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Esperando por las promesas de saludLos panameños seguimos esperando por las promesas de salud. Para demostrarlo intentaré en esta glosa hacer un balance del cumplimiento de las promesas que nos hizo nuestro Presidente en el documento “Plan Estratégico del Gobierno 2015-2019”, que regirá durante los cinco años de la gestión del Presidente, y que se enmarca en los parámetros de la Agenda Social del Plan de Gobierno de la Alianza El Pueblo Primero, planteados durante el pasado torneo electoral de 2014. La primera vez que abordé este tema fue hace seis meses y el panorama no ha cambiado en lo absoluto, por lo que consideré necesario este recordatorio, basándome ahora en el plan estratégico señalado arriba.

Recordemos que en Plan Estratégico (basado en las promesas de campaña) nuestro Gobierno se comprometió a: “Garantizar el acceso universal a la salud, con énfasis en áreas indígenas; Mejorar la calidad de la atención, mediante el mejoramiento de infraestructuras de atención primaria existentes y habilitación de los MINSA CAPSI; Reducir la desnutrición crónica de la población menor de 5 años, particularmente de 6 a 24 meses; Avanzar a un enfoque de salud preventiva y la consolidación de un Modelo de Atención primaria en Salud; Unificar el Sistema Público de Salud. Dicha unificación debe hacerse de forma gradual y escalonada (Coordinación de políticas; Integración gradual; Sistema Unificado)”

Para evaluar el cumplimiento o el avance, esperaba que la Presidencia, tuviese en su página Web, en el contexto de la “transparencia”, información objetivamente verificable sobre el seguimiento sistemático de las promesas de campaña y del Plan Estratégico en Salud. Como no fue el caso, me valdré de la percepción documentada y disponible sobre el desempeño gubernamental en salud. Y para el análisis de la situación de salud de los grupos mencionados en los documentos, utilizaré la información disponible en el MINSA y el INEC.

Esperando por las promesas de salud: la opinión pública

Inicio destacando la apreciación de nuestra población recogida en las “Encuestas de Opinión Pública llevada a cabo por la firma Dichter & Neira”. Veamos un resumen:

Esperando por las promesas de salud encuestas-dyn-gabineteDurante todo el 2016, el 55% de los encuestados calificaron la gestión del Gabinete como mala o muy mala. Al final del año la población calificó al Director de la CSS como el peor funcionario, seguido de cerca por el Ministro de Obras Públicas, el propio Presidente, la Ministra de Educación y nuestro Ministro de Salud.

Esperando por las promesas de salud encuestas-dyn-ministro-de-saludIgualmente durante todo el 2016, en promedio el 57% calificó la gestión del Ministro de Salud como mala o muy mala. Vale destacar que durante los dos últimos meses del año, la calificación alcanzó el 65% de rechazo por parte de la población. Además durante noviembre el 75% de la población consideró que el Director de la CSS no debía permanecer al frente de la institución. Es conocido además que recientemente dos ministros (entre ellos el de salud) solicitaron al Presidente la destitución del Director de la CSS. Adicionalmente, o como consecuencia de ello, durante el año, la salud y los servicios de salud fueron percibidos entre los cinco problemas más graves que enfrenta el país en este momento.

Y esta situación hizo crisis la semana pasada, cuando finalmente el Director de la CSS presentó su renuncia. Enhorabuena, pero eso no es suficiente, el exdirector debe responder por todos los desaciertos cometidos durante su mandato y someterse a las auditorías que señale nuestra Contraloría. Tampoco están exentos de culpa los miembros de la Junta Directiva, quienes fueron claramente negligentes al no ejercer su poder de veto y supervisión. Así mismo, le tocará al Ministro de Salud “poner sus barbas en remojo”, para recuperar con sus acciones la aprobación de la población, o correr la misma suerte que el hoy subdirector de la CSS.

Esta percepción de nuestra población es el primer reflejo claro del rechazo por la falta de cumplimiento por parte de las autoridades. Y agrego, no se cumplirá mientras se mantengan en los cargos, aquellos que no son capaces de gestionar con equidad y eficiencia sus instituciones, ni de escuchar y satisfacer las demandas y necesidades de la gente. Pero esto último parece difícil y más grave porque la última encuesta de opinión también señala entre los siete principales problemas del año, que “el Presidente no escucha al Pueblo”. MIentras tanto, los panameños seguimos esperando por las promesas de salud.

El contexto político en el inclumplimiento de las promesas de salud

Además, en mi opinión, la permanencia de estos funcionarios en sus posiciones, evidencia claramente el nefasto “clientelismo político” que caracteriza la actual administración, como lo expresa el informe de la organización Panamá Transparente, cuando señala como “no cumplidas” las promesas de impulsar normas para sancionar la corrupción y el clientelismo, y la creación de mecanismos claros y efectivos que impidan el tráfico de influencias. Como si fuera poco, la encuesta D&N antes citada señala que cerca del 80% de la población considera que el gobierno se maneja con poca o ninguna transparencia.

