Complemento esta publicación invitándolos a la lectura de la nueva Política sobre cuidados a largo plazo para las personas mayores, aprobada por el 61.º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud. Los cuidados de largo plazo para las personas mayores para cubrir y satisfacer sus necesidades primarias es un tema de la mayor relevancia en Panamá, en América Latina y el Caribe y gran parte del mundo.

Mantengo la importante publicación de la CEPAL, con una revisión de las definiciones, conceptos y experiencias regionales referentes al diseño de políticas y sistemas de cuidados a largo plazo destinados a las personas mayores. Con ello, se espera avanzar de manera sustantiva en la consolidación de respuestas nacionales encaminadas al diseño e implementación de sistemas integrales de cuidados a largo plazo en América Latina y el Caribe. Comparto un resumen de la introducción del documento, complemento con ejemplos de cuatro países con excelentes sistemas de cuidados de largo plazo para las personas mayores, más información nacional.

Los invito además a la lectura de nuestro Plan Nacional a favor de las Personas Mayores 2022-2025, pues en nuestro país las personas mayores representan el 12% de la población. Para abordar estos desafíos, es necesario que el gobierno de Panamá, las organizaciones privadas y la sociedad civil trabajen juntas para desarrollar políticas y programas que garanticen los cuidados de largo plazo para las personas mayores en Panamá.

Cuidados de largo plazo para las personas mayores

De acuerdo con el documento de la CEPAL titulado “Políticas y sistemas integrales de cuidados de largo plazo para las personas mayores”, en América Latina y el Caribe, existen alrededor de ocho millones de personas mayores que requieren asistencia en la realización de sus actividades básicas de la vida diaria (ABVD), en particular para comer, vestirse y/o bañarse, cifra que podría triplicarse hacia 2050, alcanzando 27 millones. En la actualidad, el 1% de la población total de la región —cantidad equivalente al 12% de las personas mayores de 60 años—, es dependiente por motivos de enfermedad o discapacidad, condición que requiere cuidados a largo plazo.

Esta forma de cuidados de largo plazo para las personas mayores presenta una gran complejidad debido a la elevada intensidad de las necesidades, actividades e insumos requeridos, tanto para la atención como para el apoyo; así como por sus altos costos económicos, físicos y emocionales; la diversidad de entornos en los que ocurre (domicilio, centros comunitarios, centros de vida asistida, residencias para personas mayores, hospitales e instituciones de salud, entre otros). Y, también, debido a la desproporcionada participación de las familias respecto a otros vértices del cuidado, como son el Estado, el mercado y la comunidad, en su organización, regulación y seguimiento.

En el Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud publicado por OMS, el organismo advirtió que, aún, no existe una adecuada articulación entre los servicios de salud y los sistemas de cuidados a largo plazo. En general, el gasto en salud focaliza en los costosos servicios de atención de casos agudos para atender cuadros crónicos, desdibujando las necesidades de las personas que requieren cuidados a largo plazo. Además, existe un gran consenso para posicionar los modelos centrados en la persona como herramientas de gestión en las instituciones responsables de los cuidados a largo plazo.

Todo ello se refleja en una débil, limitada e, incluso, inexistente infraestructura para ofrecer cuidados a largo plazo de calidad; además, se evidencia en el diseño de modelos de atención, algunos de los cuales han resultado inadecuados o insostenibles en ciertos países de la región.

Ante esta realidad, en América Latina y el Caribe, resulta indispensable optimizar y reforzar los servicios de cuidados de largo plazo para las personas mayores, tanto para lograr un uso eficiente de los recursos públicos disponibles y reducir las condiciones que hacen vulnerables a las personas mayores, como para incentivar la generación de trabajo productivo y fortalecer la economía.

Es así como el objetivo del presente estudio es compartir experiencias regionales sobre el diseño de sistemas y políticas de cuidados de largo plazo para las personas mayores que profundizan el papel de la protección social frente a los cambios demográficos y recomendaciones estratégicas de los organismos internacionales, para avanzar en la consolidación de respuestas nacionales encaminadas al diseño e implementación de Sistemas Integrales de Cuidados a Largo Plazo en América Latina y el Caribe.

