
Complemento este artículo sobre las enfermedades del sistema cardiovascular, invitándolos a la lectura de la reciente publicación de “Harvard Medical School” titulada “What Will the New Cardiovascular Risk Calculator Mean for Patients?” Los hallazgos subrayan la importancia de reexaminar los límites de tratamiento actuales en paralelo con las nuevas estimaciones de riesgo para individualizar mejor la terapia y mejorar las decisiones clínicas.
Tiene gran relevancia para nosotros, pues las enfermedades del sistema cardiovascular siguen siendo la principal causa de muerte en nuestro país, causando cada año un promedio de 6,500 defunciones. Constituyen un grave problema de salud pública y requiere que avancemos hacia el desarrollo de un nuevo modelo de atención, basado en la promoción de la salud, la atención preventiva y el abordaje integral e intersectorial de los determinantes sociales de la salud.
En ese cotexto, actualizo las estadísticas nacionales (hasta el 2023), comparto resumen de la publicación de Our World in Data con información clave sobre las enfermedades cardiovasculares y los invito a complementar con la serie de artículos en este blog sobre el tema.
Enfermedades del sistema cardiovascular: ¿de qué estamos hablando?
Las enfermedades del sistema cardiovascular abarcan todas las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, incluidos los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares, la aterosclerosis, la cardiopatía isquémica, las enfermedades hipertensivas, la miocardiopatía y otras.
En conjunto, las enfermedades del sistema cardiovascular son la causa más común de muerte a nivel mundial. En 2000, alrededor de 14 millones de personas murieron a causa de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, mientras que en 2019 murieron cerca de 18 millones.
Estas enfermedades tienden a desarrollarse gradualmente con la edad, especialmente cuando las personas tienen factores de riesgo como presión arterial alta, tabaquismo, consumo de alcohol, mala alimentación y contaminación del aire.
Grandes descensos en el tabaquismo; mejoras en la detección, el diagnóstico y el seguimiento; y los avances en tratamientos médicos, iniciativas de salud pública, atención de emergencia y procedimientos quirúrgicos han ayudado a reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares en la vida de las personas. Sin embargo, persisten grandes disparidades a nivel mundial. El impacto de las enfermedades cardiovasculares se puede reducir mucho más con una mayor comprensión y esfuerzos de salud pública.
Información clave sobre las enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades del sistema cardiovascular son la causa más común de muerte en todo el mundo

El gráfico muestra las causas por las que murieron personas en todo el mundo en 2019. Cada cuadro representa una causa de muerte y el tamaño de cada cuadro es proporcional al número de muertes que causó.
Como puede ver, las enfermedades cardíacas y otras enfermedades cardiovasculares son las causas de muerte más comunes, responsables de un tercio de todas las muertes a nivel mundial, un total de alrededor de 18 millones. En Panamá cada año fallecen en promedio 7,000 personas producto de las enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades del sistema cardiovascular forman parte de un grupo más amplio de enfermedades denominadas enfermedades no transmisibles, que se muestran en azul en la visualización. Estas son enfermedades que tienden a desarrollarse gradualmente con el tiempo y no pueden transmitirse a otras personas,1 y también incluyen cánceres, enfermedades respiratorias crónicas y otras enfermedades crónicas. En conjunto, estas enfermedades no transmisibles son la causa de alrededor de tres cuartas partes de todas las muertes a nivel mundial.
Principales causas de muerte en Panamá
Como se aprecia en los siguientes cuadros, las enfermedades del sistema cardiovascular presentan un claro aumento y constituyen la principal causa de muerte en el país, causando el 28% del total de defunciones (32,587) defunciones en los últimos cinco años. En Panamá cada año fallecen en promedio 7,000 personas producto de las enfermedades cardiovasculares.


La cifra mundial de muertes por enfermedades cardiovasculares ha aumentado

El número total de muertes por enfermedades cardiovasculares ha aumentado a nivel mundial. En 2000, alrededor de 14 millones de personas murieron a causa de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, mientras que en 2019 esa cifra fue de casi 18 millones.
Este aumento se debe en parte al crecimiento y envejecimiento de la población, especialmente en Asia, así como al aumento de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes.
Como algunas de estas tendencias continuarán en las próximas décadas (particularmente con el creciente número de personas mayores en todo el mundo), es probable que las enfermedades cardiovasculares se conviertan en una carga mayor para los sistemas de salud.
Las tasas de mortalidad por enfermedades del sistema cardiovascular también han disminuido en muchos países

Por otro lado, aunque el número de muertes por enfermedades cardiovasculares está aumentando, pero, como muestra este gráfico, la tasa de mortalidad ha disminuido en muchos países. Esto significa que el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares es ahora menor que en el pasado entre poblaciones del mismo tamaño y edad.
En Estados Unidos, por ejemplo, la tasa de mortalidad estandarizada por edad por enfermedades cardiovasculares era de más de 500 por 100,000 personas en 1950 y disminuyó a menos de 150 en 2020. Esto representa una reducción de casi tres cuartas partes. En Panamá se aprecia la misma situación, descendiendo de 275.4 muertes por 100,000 habitantes en 1966 a 118.1 en 2019.
La espectacular disminución del tabaquismo ha desempeñado un papel importante en esta reducción. Pero durante los siglos XX y XXI, también hemos logrado importantes avances en la detección, el diagnóstico y el seguimiento, y hemos desarrollado iniciativas de salud pública, atención de emergencia, tratamiento médico, dispositivos, y cirugías, que han ayudado a reducir las consecuencias de las enfermedades cardiovasculares.
Existen grandes disparidades en las tasas de mortalidad por enfermedades del sistema cardiovascular en todo el mundo

Las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares varían ampliamente entre países. Como se muestra en el mapa, tienden a ser mayores en África, Asia, Europa del Este y América del Sur que en América del Norte y Europa Occidental.
En Francia, Australia y Canadá, la tasa de mortalidad estimada fue inferior a 80 por 100,000 personas en 2019. Mientras que en Afganistán, Sudán y Mongolia, fue de más de 500.
Estas amplias diferencias surgen de diferencias en los factores de riesgo (como el tabaquismo, el consumo de alcohol y la contaminación del aire), así como de un menor acceso a la atención médica y de menor inversión para detectar y tratar enfermedades cardiovasculares, que pueden requerir un manejo a largo plazo.
Una variedad de factores aumenta el riesgo de enfermedades del sistema cardiovascular

El gráfico muestra el número estimado de muertes por enfermedades cardiovasculares atribuidas a cada factor de riesgo. Diferentes tipos de factores de riesgo aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Esto incluye conductas como fumar, consumir alcohol y dietas ricas en azúcar y sodio; factores de riesgo clínicos, como presión arterial alta y colesterol LDL alto; y riesgos ambientales, como la contaminación del aire y la exposición al plomo.
La presión arterial alta, o hipertensión, es el factor de riesgo número uno. Se estima que causa casi 10 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares anualmente. En Panamá el 70% de las defunciones por enfermedades del sistema cardiovascular están asociadas directamente con la hipertensión arterial.
What Will the New Cardiovascular Risk Calculator Mean for Patients?
Una calculadora de riesgo de enfermedad cardiovascular presentada recientemente que mide el riesgo de un paciente de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular está mejor calibrada y es más precisa que su versión anterior, pero si las pautas de tratamiento actuales para el colesterol y la presión arterial permanecen sin cambios, la nueva calculadora puede tener consecuencias no deseadas, según una investigación de la Facultad de Medicina de Harvard. Ver artículo completo aquí.
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