Esperando por las promesas de salud corrupciónY qué decir de los casi 60 Comunicados de la COMENENAL, los cuales no han cesado de llamar la atención sobre la corrupción en el Sector Salud. Allí se denuncia, entre otras: el desabastecimiento importante de Medicamentos y de Insumos Médico Quirúrgicos; la compra injustificada de 3 millones de dosis de vacunas (75% de la población) para cortar una epidemia en una población de 4 millones de habitantes; el tener que descartar medicamentos e insumos médico-quirúrgicos vencidos por haberse comprado cantidades exageradas no necesarias; el deterioro de los equipos; las ilegales medidas extraordinarias de compras directas; la externalización de servicios (privatizar) cuando se demuestra que son más costosos, por la ganancia a la compañía intermediaria, que si los da la propia institución; el afán de construir más hospitales donde no se necesitan, sin tener un solo análisis situacional que lo sustente; la carencia de mantenimiento preventivo a las instalaciones de salud; etc… Todo lo cual, subrayo, es la principal causa de la mala calidad de la atención en nuestros hospitales y centros de salud, del deterioro de los indicadores de salud de la población y de que los panameños sigamos esperando por las promesas de salud..

No menos importante es la debilidad del Ministerio de Salud para el ejercicio efectivo de su Función Rectora (identificada en el propio Plan Estratégico del Gobierno como parte importante de los problemas a superar), en especial su capacidad para velar por la “garantía y mejoramiento de la calidad de servicios de salud individuales y colectivos”. Así como la falta de capacidad gerencial de muchos de nuestros directores de hospitales; la ineficiencia producto de la desorganización, propiciada por el clientelismo y la corrupción, y en no pocos casos la indiferencia y falta de compromiso en la gestión pública.

Avance de las intervenciones en salud prometidas

Pero retomemos el tema de salud, y reflexionemos un poco más sobre el avance las “intervenciones en salud” prometidas en el citado Plan Estratégico del Gobierno (página 73 en adelante).

Lamentablemente, luego de más de dos años de gobierno, los panameños seguimos esperando por las promesas de salud, en especial por la “unificación del sistema público de salud”. El Diálogo Nacional para la Transformación del Sistema de Salud Pública y la recién creada Comisión de Alto Nivel, solo han aportado documentos que no han tenido respaldo político efectivo.

Tampoco han llenado las expectativas, la construcción, rehabilitación y equipamiento de la infraestructura de salud a nivel nacional, a pesar de que solo tenían que aprovechar las obras en construcción dejadas por el gobierno anterior. Ahí está de testigo la abandonada “Ciudad de la Salud” y muchos de los llamados “MINSA CAPSI”. De acuerdo a la página de transparencia del MINSA, salvo el de Macaracas, ninguno de los demás está 100% terminados y muestran falencias en construcción, equipo y mobiliario, y algunos hasta financiamiento. Tampoco ha sido rara la falta de acceso, hasta deficiencias en el servicio porque en algunas de las zonas, donde se construyeron los proyectos, no contaban con carreteras, agua potable o electricidad. También prometieron la construcción del Hospital General de Panamá Norte. Este hospital deberá estar listo en tres años, luego de que se realice la entrega de la orden de proceder. Será pues, otra promesa incumplida…

Aunque, de acuerdo a la información oficial del MINSA y la CSS, complementada por la opinión de expertos, la red de servicios públicos de salud, parece ser suficiente para atender de manera coordinada las necesidades de salud de la población. Así que habría considerar y reflexionar sobre la pertinencia de seguir construyendo hospitales y centros de salud.

El “avance a un enfoque de salud preventiva y la consolidación de un Modelo de Atención primaria en Salud”, es un discurso muy apetecible en un Sector Salud con una histórica tradición de APS. Nuestras instituciones desarrollan en los niveles locales, sin necesidad de promesa alguna, un Modelo de Atención Individual, Familiar, Comunitario y Ambiental, que está basado en la Estrategia de Atención Primaria en Salud Renovada. Es decir, que quede claro, éste gobierno no se puede adjudicar los avances en Atención primaria de Salud. Existían ya desde antes que naciera la mayoría de los panameños.

