
Actualizo esta entrega sobre las experiencias acumuladas desde la Concertación a los Acuerdos del Pacto del Bicentenario, con un breve resumen gráfico de la propuesta que sobre salud nos presenta el plan de Gobierno “Alianza para salvar a Panamá” y los invito a su lectura completa, pues la salud es un tema complejo y su protección dependerá del abordaje intersectorial de los factores que la determinan.
Han pasado dieciséis años desde que la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, entregara al Ejecutivo de aquel entonces un documento que contenía todos los aspectos que necesaria y obligatoriamente debían tenerse en cuenta para la reestructuración integral del Sistema Sanitario y alcanzar la cobertura universal de salud. Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no hemos sido capaces de cumplir con el discurso.
En ese contexto actualizo esta entrega haciendo un repaso por los principales argumentos disponibles para los panameños desde los acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo, hasta los Acuerdos de salud en el Pacto Bicentenario Cerrando Brechas, pasando por al pacto de Estado por la Salud. Tenemos abundante y suficiente material escrito y experiencias aleccionadoras, que están disponibles para que las nuevas autoridades, con la participación y el control social de la población, avancen en la transformación del sistema de salud y alcancemos la cobertura universal de salud.
Llegó la hora de transformar el sistema público de salud
El próximo 5 de mayo de 2024 tendremos elecciones generales, y todos los candidatos a presidente han manifestado públicamente su compromiso con la Cobertura Universal en la Salud, por lo que es el momento idóneo para aprovechar la oportunidad y avanzar de forma efectiva.
Recordemos que, esta Cobertura universal implica que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad. Y no perdamos de vista que el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud requieren la definición e implementación de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de toda la sociedad para promover la salud y el bienestar.
Démosle un breve vistazo a las ideas centrales de los documentos señalados arribha y veamos qué nos proponen para alcanzar la cobertura universal de salud.
No hace falta ponernos a inventar!
Los Acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo
Los Acuerdos de la Concertación fueron publicados en Octubre de 2007 (hace 16 años). El documento contiene los acuerdos logrados por cerca de 2,000 participantes de la Concertación Nacional para el Desarrollo, construidos a lo largo de 173 sesiones de trabajo en mesas temáticas y 51 reuniones en nueve provincias y tres comarcas indígenas.
En ese documento se propuso como Misión del Sistema de Salud “Garantizar la Cobertura Universal de servicios de salud humanizados, integrales, inclusivos y de calidad a toda la población, a través del Sistema Público Unificado de Salud, mediante la conformación de una red de servicios de salud, articulada por niveles de atención y grados de complejidad, con asignación de recursos financieros adecuados, tecnología actualizada y apropiada, dispensados por recurso humano suficiente, capacitado e idóneo”.
Se definió de manera concertada el proceso continuo, dinámico, adaptable y medible, determinado en tiempo y espacio que en forma escalonada permitiría desarrollar las diferentes etapas para la consecución del Sistema Público de Salud; el Plan de Acción en las fases de Coordinación e Integración del Sistema Público de Salud; los principios Básicos del Financiamiento del Sistema Público de Salud y; las estructuras de conducción y control social del proceso de transformación del Sistema Público de Salud. Como si eso fuera poco, la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, formuló y presentó al Ejecutivo de aquel entonces, un Anteproyecto de Ley para la Transformación del Sistema Público de Servicios de Salud.
Tengo entendido que la Mesa de Salud de la Concertación, ha seguido trabajando, llegando a formular una “Propuesta de Anteproyecto de Ley para la transformación del sistema Público de Salud de Panamá”, el cual lógicamente debe ser revisado y sometido al escrutinio público.
Esta propuesta de anteproyecto de ley garantiza el cumplimiento de las obligaciones constitucionales del Estado y recoge las aspiraciones de toda la sociedad panameña de conformidad a los acuerdos de la Concertación Nacional, tales como:
- Que el Sistema Público de Servicios de Salud estará centrado en los usuarios.
- Que el sistema se mantendrá público, sin privatización.
- Que el acceso será universal y efectivo, sin exclusiones.
- Que la transformación será gradual, sólo a través de las fases de coordinación e integración, debidamente evaluadas técnica y socialmente.
- Que se garantizará el financiamiento por parte del Estado para la atención de la población no asegurada.
- Que la Caja de Seguro Social solamente financiará la atención de los asegurados.
- Que no se desmejorarán las condiciones laborales de los funcionarios del sistema.
- Que se garantizará la participación social.