Cuatro países con excelentes sistemas de cuidados de largo plazo para las personas mayores

• Suecia: tiene un sistema de cuidados de largo plazo universal que cubre a todos los ciudadanos, independientemente de sus ingresos. El sistema está financiado por impuestos y proporciona una variedad de servicios, que incluyen atención médica, atención personal, servicios de rehabilitación y servicios sociales.
• Japón: tiene una población de edad avanzada muy alta, y el gobierno ha invertido mucho en el desarrollo de un sistema de cuidados de largo plazo de alta calidad. El sistema japonés proporciona una variedad de servicios, que incluyen atención médica, atención personal, servicios de rehabilitación y servicios sociales.
• Alemania: tiene un sistema de cuidados de largo plazo mixto que combina la atención pública y privada. El sistema está financiado por impuestos y primas de seguro, y proporciona una variedad de servicios, que incluyen atención médica, atención personal, servicios de rehabilitación y servicios sociales.
• Canadá: tiene un sistema de cuidados de largo plazo descentralizado que varía según las provincias y territorios. En general, el sistema canadiense proporciona una variedad de servicios, que incluyen atención médica, atención personal, servicios de rehabilitación y servicios sociales.

Estos países están demostrando que es posible proporcionar atención de calidad a las personas mayores. Al invertir en sistemas de cuidados de largo plazo, estos países están asegurando que sus ciudadanos mayores tengan la oportunidad de vivir una vida plena y productiva en la vejez.

Atención a los adultos mayores en Panamá

Los cuidados de largo plazo para las personas mayores en Panamá ha ido mejorando en los últimos años, pero aún hay desafíos que deben abordarse. En general, la atención a las personas mayores en Panamá se divide en dos categorías: atención gubernamental y atención privada. La atención gubernamental se proporciona a través de los centros de atención integral al adulto mayor (CAIAM), que son administrados por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES). Estos centros brindan una variedad de servicios, como atención médica, atención personal, actividades recreativas y apoyo social.

En 2022, el gobierno de Panamá aprobó el Plan Nacional a favor de las Personas Mayores 2022-2025. Este plan tiene como objetivo mejorar la atención a las personas mayores en Panamá, centrándose en las siguientes áreas:

• Salud: garantizar el acceso a la atención médica integral, incluyendo atención preventiva, curativa y paliativa.
• Seguridad social: garantizar la seguridad social para las personas mayores, incluyendo pensiones, seguros de salud y servicios sociales.
• Empleo: promover el envejecimiento activo y el empleo de las personas mayores.
• Educación: promover la educación y la capacitación de las personas mayores.
• Participación social: promover la participación social de las personas mayores.

Considero que no hemos avanzado lo suficiente, por lo que recomiendo al nuevo gobierno revisar y actualizar el plan, y ejecutarlo con entusiasmo para el bien de nuestras personas mayores.

Leer el 05

Política sobre cuidados a largo plazo, aprobada por el 61.º Consejo Directivo de la OPS

La nueva Política sobre cuidados a largo plazo, aprobada por el 61.º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud, insta a los países a invertir en un mayor acceso a los cuidados a largo plazo y a los servicios de prevención de la discapacidad a lo largo del curso de vida. Alienta a los Estados Miembros a desarrollar mecanismos de financiamiento sostenible y promover la gobernanza intersectorial a partir de la formulación políticas nacionales de cuidados a largo plazo, fortalecer los datos y sistemas de información y asegurar que los servicios de cuidados a largo plazo sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellos en condiciones de vulnerabilidad.

La política también reconoce las importantes contribuciones de los cuidadores no remunerados, predominantemente mujeres, que proporcionan la mayoría de los cuidados a largo plazo en la Región. Se insta a un reconocimiento formal, apoyo y capacitación para estos cuidadores, así como a esfuerzos para reducir la carga de los cuidados, permitiéndoles participar más plenamente en el mercado laboral.

Leer el documento completo aquí.