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Comenzó la transformación del Sistema público de saludLa transformación del sistema público de salud, comenzando por “lograr una coordinación funcional y efectiva entre el MINSA-CSS en todos los niveles de atención, hacia un sistema público de salud integrado por etapas”, fue la primera tarea que para “Salud”, ofreció el Presidente en su plan de acción de campaña titulado “Uniendo Fuerzas”. Y la firma, ahora muy temprano en su gestión, del Decreto Ejecutivo 290, por medio del cual se establece el proceso de coordinación efectiva y sostenible de los servicios integrales de salud, entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social, para la población de la República; es una prueba categórica de que ese compromiso se va a cumplir. Y, con ese acto, comienza la transformación del sistema público de salud.

En ese sentido, comparto a continuación las ideas centrales del artículo publicado bajo el mismo título en La Estrella de Panamá. Hago algunos aportes adicionales para complementar el mismo.

El Decreto Ejecutivo 290

Para comenzar, la lectura del Decreto, deja ver que, el documento tiene un sólido e irrebatible basamento legal y técnico, pues, a partir del contenido de nuestra Constitución Política y las leyes relacionadas, el Decreto echa mano de los valiosos aportes de tres espacios de concertación, a saber: la Mesa de Salud de la Concertación Nacional para el Desarrollo; la Mesa de Dialogo por una mejora y fortalecimiento del sistema de salud integral y; la Comisión de Alto Nivel para la transformación del sistema de salud.

El Decreto debe sumar voluntades y superar las posiciones atrincheradas de los “opositores por defecto” de siempre. Insisto en que marca el inicio oficial de la necesaria transformación del sistema público de salud, y merece el reconocimiento y felicitaciones de la ciudadanía, pues, mediante el mismo, el gobierno da un paso tangible para el cumplimiento de su función de velar por la salud de las personas, comprometiéndose a fortalecer los procesos institucionales de gestión, subsanar la fragmentación existente en el sector salud, así como la duplicación de esfuerzos y recursos, que en nada beneficia a la población.

Es importante subrayar para mitigar reservas y temores, que, fundamentado en las recomendaciones de los grupos de trabajo arriba señalados, el proceso de coordinación, que es solo funcional en esta fase no le quitará autonomía ni fortalezas a la CSS. Se realizará de manera gradual y por etapas, optimizando en cada etapa, los recursos de ambas instituciones, para satisfacer las necesidades de salud de la población.

El Decreto también hace explícita la necesidad de evaluar de forma permanente los procesos de atención en tres niveles del sistema, así como la separación y compensación de costos entre ambas instituciones, la cual ha sido objeto de recelos y oposición por parte de la población asegurada, olvidando que también el MINSA atiende a esa población, y muchas veces no recibe el pago justo y a tiempo, por las prestaciones ofrecidas.

Los invito a la lectura completa del Decreto Ejecutivo 290.

Tres condiciones necesarias para la transformación del sistema público de salud

Antes de entrar en las tres condiciones, insisto, para la tranquilidad de la población, que, para impulsar la transformación del sistema público de salud, la CSS y el MINSA, contarán (como lo demuestra la siguiente gráfica) con los recursos financieros suficientes. Sumaron más de 34,000 millones de balboas en el pasado quinquenio y la tendencia es al aumento.

Presupuesto CSS y MINSA

Esta cantidad de dinero, administrada de forma eficiente y sin corrupción, es más que suficiente para la rehabilitación de las instituciones que lo necesitan, la compra de equipos, medicamentos e insumos que necesitan los panameños.

Vayamos ahora las tres principales condiciones necesarias para la transformación del sistema de salud. Señalo de entrada que hay muchas más, y estoy seguro que los miembros de la CAN y de ambas instituciones de salud, las conocen al detalle.

Fortalecimiento de la capacidad de resolución de las redes de servicios del sistema público de salud.