- Que asegurará a todos los niveles de atención la dotación de recursos apropiados, suficientes, necesarios y adecuados.
- Que potencializará la eficiencia, evitando toda duplicidad de oferta.
Lineamientos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de estado (Libro Blanco)
Ocho años después de la publicación de los “Acuerdos de la Concertación”, la Mesa de Diálogo para la transformación del sistema de salud, identificó, también mediante un proceso altamente participativo, los siguientes problemas relevantes en el sistema de salud:
- la falta de acceso a los servicios de salud con equidad;
- carencia de recursos humanos, de insumos sanitarios y medicamentos;
- falta de coordinación institucional intra y extra sectorial;
- carencia de infraestructuras óptimas;
- falta de sistemas adecuados de información técnica y sistemas financieros que sustenten los procesos de planificación para los modelos de gestión y provisión de servicios integrales.
“Todo esto conduce, a un modelo de servicios de salud con una visión centrada en la enfermedad, deshumanizado, separándose del concepto de integralidad, que beneficie verdaderamente a la población”. Es decir, que, desde los acuerdos previos, se había avanzado poco o nada.
Ese diagnóstico sustentó los “los lineamientos para la transformación, mejora y fortalecimiento del sistema de salud integral en el marco de una política de estado”, que fueron entregados al Ejecutivo de aquel entonces (2015). El documento, también llamado “Libro Blanco” se basa en una visión de la salud como Derecho Universal, y se opone a la visión de salud como un Bien de Consumo, que ha prevalecido últimamente. Define claramente el qué hacer, el cómo hacer y el cuándo hacer.
El Libro Blanco propone lineamientos para la mejora del sistema, los cuales incluyen: ejes (institucionales e intersectoriales) para el desarrollo de los lineamientos; consideraciones del marco legal por etapas; modelo de gestión del sistema nacional público de salud; modelo de provisión de servicios de salud integral del sistema nacional público de salud; modelo económico-financiero del sistema nacional público de salud y; un plan de contingencia para los aspectos de atención.
A pesar de contar el Ejecutivo con este excelente documento, complementado con los acuerdos de la Concertación, y de los miles de millones de balboas que tienen disponibles cada año nuestras instituciones públicas de salud _ Panamá cuenta con los recursos financieros suficientes para financiar de forma eficiente y efectiva su sistema público integrado de salud, como lo demuestra el hecho de que en los últimos diez años, entre el MINSA y la CSS han tenido disponibles 78 mil millones de balboas. Lo que representa una disponibilidad anual promedio de 2,000 balboas para cada habitante _ ; la Cobertura Universal de Salud en Panamá, no pasa de ser una quimera. La población sigue esperando, mientras la situación de nuestro sistema de salud se deteriora, nuestras autoridades no ofrecen la respuesta esperada, parecen tener otra agenda, diferente de la población que los eligió.
Acuerdos sobre salud del Pacto Bicentenario
El 26 de noviembre del 2020, el Gobierno inició la consulta ciudadana denominada Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas, la cual alcanzó importantes acuerdos nacionales en materia de salud, seguridad social, educación, economía, seguridad y servicios básicos, para sentar las bases de un mejor Panamá. En materia de salud, dichos acuerdos, identifican como principal asunto por resolver, la necesidad de avanzar hacia una cobertura universal de salud para que todas las personas y las comunidades tengan acceso equitativo a servicios de salud integrales y garantizados, a lo largo de toda su vida, con calidad y sin dificultades financieras.
Posteriormente se instaló la Comisión de alto nivel para darle seguimiento a los Acuerdos del Pacto del Bicentenario, la cual revisó todos los aportes que sobre salud subió la ciudadanía a la plataforma Ágora del Pacto Bicentenario, y logró formular un conjunto de Acuerdos sobre salud que resumen los principales problemas sentidos por la población, así como las soluciones que propone el ciudadano para alcanzar la equidad en salud.
La lectura de los acuerdos sobre salud me permite identificar como principal asunto por resolver, la necesidad de avanzar hacia una cobertura universal de salud para que todas las personas y las comunidades tengan acceso equitativo a servicios de salud integrales y garantizados, a lo largo de toda su vida, con calidad y sin dificultades financieras. Para ello, los acuerdos hacen una propuesta para el reforzamiento del marco legal que permita desarrollar la cobertura universal mediante la estrategia de Atención Primaria de Salud, APS y Redes Integradas de Servicios de Salud, en un sistema de salud público en su financiamiento, público en su gestión administrativa, y público en la provisión de la atención de salud. Sobre esto último, describen cómo desarrollar un sistema de compensación de costos MINSA-CSS para la Atención en Salud.
