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Cantos de sirena en saludLos cantos de sirena son “discursos elaborados con palabras agradables y convincentes, pero que esconden alguna seducción o engaño”. Esto tiene su origen en las sirenas de la mitología griega, que seducían con sus cantos a los marineros para luego devorarlos en el mar. Y es que los “cantos de sirena” proporcionan un placer inmediato, el cual fácilmente domina nuestros sentidos y emociones, y nos hace lanzarnos al vacío.

Y así estamos los panameños, quinquenio tras quinquenio nos dejamos seducir por los cantos de sirena que encierran los discursos y lemas como “los locos somos más” o “el pueblo primero”, y nos arrojamos a las urnas a votar por el candidato que más promete, para arrepentirnos pronto y abrazar otros lemas como “no a la reelección” o los que propongan los (muchos) candidatos que tendremos en las elecciones de 2019.

En ese contexto, preocupado por la arenga cotidiana de políticos mentirosos (tanto del gobierno como de la oposición), he preparado este brevísimo resumen de las propuestas de salud de nuestros dos últimos gobernantes, invitándolos a la lectura completa de los documentos, y reflexionar si las promesas se cumplieron o fueron solo “cantos de sirena” para seducirnos y conseguir nuestro voto. ¡Juzguen ustedes!

Período 2009-2014: ¿cantos de sirena en salud?

La propuesta de Salud, se enmarcó en el Eje Social, en el cual afirmaron que se empeñarían en “erradicar las causas que impiden el mejoramiento social de los panameños, con fuentes de empleo, capacitación, viviendas dignas, mejor acceso a la educación y los servicios de salud”.

Sobre el componente de Salud, manifestaron que “el derecho de la población panameña a gozar de una buena salud se encuentra consagrado dentro de la Constitución Nacional de la República y es responsabilidad del Estado garantizar a sus ciudadanos este servicio y su atención de calidad, de forma oportuna y eficaz. Y nos prometieron que, durante su gestión, “las políticas de salud serían parte de un programa de Estado y no de Gobierno y así se lograría su continuidad, evitando enfermedades, promoviendo la salud y mejorando la expectativa de vida”. Para ello se hicieron las siguientes propuestas (promesas)

  • Mejorar la gestión de los recursos asignados al Sector Salud:
  • Mejorar la eficiencia, eficacia e impacto en la prestación de servicios a través de la red de salud
  • Promover la equidad en la prestación de servicios de salud de manera que le llegue a todos por igual
  • Maximizar las competencias y capacidades del sector salud
  • Ampliar la cobertura de los servicios de salud
  • Brindar atención profesional al más alto nivel de calidad a los pacientes y sus familiares
  • Proteger la salud de los trabajadores, fundamental para el desarrollo nacional

Período 2015-2019: ¿cantos de sirena en salud?

El Plan estratégico de este grupo se basó en cuatro ejes fundamentales: una Estrategia Social, una Estrategia Económica, un Plan Quinquenal de Inversiones y una Programación Financiera. De la lectura del prólogo del documento se desprende que la salud no sería una de las prioridades, pues la palabra salud, aparece solo una vez y de manera aislada. Vale subrayar, además, que en la parte introductoria no aparece ni una sola vez.

Más adelante, en el componente 4.1.2 “Buena vida para todos”, como un componente del “Bienestar y desarrollo humano”, se enumera (no se explica cómo) “Salud pública accesible y eficiente”. Finalmente, reconociendo la problemática crónica que afecta el sector, en la sección 5.4.4 “Criterios Sectoriales de Intervención”, se propone para el sector salud lo siguiente:

  • En el Corto Plazo: Garantizar el acceso universal a la salud, con énfasis en áreas indígenas; Mejorar la calidad de la atención, mediante el mejoramiento de infraestructuras de atención primaria existentes y habilitación de los MINSACAPSI; Reducir la desnutrición crónica de la población menor de 5 años, particularmente de 6 a 24 meses; Avanzar a un enfoque de salud preventiva y la consolidación de un Modelo de Atención primaria en Salud.
  • A Medio y Largo Plazo: Unificar el Sistema Público de Salud. Dicha unificación debe hacerse de forma gradual y escalonada (Coordinación de políticas; Integración gradual; Sistema Unificado)

También prometieron “completar la construcción y financiar equipamiento de proyectos contratados llave en mano por gobierno anterior y nuevas infraestructuras, así como habilitar la Ciudad Hospitalaria; Construcción del Hospital General de Panamá Norte

Conclusiones preliminares: ¿fueron cantos de sirena?