EL problema de los Recursos humanos en salud, no se resuelve nombrando más especialistas. De acuerdo al Ministerio de Salud; “Para el año 2012 la densidad de médicos y enfermeras en Panamá era de 29.5 por 10000 habitantes, ubicándose en la clasificación recomendada, en consonancia con lo establecido por la Organización Mundial de la Salud, que intenta asegurar un nivel mínimo de cobertura para alcanzar metas mínimas de salud relacionadas con los Objetivos de Desarrollo del Milenio…”

Esperando por las promesas de salud RRHH 2012No obstante, como lo evidencia la gráfica previa, allí donde la población es más pobre y sufre más, es donde asignamos menores recursos, en este caso, recursos humanos. Es claro entonces que la redistribución equitativa de nuestros recursos humanos es un tema que debemos abordar y superar y nadie, ni el gobierno, ni los gremios, lo quieren abordar.

Tampoco es atribuible a este Gobierno la tendencia positiva de nuestro gasto público en salud, el cual ha ido en aumento en los últimos años. Pero…resulta el mayor porcentaje de recursos financieros es asignado a los hospitales. Y esto hace muy difícil la posibilidad de reasignar los recursos financieros disponibles para fortalecer la promoción, educación en salud, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno. Se requiere de una asignación financiera sostenible que se asigne al primer nivel de atención (la cual no se ha dado).

Los resultados de las intervenciones para disminuir la mortalidad materna e infantil, no se verán en este gobierno, y de acuerdo a lo que venimos haciendo, parece que vamos por mal camino. Veamos alguna información sobre la situación en nuestro país de estos dos indicadores.

Esperando por las promesas de salud tasa-mortalidad-materna-tendencia-2019Es claro que existe una tendencia al aumento de la mortalidad materna, la cual es más pronunciada para nuestras áreas rurales, y dentro de éstas, las Comarcas y Provincias más pobres del territorio. Allí “donde las carencias comprometen la supervivencia humana…” Y no olvidemos que nuestro país quedó muy lejos de alcanzar la meta pactada para los Objetivos de desarrollo del Milenio (¡12.5 por 100,000 nacidos vivos!).

También es claro que como sociedad hemos fracasado, pues en el decenio 2005-2014 un total de 441 mujeres jóvenes perdieron la vida por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio, y siguen falleciendo en promedio 44 madres por año.

Así mismo es muy preocupante que las principales causas de defunciones sean hemorragia Obstétrica, Aborto complicado con infección genital y pélvica, Pre eclampsia, Anemia que complica el embarazo, parto y puerperio, Embarazo ectópico. Todas ellas asociadas a la atención en hospitales y centros de salud, así como los cuidados prenatales, el estado de salud previo, y las desigualdades en las condiciones de vida de una población. En fin, todas las causas prevenibles y evitables

Esperando por las promesas de salud tasa-mortalidad-infantil-tendencia-2019La tasa de Mortalidad Infantil, al igual que la Materna, muestra una tendencia al ascenso, la cual es más pronunciada para nuestras áreas rurales, y dentro de éstas, las Comarcas y Provincias más pobres del territorio. En promedio fallecen cada año 1,000 menores de un año, comprometiendo el futuro de nuestra generación de relevo. Además no olvidemos que este indicador es uno de los principales indicadores utilizados para evaluar la situación del desarrollo social de un país. Al igual que para la mortalidad materna, nuestro país quedó lejos de alcanzar la meta pactada para los Objetivos de desarrollo del Milenio (¡6.3 por 1,000 nacidos vivos!).

De acuerdo al MINSA, el análisis de las cinco principales causas de muerte, en la estructura de la mortalidad infantil, indica que las principales causas las ocupan las afecciones originadas en el periodo perinatal y las malformaciones congénitas. Estas asociadas a la atención de la madre y el recién nacido, a nivel de centros de salud y hospitales.

Para reducir la desnutrición crónica de la población menor de 5 años, particularmente de 6 a 24 meses; Panamá se ha comprometido en desarrollar las estrategias e intervenciones propuestas en el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC 2025. Los resultados no se verán en esta administración, pero es una excelente iniciativa, por lo que hago votos para que el próximo gobierno mantenga los esfuerzos.

Al final, coincidiendo con la mayoría de la población, me queda cada vez más claro que la solución a la crisis de nuestro sistema de salud, pasa necesariamente por un genuino y efectivo compromiso político, el fortalecimiento de la capacidad de Gestión Pública y la necesidad de eliminar la injerencia nociva de los intereses políticos, económicos, y gremiales en las cuestiones públicas…

Empero, una buena noticia parece ser los postulados de la nueva Política Nacional de Salud 2016-2025, comprometidos con el sistema de salud que queremos, así como el incremento progresivo del gasto público en salud. No obstante, la ejecución de la Política y de los recursos financieros, requerirán de una efectiva participación social, un liderazgo eficiente, firme y comprometido del Sector, acompañado del efectivo apoyo político del Ejecutivo, el cual no se ha evidenciado hasta la fecha, causando que los panameños sigamos esperando por la promesas de salud.

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