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Enfermedades no transmisibles en Panamá

En seguimiento a mi artículo anterior dedicado a ayudarnos a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles en Panamá, me refiero en esta ocasión a las medidas necesarias que señala la OPS en su informe temático dedicado a subrayar que, “todos los sectores de la sociedad pueden ayudar a resolver el problema”.

Insisto en que, el abordaje de este, que es nuestro principal problema de salud pública, debe ser una prioridad del gobierno, empresarios, sociedad y aspirantes a cargos de elección popular. Es hora de ponernos todos a trabajar en serio para promover y proteger la salud y la vida, evitando los factores de riesgo asociados a estas enfermedades y, prevenirlas, detectarlas y tratarlas oportunamente.

Enfermedades no transmisibles en Panamá: nuestro principal problema de salud pública

El impacto de las enfermedades no transmisibles en Panamá es evidente en el siguiente cuadro. En los últimos cinco años, las enfermedades no transmisibles causaron 70,840 defunciones en Panamá, equivalente al 63% del total de las 112,746 defunciones en el país. De ellas, las enfermedades del sistema circulatorio , los tumores y la diabetes ocasionaron 57,290 muertes.

Y para poner en perspectiva la magnitud comparada del problema, he incluido en el cuadro los fallecidos por COVID-19 y los fallecidos por todas las causas externas (accidentes, homicidios, suicidios, etc.). Es evidente la diferencia en la magnitud y el impacto de estos tres problemas de salud pública.

Lo más triste de este panorama _ como nos señala la OPS y sabemos todos porque lo hemos repetido hasta el cansancio _ es que, “las enfermedades no transmisibles son causadas por cuatro principales factores modificables de riesgo: el tabaquismo, el régimen alimentario poco saludable, el sedentarismo y el consumo nocivo de alcohol”. Agrega la OPS que, “si se eliminaran los cuatro factores de riesgo conductuales principales, se calcula que se podría prevenir el 80% de las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y los casos de diabetes de tipo 2 y más del 40% de los cánceres”. Veamos algunas opciones.

En todo caso, tanto para las ENT, como para el COVID-19 y las causas externas, sabemos lo que tenemos que hacer para protegernos, no enfermarnos y cuidar la vida.

Invirtiendo la tendencia: las enfermedades no transmisibles se pueden prevenir

De acuerdo con el documento de la OPS, “para reducir la aparición de nuevos casos de enfermedades no transmisibles y mitigar las consecuencias de las enfermedades existentes, se necesita que intervengan diferentes sectores. Los sistemas de salud y protección social son directamente responsables del tratamiento de las personas que padecen enfermedades no transmisibles.

Sin embargo, los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles se ven afectados por los determinantes sociales y múltiples factores interrelacionados que van más allá del sector de la salud. Por lo tanto, es necesario que todos los sectores se impliquen en el abordaje de las causas y las consecuencias de las enfermedades no transmisibles. Tanto los integrantes de los sectores público y privado como las organizaciones de la sociedad civil tienen un papel en este proceso”.

Veamos un breve resumen de las oportunidades que tiene cada sector para reducir el impacto de las enfermedades no transmisibles en Panamá, y no dejen de leer el documento completo.

Sistemas de salud y protección social

De acuerdo con la OPS, “a través de la promoción del acceso a los servicios de salud preventivos, el tamizaje y la detección temprana y el envejecimiento saludable; los sistemas de salud y protección social pueden ahorrar dinero en tratamientos costosos y reducir los períodos de discapacidad de sus beneficiarios”.

En ese sentido, estamos obligados a avanzar en la transformación de nuestro sistema de salud para alcanzar la cobertura universal de salud con un nuevo modelo de atención basado en la APS y el abordaje sistemático de los determinantes sociales de salud. No menos importante es garantizar el funcionamiento efectivo de nuestro Fondo de Pensiones a fin de fortalecer la protección social de nuestros 600,000 adultos mayores.

Alimentación y agricultura

La industria agroalimentaria cuenta con diversas opciones para abordar las enfermedades no transmisibles, como las vinculadas a la producción, el comercio, la elaboración, la venta al por menor, el etiquetado, la fijación de precios y la fiscalidad. Por ejemplo, los grandes fabricantes de alimentos han logrado reducir la sal, el azúcar y las grasas saturadas en los alimentos preparados con estrategias combinadas de reformulación de productos, sustitución de ingredientes y lanzamiento de nuevas líneas productivas. Los alimentos saludables constituyen un mercado emergente para la industria agroalimentaria”.