Luego de diez años de una administración pública dominada por la oligarquía criolla y sus aliados, es claro para cualquier observador imparcial, que la mayoría de las promesas en salud fueron “cantos de sirena”. Y lamentablemente cumplieron su propósito, pues la mayoría de los panameños, en ambos procesos electorales, nos dejamos seducir por el discurso amable y convincente.

De acuerdo con mi opinión, y como lo corrobora el diagnóstico inicial y los informes de gestión de Comisión de Alto Nivel para Mejorar el Sistema Público de Salud:

  • es reconocida la limitada capacidad del MINSA para el ejercicio de la Rectoría y las Funciones Esenciales de Salud Pública;
  • la gerencia de la CSS ha sido un fracaso. Han abundado las denuncias de infraestructuras en muy mal estado, o inconclusas, como la ya famosa ciudad hospitalaria, el Hospital del Niño, el ION, el Complejo hospitalario Metropolitano de la CSS.
  • También abundan las denuncias de equipos dañados o inexistentes, desabastecimiento de medicamentos, insumos médico-quirúrgicos, reactivos, equipos, etc.;
  • persiste la deficiente capacidad gerencial y técnica de muchos funcionarios del sector; no se aplican las metodologías, sistemas y herramientas para garantizar la calidad y eficiencia de las prestaciones;
  • el modelo de atención sigue enfocado en la atención (de mala calidad), con una visión centrada en la enfermedad, deshumanizado, separándose del concepto de integralidad, que beneficie verdaderamente a la población;
  • no existe la integración funcional de las instituciones, el sistema está más segmentado y fragmentado que nunca, es demostrada la ineficiencia e inequidad en el uso de los recursos institucionales, la cual, en no pocas ocasiones, se utiliza como excusa para privatizar servicios que debe ofrecer el sistema público.
  • tampoco existe equidad en la distribución de los recursos del sector (humanos, físicos y financieros), los que se concentran en las capitales de las principales provincias, en perjuicio de las comarcas y provincias más pobres;
  • han abundado las denuncias de falta de transparencia y que yo sepa, no ha existido rendición de cuentas, y son cotidianas las quejas por la falta de acceso oportuno a servicios de salud de calidad.

Contribuyendo fuertemente a este panorama están dos elementos de contexto que impiden el mejoramiento social de los panameños y el acceso efectivo a servicios públicos de salud, en condiciones de eficiencia, calidad y equidad:

  • la profunda desigualdad que nos caracteriza, generada por un modelo económico que beneficia principalmente a una pequeña parte de la población, en perjuicio reconocido de nuestras comarcas, provincias más pobres y parte de la población que vive hacinada en los distritos y corregimientos más pobres de las principales provincias y;
  • la persistencia del clientelismo político, que propicia la llegada a elevados puestos políticos y gerenciales, de personajes carentes de las competencias necesarias para el ejercicio efectivo y transparente de las funciones del cargo. Como es lógico, este clientelismo favorece además la desorganización, ineficiencia y corrupción impune que nos ha caracterizado en los últimos tiempos.

Al final los panameños, al igual que Ulises en La Odisea de Homero, embelesados por los cantos de sirena, seguimos padeciendo una “sucesión de peripecias, por lo general desagradables”. Solo que aquí no son cíclopes, tormentas, gigantes; son los políticos corruptos que nos han colocado al “al borde del abismo”. En ese límite crítico que amenaza con destruir nuestra paz social, bienestar y democracia.

La principal oportunidad para salvar el país, y a nuestro sistema público de salud, son las elecciones que se llevarán a cabo en mayo del 2019. Para ello deberemos elegir a los candidatos que hayan demostrado con su trayectoria poseer los elementos obligados de la ética pública, en especial la probidad en el uso de los recursos públicos.

No cometamos los errores de siempre y hagamos valer nuestro voto. ¡No te dejes engañar por los cantos de sirena y dile NO a la reelección de políticos corruptos!

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