Las redes integradas de servicios de salud son una de las principales expresiones operativas del enfoque de la Atención Primaria de Salud a nivel de los servicios de salud, contribuyendo a hacer una realidad varios de sus elementos más esenciales tales como la cobertura y el acceso universal; el primer contacto; la atención integral, integrada y continua; el cuidado apropiado; la organización y gestión óptimas; la Orientación familiar y comunitaria: y la acción intersectorial, entre otros.
En ese sentido, faltando solo 10 días para que las nuevas autoridades de salud tomen posesión, considero necesario compartir este recordatorio pues no podemos seguir con un modelo segmentado y fragmentado; que es ineficiente, propicia la desorganización y por ende la corrupción; carece de equidad en la distribución de sus recursos y carece también de una atención de calidad y humanizada en sus servicios de salud.
Para ese efecto, comparto las ideas centrales del documento de la OPS titulado “Redes Integradas de Servicios de Salud: Conceptos, Opciones de Política y Hoja de Ruta para su Implementación en las Américas”. Aunque fue escrito hace 14 años, tiene plena vigencia hoy y es totalmente coherente con nuestros Lineamientos Estratégicos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud Integral en el Marco de una Política de Estado (Libro Blanco). Recomiendo la lectura completa de ambos documentos.
Redes integradas de servicios de salud: ¿de qué estamos hablando?
De acuerdo con la OPS, “la gestión y prestación de servicios de salud de forma tal que las personas reciban un continuo de servicios de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, gestión de enfermedades, rehabilitación y cuidados paliativos, a través de los diferentes niveles y sitios de atención del sistema de salud, y de acuerdo con sus necesidades a lo largo del curso de vida”.
Por otra parte, la misma OPS señala que, el concepto de continuidad de la atención se refiere a como las personas experimentan el nivel de integración de los servicios, y puede definirse como: “el grado en que una serie de eventos discretos del cuidado de la salud son experimentados por las personas como coherentes y conectados entre sí en el tiempo, y son congruentes con sus necesidades y preferencias en salud”.
Agrega que, “la definición de servicios de salud integrales es bastante amplia y se puede expresar por ejemplo como un conjunto amplio de intervenciones preventivas y curativas para un determinado grupo poblacional. Por otra parte, la integración puede tener también distintas modalidades de integración tales como la integración horizontal, la integración vertical, la integración real y la integración virtual” El siguiente gráfico muestra los conceptos de integración horizontal, vertical, real y virtual. Todos pueden ser aplicados en nuestro país.

En todo caso, las Redes Integradas de Servicios de Salud, o Sistemas Organizados de Servicios de Salud, o Sistemas Clínicamente Integrados, u Organizaciones Sanitarias Integradas, pueden definirse como: “una red de organizaciones que presta, o hace los arreglos para prestar, servicios de salud equitativos e integrales a una población definida, y que está dispuesta a rendir cuentas por sus resultados clínicos y económicos y por el estado de salud de la población a la que sirve”. Veamos cuales son los atributos esenciales de las Redes Integradas de Servicios de Salud, según ámbito de abordaje.


Los panameños tenemos los _suficientes y necesarios_ recursos humanos y financieros, la infraestructura y abundante documentación, para desarrollar estos 14 atributos en nuestras redes de servicios de salud.
Instrumentos de política pública y mecanismos institucionales disponibles para conformar Redes Integradas de Servicios de Salud
Instrumentos de política pública
Los instrumentos de política pública representan las formas y medios (estrategias y recursos) que los gobiernos utilizan para lograr sus metas y objetivos y comprenden instrumentos jurídicos, formación de capacidades de otros, impuestos y tarifas, gastos y subsidios, y la exhortación e información.
Las opciones de instrumentos de política pública se agrupan en dos subgrupos: instrumentos jurídicos e instrumentos no jurídicos.
Nosotros contamos con los instrumentos jurídicos necesarios. Desde el mandato constitucional: Artículo 115 ordena la integración orgánica y funcional de los sectores gubernamentales de salud, incluyendo sus instituciones autónomas y semiautónomas. Decretos 290 y 420, que ordenan la coordinación efectiva entre la CSS y el MINSA, así como el desarrollo de un modelo de atención de salud basado en la APS y el abordaje de los determinantes sociales de la salud.
Los instrumentos no jurídicos incluyen todas las opciones anteriores que no corresponden a la categoría jurídica. Ejemplos de la aplicación de algunos de estos instrumentos específicos al tema de redes integradas de servicios de salud incluyen:

Mecanismos Institucionales
Los mecanismos institucionales son los que se pueden establecer en las instituciones gestoras/prestadoras de servicios de salud, y pueden agruparse en vías clínicas y vías no clínicas.
Las vías clínicas corresponden a los mecanismos relacionados con la asistencia sanitaria propiamente dicha, e incluyen, por ejemplo:

Por otra parte, las vías no clínicas se refieren a los mecanismos de apoyo al proceso asistencial e incluyen:

La separación entre vías clínicas y vías no clínicas es artificial y se ha hecho con el único propósito de facilitar la presentación de las opciones. En el apéndice C del documento de OPS presenta una “Matriz de Opciones de Política y Mecanismos Institucionales Para Conformar redes integradas de servicios de salud”. Su lectura comprensión y aplicación es obligatoria para nuestro propósito.
Conclusión
Los panameños estamos en el momento propicio para aprovechar las fortalezas internas del sistema y las oportunidades externas para desarrollar el sistema público de salud. Comenzando, eso sí, con el fortalecimiento de la capacidad de resolución de ambas instituciones, de suerte que ambas posean esa capacidad demostrada y demostrable, antes de entrar en una alianza que implique una absoluta coordinación, para no decir integración, con la otra.
En este sentido, vale subrayar que los panameños necesitamos y queremos un sistema público de salud que nos ayude a alcanzar un completo bienestar físico, mental y social. Este sistema debe ser capaz de atendernos y sanarnos cuando perdemos la salud y enfermamos. Para ello, debe proporcionarnos la atención integral que responda a nuestras necesidades en todos los niveles, en forma oportuna y gratuita, con calidad y calidez. Debe garantizar que los establecimientos de salud funcionen. Que haya los recursos humanos suficientes, con los equipos adecuados y medicamentos necesarios para que nuestra población no se quede sin recibir la atención que necesita, y ningún panameño, de cualquier edad, fallezca, porque el sistema no fue capaz de atenderlo como necesitaba.
En conclusión, como he señalado en otras ocasiones, considero que existen suficientes argumentos legales, políticos, estratégicos y técnicos para sustentar la conveniencia de la conformación de un sistema único público de salud. También tengo claro que la integración, por sí sola, no es la solución total, pues, la situación de las redes de servicios de salud del Minsa y de la CSS debe mejorar, superando las debilidades existentes en la gestión administrativa y clínica. Pero, eso sí, la “integración efectiva” es, en mi opinión, el mejor camino para superar la segmentación y fragmentación que afecta a nuestros servicios de salud.
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