Transporte y diseño urbano

De acuerdo con OPS, “existen cada vez más datos que prueban los vínculos entre el lugar de residencia, la movilidad y la salud. En el último decenio y por primera vez en la historia mundial, la población urbana ha superado a la rural. Por ello, el diseño urbano tiene más importancia que nunca ya que repercute en las vidas de más de la mitad de la población mundial. El transporte público, las vías seguras para ir en bicicleta o a pie, las soluciones sin automóviles y otras iniciativas de transporte urbano, tendrán una repercusión sin precedentes sobre la salud y el medio ambiente

Ahí sí que tenemos un gran problema, pues nuestra principal ciudad, donde habitan más de 2 millones de personas en su área metropolitana en conjunto, dista, pero mucho de ser una ciudad inclusiva, segura y saludable para todos.

En ese sentido, la recuperación de nuestra ciudad es un asunto de todos los ciudadanos, y no solamente de las autoridades y empresas. Si queremos que nuestra ciudad sea inclusiva y saludable, segura, resiliente y sostenible, debemos ejercer nuestro derecho y deber de participar activamente en la gobernanza y la gestión de nuestra ciudad, comenzando por identificar problemas, proponer soluciones, sumarnos para el desarrollo de estas y; eligiendo con inteligencia en la próxima contienda electoral. Ahí están las metas del ODS 11, hagamos el esfuerzo por cumplirlas.

Sector privado en el área de la salud

De acuerdo con el informe, “el sector privado en el área de la salud, que también incluye a los proveedores privados, las empresas farmacéuticas y los fabricantes de dispositivos médicos, desempeñan una función en todos los aspectos de la prevención y la gestión de las enfermedades. Desde la investigación y el desarrollo hasta las técnicas de gestión y el tratamiento de las enfermedades, pasando por los medios de tamizaje y diagnóstico, el sector privado tiene mucho que ofrecer y puede ejercer su liderazgo”.

En ese sentido, debemos comenzar aprovechando la cobertura de los proveedores privados para detectar a los pacientes con riesgo de enfermedades no transmisibles, educar propiciando modos de vida saludables y proporcionar un conjunto protocolizado de prestaciones para las enfermedades no transmisibles en Panamá.

Sector educativo

Los logros educativos en la Región hacen que los jóvenes pasen la mayor parte del día en la escuela. Esta oportunidad puede aprovecharse para crear entornos saludables, educar a los niños para que adopten modos de vida saludables, proporcionar espacios seguros para la actividad física y ofrecer alimentos nutritivos”.

Puntos débiles de nuestro paradigma de desarrollo

El paradigma de desarrollo actual no ha logrado abordar adecuadamente las enfermedades no transmisibles, que son una importante causa de muerte y discapacidad en los países de bajos y medios ingresos. Las enfermedades no transmisibles pueden causar el empobrecimiento de los hogares como consecuencia del costo de los tratamientos o de la pérdida de los salarios aportados por los miembros de la familia que sufren discapacidad o mueren prematuramente. Además, los más pobres son los que están más expuestos a los factores de riesgo”.

Empleadores

“Casi el 40% de las defunciones por enfermedades no transmisibles corresponden a muertes prematuras en adultos menores de 70 años de edad”.

En ese ámbito, “los programas de promoción de la salud en el trabajo pueden promover comportamientos saludables ofreciendo incentivos en materia de bienestar, revisiones y tamizaje, entornos laborales sin humo de tabaco, opciones dietéticas saludables, talleres de educación sanitaria, o instalaciones y tiempo para facilitar el ejercicio físico durante el horario laboral. Los empleadores se benefician de estos programas gracias a la mayor productividad de los empleados, la mejora de la imagen de la empresa y la reducción de los costos de atención de salud”.

Telecomunicaciones y medios de difusión

La información y el público bien informado son esenciales para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. Los sectores de las telecomunicaciones y medios de comunicación y difusión desempeñan una función importante en el suministro de información y promoción de las redes sociales para la mejora de la información y la educación del público.

En este sentido, “los medios de comunicación pueden difundir historias relacionadas con los estilos de vida saludables y con la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. La telemedicina y el uso de la telefonía móvil en salud se están posicionando como herramientas importantes para la mejora de la salud. Los teléfonos celulares se están usando en los países en desarrollo para enviar mensajes de promoción de la salud y recordatorios sobre el tratamiento. Sin embargo, sólo se ha alcanzado la punta del iceberg del verdadero potencial de este sector para promover estilos de vida saludables en las familias”.

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