Comparto resumen de traducción libre de la introducción de las estimaciones conjuntas de desnutrición infantil: niveles y tendencias, publicadas en 2023 por UNICEF-OMS-Banco Mundial y los invito a la lectura completa del documento, pues en nuestro país la desnutrición infantil es un grave problema de salud pública, afectando principalmente a los infantes de nuestras comarcas y provincias más pobres. Agrava el panorama, el hecho de que la desnutrición infantil (aguda hoy), se hace crónica, reproduciéndose en hijos y nietos de los niños desnutridos de hoy.

De acuerdo con la publicación “solo alrededor de un tercio de todos los países están “en camino” de reducir a la mitad el número de niños afectados por retraso del crecimiento para 2030, y la evaluación del progreso hasta la fecha no es posible para aproximadamente una cuarta parte de los países”. Esta última aseveración es especialmente relevante pues carecemos de información actualizada sobre el estado de la desnutrición infantil en Panamá.

Estimaciones conjuntas de Desnutrición infantil: niveles y tendencias

Resumen de la introducción del documento

“La última década ha visto avances importantes en la mejora de la nutrición materna e infantil, incluida una disminución de un tercio en la proporción de niños que sufren de retraso en el crecimiento. Sin embargo, la triple carga de la desnutrición (retraso en el crecimiento, emaciación y sobrepeso) continúa poniendo en peligro la capacidad de los niños para sobrevivir y prosperar”.

“El retraso en el crecimiento es el resultado devastador de la mala nutrición en el útero y en la primera infancia. Es posible que los niños que sufren de retraso en el crecimiento nunca alcancen su estatura máxima posible y que sus cerebros nunca se desarrollen hasta alcanzar su potencial cognitivo completo. Estos niños comienzan sus vidas en una marcada desventaja con consecuencias que continúan hasta la edad adulta: enfrentan dificultades de aprendizaje en la escuela, ganan menos cuando son adultos y enfrentan barreras para participar en sus comunidades”.

“El retraso en el crecimiento ha disminuido constantemente durante la última década, con 148,1 millones, o el 22,3% de los niños menores de 5 años en todo el mundo afectados en 2022. Casi todos los niños afectados vivían en Asia (52% de la proporción mundial) y África (43% de la cuota mundial)”.

“La emaciación infantil es el resultado potencialmente mortal de una ingesta deficiente de nutrientes y/o enfermedades recurrentes. Los niños que sufren de emaciación tienen una inmunidad debilitada, son susceptibles a retrasos en el desarrollo a largo plazo y enfrentan un mayor riesgo de muerte, particularmente cuando la emaciación es grave. Los niños que sufren emaciación severa requieren una detección temprana y un tratamiento y atención oportunos para sobrevivir”.

“En 2022, aproximadamente 45 millones de niños menores de 5 años (6.8%) se vieron afectados por la emaciación, de los cuales 13.6 millones (2.1%) padecían emaciación grave. Más de las tres cuartas partes de todos los niños con emaciación severa viven en Asia y otro 22% vive en África”.

“El sobrepeso infantil se produce cuando la ingesta calórica de los alimentos y bebidas de los niños supera sus necesidades energéticas. Esta forma de desnutrición está impulsada por sistemas alimentarios fallidos caracterizados por la escasa asequibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, la comercialización de alimentos ultraprocesados pobres en nutrientes y oportunidades inadecuadas para la actividad física. Ahora hay 37 millones de niños menores de 5 años que viven con sobrepeso en todo el mundo, un aumento de casi 4 millones desde 2000”.

A manera de conclusión

“Las Estimaciones conjuntas de desnutrición infantil publicadas en 2023 revelan un progreso insuficiente para alcanzar los objetivos de nutrición global de la Asamblea Mundial de la Salud (WHA) de 2025 y las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 de 2030. Solo alrededor de un tercio de todos los países están “en camino” de reducir a la mitad el número de niños afectados por el retraso del crecimiento para 2030, y una evaluación del progreso hasta la fecha no es posible para aproximadamente una cuarta parte de los países. Se espera que aún menos países alcancen el objetivo para 2030 de una prevalencia del sobrepeso del 3 por ciento, con solo 1 de cada 6 países actualmente “en camino”. Además, una evaluación del progreso hacia el objetivo de emaciación no es posible para casi la mitad de los países”.

“Se requieren esfuerzos más intensos si el mundo quiere lograr el objetivo mundial de reducir el número de niños con retraso del crecimiento a 89 millones para 2030. Con el progreso actual, 39.6 millones de niños no alcanzarán el objetivo de 2030, con más del 80% de estos niños ‘perdidos’ que viven en África”.

“Todas las formas de desnutrición son prevenibles. Para detener la desnutrición antes de que comience, los niños y sus familias necesitan acceso a dietas nutritivas, servicios esenciales y prácticas positivas para encaminarlos hacia la supervivencia y la prosperidad. Pero hoy en día, estos caminos vitales hacia una buena nutrición están cada vez más amenazados, ya que muchos países se sumergen profundamente en una crisis mundial de alimentos y nutrición alimentada por la pobreza, los conflictos, el cambio climático y los efectos secundarios duraderos de la pandemia de COVID-19. A medida que el mundo responde a la crisis, es fundamental tomar medidas urgentes para proteger la nutrición materna e infantil, especialmente en las regiones más afectadas, y asegurar un futuro en el que el derecho a la nutrición sea una realidad para todos los niños”