Pero no basta con subsanar la fragmentación existente. La transformación debe iniciar con el fortalecimiento de la capacidad de resolución de las redes de servicios de salud de ambas instituciones. Las nuevas autoridades de salud deben garantizar que los establecimientos públicos de salud funcionen como esperamos. Que estén debidamente construidos, que no les falte el agua o la energía eléctrica, que se pueda llegar a ellos fácilmente. Que tengan los recursos humanos con las competencias necesarias, los equipos, materiales y medicamentos apropiados y suficientes, adquiridos de forma transparente, para que nuestra población no se quede sin recibir la atención (cirugías, tratamientos, diálisis, etc.…) que necesita, y ningún panameño de cualquier edad fallezca porque el sistema no fue capaz de atenderlo como necesitaba.

Lo anterior es especialmente crítico para las comunidades más pobres y vulnerables del país. En ellas no ha sido una prioridad mejorar las condiciones sociales en las que viven y trabajan las personas, como queda demostrado al examinar cualquiera de los indicadores que demuestran con mayor claridad el impacto de la pobreza multidimensional en la salud de las personas. Por ejemplo, la razón de mortalidad materna.

Mortalidad materna por provincias y comarcas

El análisis de la razón de mortalidad materna por provincias y comarcas, evidencia que ésta es diez veces mayor en las comarcas indígenas que en la provincia de Panamá. Este resultado evidencia el efecto de la elevada pobreza multidimensional sobre la mortalidad materna, y nos obliga a redoblar los esfuerzos en estos territorios. Estos datos deben ser orientadores de las estrategias que se impulsen para avanzar con equidad en la transformación del sistema público de salud.

El Director que necesitamos y queremos en la Caja de Seguro Social

La transformación también requerirá de un Director en la CSS, con las competencias necesarias para impulsar el cumplimiento de la necesaria coordinación. Para ello debe provenir de un proceso de selección transparente, libre del nefasto clientelismo político. Debe ser un ciudadano ejemplar, tener la formación profesional, experiencia, capacidad, solvencia ética y moral, para concentrarse, sin amarres ni compromisos, en garantizar la ejecución efectiva y eficiente de las políticas y lineamientos estratégicos de la institución y del sector salud en general.

Debe ser capaz de garantizar a los asegurados, de forma continua, con eficiencia y calidad, los servicios de salud por los que pagan y se merecen. Pero no olvidemos que, buena parte de las falencias de la CSS recaen en su Junta Directiva, de la cual firman parte el Director, el ministro de salud, el ministro de economía y finanzas y el Contralor general de la república. Por lo tanto, y subrayo, ellos también son responsables.

Fortalecimiento de la capacidad de Rectoría  MINSA para la transformación del sistema público de salud

Finalmente, también será necesario el fortalecimiento institucional del ministerio de salud en todos sus niveles, para cumplir con las competencias institucionales que requiere el ejercicio efectivo de la Función Rectora del sector salud. Se trata de una condición absolutamente necesaria para liderar la transformación, aprovechando los recursos humanos, físicos y financieros que tenemos disponibles, y ahora, impulsar el desarrollo de la necesaria transformación del sistema de salud.

Conclusiones

El Decreto marca el inicio oficial de la necesaria transformación del sistema público de salud, y merece el reconocimiento y felicitaciones de la ciudadanía, pues, mediante el mismo, el gobierno da un paso tangible para el cumplimiento de su función de velar por la salud de las personas, comprometiéndose a fortalecer los procesos institucionales de gestión, subsanar la fragmentación existente en el sector salud, así como la duplicación de esfuerzos y recursos, que en nada beneficia a la población.

Pero no cantemos victoria panameños, recordemos que han pasado doce años desde que la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, entregara al Ejecutivo de aquel entonces un documento que contenía todos los aspectos que necesaria y obligatoriamente debían tenerse en cuenta para la transformación integral del Sistema Sanitario. Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no fuimos capaces de cumplir con el discurso.

Nos toca apoyar el desarrollo de esta iniciativa, ejerciendo a la vez, nuestro derecho y deber de participar activamente del proceso de supervisión y evaluación de la coordinación que establece el Decreto.

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