Icono del sitio

Embarazo en adolescentes en Panamá: ¡urgente llamado de atención!

Embarazo en adolescentes en PanamáLa cifra de embarazo en adolescentes en Panamá, se mantiene estable, sumándose a las miles que al finalizar el año 2019, habrán sufrido esta experiencia que no les corresponde por ser todavía casi niñas, producto de un inicio de su vida sexual en forma no planificada y desprotegida. También al término del año, decenas de nuestras jovencitas habrán adquirido además el VIH, y algunas, aunque muy pocas, es posible que fallezcan por causas del embarazo y el parto.

También sabemos que las adolescentes embarazadas, iniciarán una penosa trayectoria cargada de situaciones que vulneran sus derechos; en muchos casos serán apartadas y discriminadas en sus lugares de estudio; se insertarán en el mercado de trabajo en condiciones precarias, pues los comportamientos tradicionales de unión y embarazo temprano reducen las posibilidades de movilidad social. Además, la muy probable ausencia de la pareja masculina, ya sea otro joven igualmente desprotegido que elude la responsabilidad paterna, o un adulto que se aprovecha de las circunstancias, agrava e incide directamente en la situación de pobreza de las madres adolescentes y sus hijas o hijos. Esta situación intensifica la desprotección de los menores ya nacidos frente a la pobreza y cronifica los retrasos en el desarrollo infantil temprano de las/os niñas/os que son fruto de una maternidad impuesta.

En ese contexto consideré obligatorio retomar al tema del embarazo en adolescentes en Panamá, compartiendo en esta ocasión el magnífico reportaje del diario La Prensa, titulado “Persiste escalada de embarazos en jóvenes” (en cursivas), compartiendo al final algunas consideraciones de mi autoría. Antes de entrar en materia felicito el compromiso y esfuerzo de la periodista Aleida Samaniego, autora de la publicación.

Embarazo en adolescentes en Panamá: cifras oficiales del MINSA

Embarazo en adolescentes en Panamá: información del INEC

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, los nacimientos vivos de madres menores de 19 años, llegaron a más de 70,000 en el período entre los años 2013-2017. De estos 3,000 correspondieron a niñas menores de 15 años. No menos importante es destacar que durante 2017 (informe más reciente del INEC) el 45% de los hombres que embarazaron a las niñas y adolescentes eran mayores de edad, lo que supone una violación que debe ser penalizada. Por otro lado, en el 40% de los casos no se especifica la edad, lo que puede estar ocultando una mayoría de edad. En todo caso, solo el 15% fueron hombres adolescentes, lo cual tampoco debió ocurrir.

Aunque la gráfica muestra una ligera tendencia al descenso, ¡no es suficiente!, pues si no hacemos nada, durante el 2019 tendremos 13,000 adolescentes embarazadas, de las cuales 400 no habrán cumplido los quince años.

Además, también sabemos que, en Panamá, como consecuencia del inicio sexual sin protección ni conocimientos suficientes, los casos de VIH y SIDA en la población adolescente se incrementan cada año, acercándose al 8% de la totalidad. Y algunas, aunque muy pocas, es posible que fallezcan por causas del embarazo y el parto, pues como informa el Estado Mundial de la Población “las probabilidades de que las adolescentes de entre 15 y 19 años mueran debido al embarazo o el parto son dos veces superiores que aquellas mayores de 20 años”. De hecho, en nuestro país, alrededor del 20% de las muertes maternas, ocurren en madres menores de 19 años. Como si esto fuera poco, también sabemos que el embarazo adolescente es una causa recurrente en la reproducción y feminización del círculo de la pobreza.

Embarazo en adolescentes: un problema social que crece y no hacemos lo suficiente

Embarazo en adolescentes: opiniones autorizadas

Conclusión

Como he señalado en varias publicaciones, el embarazo en adolescentes en  Panamá es un problema que no hemos abordado de la mejor manera. Nuestra sociedad no supera el debate sobre la “educación sexual” versus “la educación en sexualidad” que necesitamos y la situación del embarazo en adolescentes no varía. Unos afirman que “no se necesita una ley” para abordar el tema, apoyándose muchos en la religión, como si se tratara de un asunto religioso, pero no hay información que indique que una adolescente creyente evite las relaciones sexuales precoces y sin protección. Otros señalan la urgencia de la educación sexual apoyada en un marco legal renovado. Ambos grupos se mantienen “atrincherados en sus posiciones”, sin lograr el consenso necesario. Olvidamos que de lo que se trata es de ofrecer a nuestras adolescentes la información y el apoyo necesario para que sepan cuidarse, defenderse y tomar las mejores decisiones…

No ha sido suficiente para evitar el embarazo en adolescentes en Panamá, el invocar valores como la familia, el amor, la educación, la fidelidad y la paternidad responsable, en los cuales, dicho sea de paso, todos creemos. Preguntémonos: ¿por qué nuestros adolescentes no se cuidan?, ¿acaso no saben que el sexo sin protección tiene consecuencias negativas?, ¿serán las presiones grupales?, ¿estarán confundidos por tantos mensajes?, ¿cómo estará su autoestima?, ¿estamos fallando los padres?, ¿Qué tenemos que hacer?, Esto no puede continuar pues cada día que pasa aumentan las posibilidades de embarazo y sufrimiento para nuestras adolescentes.

Para abordar con éxito la situación de embarazo en adolescentes en Panamá, hay que estar dispuestos a abrirnos al debate respetuoso, superando las murallas ideológicas, religiosas, políticas y “ponernos en los zapatos” de los adolescentes. No debemos optar por suprimir libertades, esgrimiendo cada uno sus argumentos personales. “Nuestra sociedad debe ofrecer herramientas a la población adolescente y juvenil para que sepa manejarse con éxito en este mundo de libertades”.

Salir de la versión móvil