Los acuerdos sobre salud del Pacto Bicentenario también definen cómo rediseñar el sistema de salud para impulsar el desarrollo de la estrategia de atención primaria de la salud, pasando de un modelo centrado en la curación de enfermos, a uno basado en la Atención Primaria de Salud, enfatizando acciones de educación, promoción de estilos de vida saludables y prevención de enfermedades, con enfoque en todos los determinantes de la salud.
Otro asunto que fue objeto de un intenso debate fue la demanda de la población por una red de establecimientos y servicios de salud, interconectada y con la suficiente capacidad de resolución para responder con éxito a las necesidades de atención de las personas, desde el nivel local hasta el nacional.
En tal sentido, los acuerdos del pacto del bicentenario proponen intervenciones que van desde: la formulación y ejecución de un plan maestro de inversión conjunto, que permita avanzar hacia el fortalecimiento de las infraestructuras de salud, mediante la consolidación óptima de la planificación y ejecución de acciones que faciliten un mejor análisis del número y estado de las instalaciones de salud y así identificar prioridades de infraestructura desde el rediseño de sus modelos arquitectónicos, hasta las condiciones necesarias para cumplir con los estándares requerido; así mismo, la construcción, mantenimiento de diversos tipos de instalaciones, desde puestos de salud hasta hospitales, así como de ampliar (para incorporar nuevos servicios), mejorar, reparar y habilitar instalaciones ya existentes; con miras a mejorar el acceso a servicios de salud.
No menos importante es la garantía de acceso equitativo a los medicamentos de calidad y a precios justos que necesita la población. No será tarea fácil, pero los acuerdos de salud para garantizar este acceso describen cómo: mejorar el marco legal regulatorio; suplir aquellos renglones permanentemente desabastecidos; superar los problemas en la cadena logística de abastecimiento, definiendo claramente los procesos, sistemas de información y plataformas tecnológicas requeridas; vencer los problemas con las farmacias estatales, especialmente lo relacionado con las restricciones en los horarios en la entrega de medicamentos, desaparición de farmacias comunitarias, receta electrónica se aplica en un número muy limitado de Farmacias, entrega de medicamentos restringida a las instalaciones de salud.
Especial énfasis hacen los Acuerdos del Pacto del Bicentenario, sobre la necesidad de recomendar la firma de convenios con agencias del Sistema de Naciones Unidas (UNOPS, OPS, UNPFA, PNUD), COMISCA y otras; o llamar a licitaciones internacionales, para compras directas en el exterior como el primer paso a una solución expedita al desabastecimiento de medicamentos, dispositivos Médico-Quirúrgicos y afines, reactivos, y otras tecnologías sanitarias, que crónicamente permanecen desabastecidos o en caso de desabastecimiento crítico; siempre manteniendo los criterios de calidad, seguridad, la eficiencia, eficacia y efectividad.
Salud en el Plan “Alianza para salvar a Panamá”
Puedes ver el documento completo aquí.
Conclusiones y recomendaciones
- Desde los acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo hasta los Acuerdos del Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas, pasando por al pacto de Estado por la Salud, los panameños han generado abundante y suficiente material escrito y experiencias aleccionadoras, que están disponibles para que las nuevas autoridades, con la participación y el control social de la población, avancen en la transformación del sistema de salud y alcancemos la cobertura universal de salud.
- Contarán además con los recursos financieros, humanos y estructurales para atender las necesidades de atención de la población.
- Entonces, llegó la hora de aprovechar la oportunidad y avanzar de forma efectiva hacia la transformación pendiente del sistema público de salud. Les toca a las nuevas autoridades unificar los equipos que han trabajado en este proceso, aprovechando los materiales producidos y las fortalezas de todos. No es el momento de la lucha por protagonismos individuales, estamos obligados a sumar y multiplicar.
- Necesitamos del compromiso político del más alto nivel, que permita el liderazgo solvente y fortalecido de nuestro sector salud, y favorezca el abordaje multisectorial, inclusivo, altamente participativo, para la producción social de salud a nivel de Gobierno y sociedad.
- Por nuestra parte, el gran reto que tenemos es vencer la apatía que nos caracteriza, revisar todo el material disponible, emitir nuestras opiniones y después, ejercer el control social de la gestión pública, para que se conviertan en políticas y programas, antes de que sea demasiado tarde.
¡No tenemos excusas!
