Aunque la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT), como la hipertensión, la diabetes y el cáncer, ha disminuido en las Américas en la última década, de 15.2% en 2010 a 14% en 2021, solo cinco países de la región están en camino de alcanzar la meta mundial de reducir en 25% la mortalidad prematura por ENT para 2025 (conocida como la meta 25×25).
En ese sentido, durante la Reunión Regional sobre Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles, celebrada del 24 al 26 de marzo en Brasilia, Brasil, el Director de la OPS, doctor Jarbas Barbosa, hizo un llamado a los países a abordar con urgencia los principales factores que impulsan la mortalidad por ENT, que siguen cobrando alrededor de 6 millones de vidas cada año en las Américas.
Comparto el llamado del Dr. Barbosa, complementando con información importante sobre la meta 25×25 y la situación de las principales ENT en nuestro país, pues, como he señalado antes; más de 12 mil panameños mueren cada año en el territorio nacional, producto de ENT, como la hipertensión, los infartos, la diabetes, enfermedades pulmonares, y todos los tipos de cánceres. Esas defunciones representan más del 60 % de todas las causas de muerte, afectan a personas que todavía estaban en edad productiva y tenían mucho que ofrecerles a sus familias y al país.
Mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles: resumen del mensaje del director de La OPS
De acuerdo con el director de la OPS, “más de 240 millones de personas en las Américas viven con ENT y requieren tratamiento continuo, la mayor parte de este puede proporcionarse a través de la atención primaria de salud”, dijo el Director de la OPS. “Sin embargo, muchas personas no reciben la atención adecuada o sucumben a su enfermedad debido a un manejo y control deficientes”.
“Las dimensiones económicas de las ENT también son alarmantes”, agregó el doctor Barbosa, destacando que si bien se necesitan más estudios para determinar el impacto regional, las proyecciones actuales muestran que, “en diez países de América del Sur, las ENT y las condiciones de salud mental podrían generar pérdidas económicas combinadas por un total de 7.3 billones de dólares para 2050, lo que equivale al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de la subregión”.
“La buena noticia es que contamos con el conocimiento y las herramientas para prevenir y controlar las ENT”, afirmó, haciendo referencia a las “mejores inversiones en ENT, es decir, políticas e intervenciones sanitarias rentables, como el aumento de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, la implementación del etiquetado frontal de alimentos, la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), principal causa del cáncer de cuello uterino en niñas menores de 15 años, y el tratamiento de la hipertensión y la diabetes, entre otras”.
“Muchas de estas intervenciones ya se están implementando en nuestros países, pero debemos ampliar y acelerar urgentemente su aplicación, además de garantizar una atención de salud de calidad para todas las personas afectadas”, agregó.
Prioridades clave para acelerar el progreso hacia la meta 25×25
La reunión, que convocó a expertos de la OPS, jefes de programas nacionales de ENT y representantes de la sociedad civil, se centró en las prioridades clave para acelerar el progreso hacia la meta 25×25 _un compromiso global impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales para reducir en un 25% la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT) para el año 2025, tomando como referencia los niveles de 2010_ antes de la 4ª Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre ENT en septiembre de 2025. Entre ellas se incluyen:
- Aumentar la inversión y fortalecer el liderazgo en la prevención de las ENT, las políticas para abordar los factores de riesgo y los servicios de salud.
- Ampliar el acceso a la Atención Primaria de Salud para mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la cobertura.
- Promover la coherencia de las políticas en todos los sectores gubernamentales más allá del ámbito de la salud, incluyendo la creación de comisiones multisectoriales sobre ENT para abordar el problema de manera integral.
Nueve objetivos específicos de la Meta 25×25 de la OMS
Los 9 objetivos para reducir la mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT) son los siguientes:
Reducción de riesgos
- Reducir en un 25% la mortalidad prematura por ENT (cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes).
- Reducir en un 30% el consumo de tabaco en personas mayores de 15 años.
- Reducir en un 10% el consumo nocivo de alcohol por persona.
- Reducir en un 30% la ingesta de sal/sodio en la población para disminuir la hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
- Reducir en un 10% la inactividad física, promoviendo el ejercicio y hábitos saludables.
Control de enfermedades y factores metabólicos
- Detener el aumento de la obesidad y la diabetes en adultos y adolescentes.
- Reducir en un 25% la prevalencia de la hipertensión arterial, detectándola y tratándola a tiempo.
Acceso a tratamiento y prevención
- Asegurar el 50% de acceso a medicamentos esenciales y tecnologías de salud para tratar ENT.
- Asegurar el 80% de cobertura de tratamientos esenciales para prevenir infartos, accidentes cerebrovasculares y otras ENT graves.
Mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en Panamá: resumen

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos durante el 2023 el 56% de las defunciones ocurridas en el territorio nacional (12,135) fueron consecuencia de las principales enfermedades no transmisibles (enfermedades del aparato circulatorio, diabetes mellitus y tumores malignos).
Es importante destacar _como lo señala el gráfico inicial_ que, un importante porcentaje de estos fallecimientos ocurrieron antes de los 74 años, y que en 2023 la esperanza de vida en nuestro país era de 79.23 años. Estas enfermedades no transmisibles están relacionadas en forma directa con estilos y condiciones de vida asociados a factores de riesgo para la salud y la vida, y con la insuficiente capacidad de nuestro sistema público de salud para la promoción de la salud, prevención y tratamiento oportuno y apropiado. Y no perdamos de vista el impacto socioeconómico de las ENT, pues es sabido que éstas constituyen una importante amenaza para el crecimiento económico y el desarrollo potencial de las naciones, pues son responsables de gastos de bolsillo significativos en los servicios de salud, y contribuyen al empobrecimiento de las familias.
Como señalé en mi publicación previa sobre las enfermedades no transmisibles en Panamá, citando el documento de la OPS “para reducir la aparición de nuevos casos de enfermedades no transmisibles y mitigar las consecuencias de las enfermedades existentes, se necesita que intervengan diferentes sectores. Los sistemas de salud y protección social son directamente responsables del tratamiento de las personas que padecen enfermedades no transmisibles. Sin embargo, los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles se ven afectados por los determinantes sociales y múltiples factores interrelacionados que van más allá del sector de la salud. Por lo tanto, es necesario que todos los sectores se impliquen en el abordaje de las causas y las consecuencias de las enfermedades no transmisibles. Tanto los integrantes de los sectores público y privado como las organizaciones de la sociedad civil tienen un papel en este proceso”.
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