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Trastornos mentales: una mirada regional y nacional

Trastornos mentales: una mirada regional y nacionalLos trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias son responsables por una proporción considerable de los problemas de salud. Así lo informa el reciente documento de la Organización Panamericana de la Salud titulado “La carga de los trastornos mentales en la Región de las Américas, 2018”, y subraya que “las personas con trastornos mentales tienen mayores grados de discapacidad y presentan tasas de mortalidad altas”.

El documento tiene como propósito mejorar la evaluación de las necesidades en materia de salud mental en la Región de las Américas al presentar un panorama actualizado y matizado de: la discapacidad debida a los trastornos mentales, por consumo de sustancias y trastornos neurológicos específicos, más la autoagresión (TMNS), tanto sola como en combinación con la mortalidad prematura, medida en términos de años perdidos por discapacidad (APD) y años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD); el desequilibrio entre el gasto en salud mental y la carga de enfermedad relacionada; y la asignación inadecuada de los exiguos gastos en salud mental por parte de los países de la Región.

En ese contexto consideré importante compartir en esta entrega las conclusiones del documento, con la finalidad de informar a nuestras autoridades, a la sociedad y a los interesados en este tema; esperando aumentar el grado de concientización respecto a los trastornos mentales en el país, motivarnos a investigar la situación nacional, para así movilizar la voluntad política y los recursos necesarios para combatir los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias, y el suicidio en nuestro país. Vayamos a la publicación de OPS, cuya lectura completa recomiendo.

Conclusiones sobre la carga de los trastornos mentales en la Región de las Américas

Resumen de situación

La respuesta del sistema de salud

Los trastornos mentales en Panamá

Lamentablemente la página Web del MINSA no nos ofrece información actualizada sobre la discapacidad debida a los trastornos mentales, por consumo de sustancias y trastornos neurológicos específicos, más la autoagresión (TMNS), tanto sola como en combinación con la mortalidad prematura; tampoco sobre el desequilibrio entre el gasto en salud mental y la carga de enfermedad relacionada; y la asignación del presupuesto para atender las necesidades de salud mental.

No obstante, de acuerdo con las Estadísticas vitales del INEC, los trastornos mentales, y los suicidios han sido la causa de 1,125 defunciones en los últimos cinco años, y la mortalidad por trastornos mentales muestra una pronunciada tendencia al aumento.

Por su parte la enfermedad de Alzheimer, un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento ha sido responsable de 900 defunciones en los últimos cinco años, y muestra, al igual que los trastornos mentales, una alarmante tendencia al ascenso.

Invertir en la salud mental de los panameños

Si aplicamos a nuestro país estos porcentajes que señala la OPS (porque no encontré datos oficiales nacionales), resulta que la disponibilidad de recursos financieros para la atención ambulatoria de los trastornos mentales, es de 5 balboas por habitante por año.

¿Qué se puede hacer con 5 balboas anuales para invertir en la salud mental de los panameños?

Se puede hacer poco o nada. Parafraseando a la asesora regional de OPS, subrayo que “esta escasa asignación de recursos financieros, ocasiona que las personas que padecen enfermedades mentales sigan sin recibir un tratamiento adecuado y eficaz debido a la falta de acceso a los servicios de salud mental, la estigmatización cultural, y la poca capacidad resolutiva de la atención primaria”.

Y agrego que, esta exigua cifra provocará el infra tratamiento de las personas que lo necesitan, un aumento de la discapacidad y la mortalidad por causas tratables; un aumento de los gastos de bolsillo, que podría dar lugar a una disminución de la productividad tanto en el nivel individual como en el nacional.

Consideraciones y recomendaciones finales

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