Me refiero a la declaración histórica sobre salud aprobada recientemente por la Asamblea General de Naciones Unidas.
La Declaración _aprobada por todos los líderes mundiales, con el rechazo de los Estados Unidos y Argentina, marca una serie de metas que se pueden lograr en los próximos cuatro años en relación con enfermedades no transmisibles y a la salud mental, como reducir en 150 millones el número de dependientes del tabaco, conseguir que150 millones tenga la hipertensión controlada y que 150 millones logren un acceso a los servicios de salud mental.
Esta declaración histórica sobre salud sienta las bases para un nuevo curso de acción. El Secretario General de la ONU informará sobre el progreso hacia estas metas antes de la próxima Reunión de Alto Nivel. La OMS y otras agencias de la ONU apoyarán a los Estados Miembros para traducir estos compromisos en acción nacional, asegurando la rendición de cuentas de ahora hasta 2030 y más allá.
Tiene especial relevancia para nosotros pues en Panamá las enfermedades no transmisibles son la principal causa de morbilidad y mortalidad, por lo que hago votos porque los postulados de la Declaración se vean reflejados y desarrollados por nuestros gobernantes y el sector privado de salud.
Una declaración histórica sobre salud
De acuerdo con nota de prensa de la ONU, en un movimiento dirigido a abordar dos de las mayores cargas sanitarias globales, líderes de todo el mundo, excepto USA y Argentina, adoptaron este lunes en la Asamblea General de la ONU una declaración política histórica que combina por primera vez la lucha contra las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental.
La declaración, titulada Equidad e integración: transformar vidas y medios de subsistencia mediante el liderazgo y las medidas en materia de enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar, establece metas concretas para 2030 y representa un enfoque renovado tras la pandemia de COVID-19.
Un enfoque integral ante desafíos complejos
Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes, causan 18 millones de muertes prematuras anuales, mientras que los trastornos de salud mental afectan a más de mil millones de personas en el mundo. Ambos grupos de afecciones comparten factores de riesgo prevenibles, como dietas poco saludables, consumo de tabaco y alcohol, y contaminación atmosférica.
Metas ambiciosas y medibles
El documento marca un avance significativo al establecer tres objetivos globales “de vía rápida” para 2030:
- 150 millones menosde consumidores de tabaco
- 150 millones másde personas con la hipertensión controlada
- 150 millones másde personas con acceso a atención de salud mental
Para alcanzar estas metas, la declaración también define objetivos de proceso nacionales, como que al menos el 80% de los países cuenten con medidas políticas, legislativas y fiscales implementadas, y que un porcentaje similar de centros de atención primaria de salud tengan acceso a medicamentos y tecnologías esenciales asequibles.
“La adopción de estas metas audaces es un testimonio del compromiso de los Estados Miembros para proteger la salud de su gente”, declaró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Juntos podemos cambiar la trayectoria de las enfermedades no transmisibles y la salud mental“.
Ampliación del alcance y financiamiento
La declaración incorpora lecciones de la pandemia y aborda por primera vez áreas como la salud oral, los cánceres infantiles, los daños digitales (como la exposición excesiva a pantallas) y determinantes ambientales ampliados, incluida la contaminación del aire.
Reconociendo el difícil panorama económico mundial, el texto insta a los países a asegurar financiamiento adecuado y predecible, mediante mayor financiación interna y cooperación internacional reforzada. Además, posiciona a las enfermedades no transmisibles y la salud mental como pilares centrales para el desarrollo sostenible y la justicia social, requiriendo un enfoque que involucre a toda la sociedad.
Esta declaración histórica sobre salud sienta las bases para un nuevo curso de acción. El Secretario General de la ONU informará sobre el progreso hacia estas metas antes de la próxima Reunión de Alto Nivel. La OMS y otras agencias de la ONU apoyarán a los Estados Miembros para traducir estos compromisos en acción nacional, asegurando la rendición de cuentas de ahora hasta 2030 y más allá.
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