pendiente del sistema público de salud. Les toca a las nuevas autoridades unificar los equipos que han trabajado en este proceso, aprovechando los materiales producidos y las fortalezas de todos. No es el momento de la lucha por protagonismos individuales, estamos obligados a sumar y multiplicar.
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