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Sociedades Justas: equidad en salud y vida digna

Sociedades Justas: equidad en salud y vida digna“Sociedades Justas: Equidad en la Salud y Vida Digna” es el título  del Resumen Ejecutivo del Informe que la Comisión de la Organización Panamericana de la OPS sobre Equidad y Desigualdades en Salud de las Américas, entregó a los ministros de Salud que esta semana participan en el 56º Comité Ejecutivo de la OPS.

Las doce recomendaciones que hace la Comisión para reducir las inequidades en salud deben ser el norte del quehacer de las autoridades que elijamos en el 2019. Esto es así porque el nuestro es una no de los más desiguales países del planeta y no hemos resuelto la desigualdad que castiga en todos los sentidos a nuestras poblaciones más pobres y vulnerables. Comparto con ustedes un breve resumen de a nota de prensa de la OPS, complementado con datos nacionales que reflejan nuestra gran desigualdad, y les invito a lectura completa del Informe.

Sociedades Justas: breve vistazo al Resumen Ejecutivo

Con la mirada puesta en la meta de alcanzar “sociedades Justas: equidad en salud y una vida digna”, la Comisión parte del análisis de las desigualdades en la salud de la región, que están fuertemente relacionadas con la situación socio económica, la etnicidad, el género, la discapacidad y las etapas de la vida en las que se encuentren las personas. También examina los factores determinantes estructurales de las desigualdades de la salud, desde las que se generan en los ámbitos políticos, sociales, culturales y económicos, hasta el impacto del medio ambiente, el cambio climático y los desastres naturales, por mencionar algunos ejemplos.

“La desigualdad domina el continente americano: no solo la desigualdad socioeconómica, sino también las desigualdades entre indígenas y no indígenas; entre las personas afrodescendientes y las de origen europeo; entre los géneros; entre las personas con discapacidad y las que no tienen discapacidad; entre personas de diferente orientación sexual y entre migrantes y no migrantes”, subraya la Comisión. “Demasiada desigualdad perjudica la cohesión social, remite a una distribución injusta de las oportunidades de vida y a las desigualdades en torno a la salud”.

En el resumen ejecutivo también se abordan las desigualdades en las condiciones de la vida cotidiana en los primeros años, la educación, la vida laboral y la edad avanzada, así como las desigualdades en lo que se refiere a ingresos y protección social, el impacto de la violencia, las condiciones de vida y el sistema de salud.

También presenta los mecanismos de gobernanza más eficaces para lograr una mayor equidad en materia de salud, entre ellos la participación de las comunidades y de la sociedad civil, así como sistemas de seguimiento eficaces que capten las desigualdades relacionadas con la situación socioeconómica, el género, la etnicidad y otras dimensiones de la inequidad. Asimismo, se destaca la importancia de los derechos humanos para asegurar no sólo una mayor equidad en la salud, sino también en la rendición de cuentas en la región.

En las 12 recomendaciones para que los países de las Américas pueden reducir las inequidades y desigualdades en salud en la región se plantean objetivos prioritarios y medidas concretas que deben tomarse en los siguientes rubros generales:

Conclusión del Resumen Ejecutivo

“Es necesaria la acción pública para crear las condiciones para que las personas puedan llevar una vida digna, caracterizada por la autodeterminación, reconociendo la indivisibilidad, la interrelación y la interdependencia de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y los derechos de los pueblos indígenas. Hemos puesto de relieve que las inequidades en materia de salud no son una cuestión de “ellos y nosotros”, los excluidos y no excluidos, sino que (en grados variables) afectan a todos los miembros de la sociedad: este es el gradiente social en la salud. Pero los más vulnerables son los más perjudicados. Por esta razón, la acción sobre los determinantes sociales de la salud es necesaria para todos, pero también lo es la acción para satisfacer las necesidades específicas y las aspiraciones de las personas cuya vida se ve más afectada por la exclusión, la discriminación y las desventajas”.

“Las leyes en materia de derechos humanos pueden ser herramientas poderosas para fortalecer estos principios, no solo porque contribuyen a la formación de conciencia y consenso en torno a valores comunes, sino también para orientar el análisis y fortalecer la medición y rendición de cuentas de los derechos humanos y la equidad en la salud”.

“Por medio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los países han acordado movilizar sus esfuerzos durante los próximos 15 años para poner fin a todas las formas de pobreza, luchar contra las desigualdades y enfrentar el cambio climático, asegurando que “nadie quede se quede atrás”. Como parte de este proceso, cada país debe revisar los objetivos prioritarios establecidos por esta Comisión, adaptarlos a sus circunstancias específicas, y determinar los recursos, los cambios legislativos y la creación de capacidades que se necesitan para llevar adelante las acciones concretas. El logro se traducirá en sociedades más justas, en las cuales todas las personas puedan llevar una vida digna y en las que la equidad en la salud sea una meta alcanzable”.

¿Qué debemos hacer en Panamá por una sociedad justa?

La Comisión recomienda a los países, nosotros entre éstos, a “revisar los objetivos prioritarios establecidos por esta Comisión, adaptarlos a sus circunstancias específicas, y determinar los recursos, los cambios legislativos y la creación de capacidades que se necesitan para llevar adelante las acciones concretas. El logro se traducirá en sociedades más justas, en las cuales todas las personas puedan llevar una vida digna y en las que la equidad en la salud sea una meta alcanzable”.

Como señalé en mi artículo “Equidad en salud, desigualdad y pobreza multidimensional”, nuestras posibilidades de disminuir la pobreza y la desigualdad que nos caracteriza, y alcanzar una sociedad justa, aumentarán en la medida que seamos capaces de unir esfuerzos y desarrollar todos juntos las estrategias que propone el Plan Estratégico Nacional con Visión de Estado “Panamá 2030”.

El documento reconoce que “los altos niveles de pobreza y desigualdad según territorios, ocasionan que grupos importantes de la población no acumulen capital humano ni social, así como tampoco desarrollen capacidades que les permitan generar los niveles de ingreso requeridos para satisfacer sus necesidades básicas”. En ese contexto para fomentar el desarrollo se proponen cinco objetivos meta, todos interrelacionados. No obstante, por razones de espacio, me referiré a continuación a dos de ellos: Buena vida para todos y; Crecer más y mejor. Les invito a la lectura completa del documento original y a reflexionar sobre la necesidad de construir sociedades más justas.

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