Ahora que todos estamos hablando de importancia de la Atención Primaria de Salud consideré necesario dedicarle esta glosa a ofrecer algunos argumentos para desarrollar plenamente Atención Primaria de Salud en Panamá.
Antes de entrar en materia, recordemos _o aprendamos_ que la APS es mucho más que el primer nivel de atención médica: es el núcleo de todo sistema sanitario resiliente y equitativo.
Es una estrategia integral que orienta todo el sistema de salud hacia la equidad, la prevención, la participación social y la universalidad. Es, por lo tanto, condición indispensable para el desarrollo del sistema integrado de salud que necesitamos.
Panamá tiene las bases, pero no la estructura consolidada para una Atención Primaria de Salud (APS) moderna, integral y sostenible. Existen equipos locales, programas de salud familiar, redes en áreas rurales y comarcales, y una institucionalidad sanitaria con experiencia técnica; sin embargo, el sistema sigue siendo fragmentado, hospitalocéntrico y desigual. La APS, para desarrollarse plenamente, debe convertirse en la columna vertebral de un sistema nacional integrado, con enfoque de derechos, territorialidad y participación ciudadana. Veamos:
Argumentos para desarrollar plenamente la Atención Primaria de Salud en Panamá.
A continuación les presento un resumen que combina diagnóstico, propuesta y dirección política, en línea con los marcos de la OMS/OPS y las condiciones específicas del nuestro país.
Reformular el modelo de atención
El primer paso es redefinir la lógica del sistema, pasando de una atención centrada en la enfermedad a una centrada en la persona, la familia y la comunidad.
Esto implica adoptar oficialmente el modelo de atención integral con enfoque del curso de vida, en el marco de las Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS).
- Cada región sanitaria debe tener una red funcional con un equipo de referencia responsable de la población asignada.
- La atención debe garantizar continuidad (promoción, prevención, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos), sin barreras institucionales ni territoriales.
- Los equipos de salud familiar y comunitaria deben constituirse como la puerta de entrada y punto de coordinación del sistema.
La APS no debe ser vista como un “nivel inferior”, sino como el espacio donde se materializa el derecho a la salud en su expresión más cercana y humana.
Servicios de salud integrados y centrados en la persona
Este componente se refiere a que la Atención Primaria e Salud no debe limitarse al “primer nivel de atención”, sino funcionar como el eje articulador de todo el sistema de salud.
Su propósito es garantizar que cada persona, a lo largo de su vida, reciba servicios continuos, coordinados y de calidad, desde la promoción de la salud hasta la rehabilitación y los cuidados paliativos. Significa:

La integración efectiva requiere sistemas de información interoperables, referencia y contrarreferencia fluidas, y mecanismos de rendición de cuentas que midan resultados en salud, no solo producción de servicios.
Alinear el financiamiento con la estrategia de Atención Primaria de Salud
Sin dinero estable y bien orientado, no hay APS. Es necesario asignar una proporción creciente del gasto público en salud al primer nivel de atención, de manera planificada y vinculada a resultados.
Al menos el 30 % del presupuesto sanitario nacional debería destinarse a la APS, con mecanismos que incentiven la prevención, la calidad y la equidad territorial.
Una reforma clave sería alinear los flujos financieros del MINSA y la Caja de Seguro Social (CSS), estableciendo fondos comunes o programas integrados para territorios compartidos. El dinero debe seguir a la persona y no a la institución, garantizando que todos los panameños, asegurados o no, reciban la misma atención básica en su comunidad.
Fortalecer los recursos humanos en salud
El personal es el corazón del modelo. Panamá necesita una política nacional de recursos humanos para la APS, que contemple:
- Formación prioritaria en medicina familiar, enfermería comunitaria y salud pública.
- Programas de especialización y actualización continua.
- Incentivos profesionales, sociales y económicos para el trabajo en áreas rurales, comarcales y de difícil acceso.
- Equipos interdisciplinarios estables, con autonomía técnica y capacidad resolutiva.
Además, es vital revalorizar la función del promotor de salud comunitario como enlace entre la comunidad y el sistema formal, recuperando su protagonismo en la educación sanitaria y la vigilancia social.
Políticas públicas multisectoriales y acción sobre los determinantes sociales de la salud
La salud no se crea en los hospitales, sino en los entornos donde las personas nacen, crecen, estudian, trabajan y envejecen. Por eso, el segundo componente de la APS moderna exige políticas que integren la acción de otros sectores del Estado y de la sociedad: educación, agua y saneamiento, alimentación, vivienda, transporte, medio ambiente, empleo y protección social.
Una APS sólida depende de que el sistema de salud actúe como catalizador intersectorial, promoviendo salud en todas las políticas. Esto significa:

En América Latina, países como Chile y Costa Rica han demostrado que la intersectorialidad sostenida mejora los indicadores de salud y reduce la pobreza multidimensional. En Panamá, avanzar hacia este enfoque requiere vincular la APS con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los planes locales de desarrollo humano.
Desarrollar sistemas de información integrados y digitales
La transformación digital es condición sine qua non para una APS moderna. Panamá debe consolidar un sistema de información único e interoperable, con historia clínica electrónica nacional, registro nominal por territorio y tableros de indicadores en tiempo real.
En ese sentido reitero la necesidad de conocer y poner en práctica los ocho principios rectores que propone la OPS para orientar a los países de la Región de las Américas en los procesos de transformación digital del sector salud. Tiene como propósito apoyar a los países en la toma decisiones fundamentadas, la formulación de metas a corto y largo plazo, y la elaboración de políticas públicas sólidas y sostenibles, sin dejar a nadie atrás.
La digitalización facilitaría la referencia y contrarreferencia, el seguimiento continuo de pacientes, la telemedicina rural y la rendición de cuentas basada en evidencia. Este avance, además, fortalecería la gobernanza del sistema y la transparencia pública.
Empoderamiento y participación comunitaria
El tercer componente —a menudo el más olvidado— es la participación activa de las personas y las comunidades en las decisiones que afectan su salud. La APS no es solo un modelo de provisión de servicios, sino una estrategia de gobernanza social basada en la corresponsabilidad ciudadana.
El empoderamiento comunitario implica que las personas no sean vistas como pacientes pasivos, sino como sujetos de derecho y actores del cambio. Esto se logra mediante:

La experiencia internacional demuestra que los programas con fuerte participación social _como los de salud familiar, salud rural y control de enfermedades transmisibles_ logran mayor adherencia, sostenibilidad y legitimidad.
En Panamá, fortalecer este componente implicaría revitalizar las instancias locales de salud, incorporar la voz comunitaria en la planificación territorial y consolidar una cultura de ciudadanía sanitaria activa.
Reforzar la Rectoría del Ministerio de Salud
La Rectoría del Ministerio de Salud, constituye la capacidad del Estado para tomar responsabilidad por la salud y el bienestar de la población, al igual que para conducir el sistema de salud en su totalidad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “identifica tres grandes responsabilidades para efectivamente ejercer la gobernanza del sector salud: (i) proveer visión y dirección al sistema de salud; (ii) recolectar “inteligencia”; y (iii) ejercer influencia mediante la regulación y otros mecanismos. Igualmente, enfatiza que la capacidad del gobierno para ejercer un pobre o buen desempeño de la gobernanza del sector salud puede afectar todos los resultados del sistema de salud”.
La necesidad de fortalecer esta capacidad rectora cobra especial relevancia ahora que las nuevas autoridades del sistema público de salud coinciden en señalar la necesidad de unificar los servicios de salud de la CSS y el Minsa. Es indispensable para que el MINSA ejerza su función rectora, y tome don éxito su responsabilidad efectiva por la salud y el bienestar de la población.
Esto requiere modernizar su estructura, profesionalizar su gestión y crear mecanismos formales de coordinación con la CSS, el Mides, los municipios y las universidades.
Conclusión
El camino hacia una APS plena en Panamá no es técnico, sino político y cultural.
Significa reordenar prioridades, invertir donde se generan los mayores beneficios sociales y poner la salud de las personas —no las instituciones— en el centro del sistema.
Es una oportunidad para construir un modelo panameño de APS: integral, equitativo, participativo y sostenible, capaz de garantizar el derecho a la salud y fortalecer la cohesión nacional.
Lecturas complementarias sobre Atención Primaria de Salud
- OMS sobre Atención Primaria de Salud
- OPS sobre Atención Primaria de Salud
- Publicaciones en este Blog sobre Atención Primaria de Salud
- Sistemas integrados de salud en Panamá
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