Icono del sitio

Defensa de nuestra soberanía

Capacidad de negociación y fortalecimiento interno

Defensa de nuestra soberanía

Los panameños necesitamos prepararnos para trabajar juntos en la defensa de nuestra soberanía. Lo deberemos hacer de manera pacífica y con éxito, para superar las amenazas del nuevo inquilino de la Casa Blanca, garantizando en ese esfuerzo conjunto, nuestra soberanía plena sobre todo el territorio nacional y nuestros recursos, en especial nuestro Canal.

Para ello habremos de valernos de todas las herramientas que nos ofrece la diplomacia; a la vez que consolidamos la democracia y el estado de derecho en nuestro territorio, construyendo una base sólida que nos permita resistir presiones externas, defender nuestros intereses y proyectarnos con confianza en el escenario internacional.

Defensa de nuestra soberanía

Introducción

En ese contexto _impulsado por el sentimiento patriótico que compartimos la mayoría de los panameños_ le dedico esta glosa a darle una breve mirada al contexto de la negociación que nos espera, así como al fortalecimiento interno que necesitamos, para salir adelante de este entuerto provocado por un personaje que _a punta de argumentos carentes de verdad y sustento legal_ pretende _parafraseando a nuestro Canciller_ saltarse el derecho internacional público olímpicamente para imponer criterios sustentados únicamente por su creencia en el destino manifiesto de su país y arrancarnos un pedazo de nuestro territorio.

Capacidad de negociación

Para comenzar, será fundamental para la defensa de nuestra soberanía conformar un equipo negociador competente y unido, evitando divisiones internas que puedan ser explotadas. No es la hora del clientelismo político ni del amiguismo. Pero no perdamos de vista ni por un instante, que negociar y dialogar entre una superpotencia (ellos) y un país pequeño (nosotros) presenta desafíos únicos debido a la gran asimetría de poder.

Por esa razón, necesitamos seleccionar negociadores con experiencia, conocimiento del tema y habilidades de comunicación. Ese equipo debe tener todo el respaldo político y los recursos que hagan falta, para definir esa estrategia de negociación flexible, lo cual implica estar preparados _sin entregar nuestra soberanía_ para adaptar la estrategia a medida que avance la negociación y surjan nuevos desafíos.

A partir del conocimiento a fondo de los intereses, prioridades, puntos débiles y posibles áreas de cooperación de la superpotencia; deberemos definir con precisión nuestros intereses y objetivos, por ejemplo: ¿qué buscamos obtener de la negociación?, ¿áreas de interés común y posibles soluciones que beneficien a ambas partes?, ¿ventajas que les podemos ofrecer?, ¿cuáles son los límites sobre los cuales no estamos dispuestos a ceder?

Fundamental para el desarrollo exitoso del diálogo y la negociación para la defensa de nuestra soberanía será adherirnos plenamente a las normas y principios del derecho internacional, lo que fortalece la posición de nuestro país en la comunidad internacional y nos permitirá recurrir a los mecanismos legales que hagan falta. En ese sentido será necesario utilizar los medios de comunicación y la diplomacia pública para la construcción de alianzas con otros países u organizaciones internacionales, generar conciencia sobre nuestras posiciones y ejercer presión a través de la opinión pública internacional.

Ya casi llegando al asunto del fortalecimiento interno, vale dedicarle un párrafo a la voluntad de llegar a acuerdos, con la suficiente fortaleza y madurez política para defender los intereses del país de forma constructiva. Sobre este tema, existen, por lo menos, cuatro condiciones a tener en cuenta: aceptar que podemos negociar y hacer concesiones en áreas menos importantes para lograr un acuerdo en los temas centrales; ser capaces de buscar una solución intermedia que satisfaga parcialmente a ambas partes; considerar la posibilidad de ceder _ sin debilidad ni sumisión_ en algún aspecto a cambio de obtener beneficios en otro y; explorar y crear opciones creativas que van más allá de las posiciones iniciales de las partes.

Fortalecimiento interno para la defensa de nuestra soberanía

Finalmente, además de las herramientas de la diplomacia que deben manejar a fondo nuestros negociadores, es igualmente necesario adecentar el país y fortalecer nuestra posición en diferentes ámbitos y promover su imagen a nivel internacional. De eso se trata el fortalecimiento interno y tiene tres pilares que debemos robustecer para defender nuestra soberanía y proyectarnos con confianza en el mundo. Démosles una mirada.

Lo primero es la consolidación de la democracia y el estado de derecho, lo cual implica el desarrollo y fortalecimiento de instituciones sólidas e independientes; garantizar la participación activa y efectiva de la ciudadanía en la vida política; la protección de los derechos fundamentales de todas las personas, sin discriminación, y; la erradicación del clientelismo y la corrupción, que debilita las instituciones, socava la confianza en el Estado y afecta negativamente el desarrollo económico y social.

Es igualmente importante avanzar en el desarrollo económico y social, justo y sostenible, generando recursos para invertir en educación, salud, infraestructura, mientras reducimos la desigualdad, promovemos la inclusión y fortalecemos el tejido social.

Finalmente, la unidad nacional, es crucial para la defensa de nuestra soberanía de nuestro país. En ese sentido deberemos: fomentar espacios de diálogo donde las diferentes voces y perspectivas sean escuchadas y respetadas; aceptar y respetar las diferencias, ya sean ideológicas, culturales, religiosas o de cualquier otra índole; reconocer y valorar la riqueza que aporta la diversidad cultural, étnica, lingüística y social, y; promover los elementos que unen a nuestra población, como la historia, los símbolos patrios, las tradiciones y los valores comunes.

Salir de la versión móvil