
Hace cinco años _ en el ocaso del gobierno anterior _ manifesté en este blog, “para la mayoría de los ciudadanos de recursos financieros escasos o limitados, la Cobertura Universal de Salud en Panamá no pasaba de ser una quimera”.
Hoy, en las postrimerías del actual gobierno, luego de una pandemia de COVID-19 y un contexto político harto descompuesto, caracterizado según muchos por una profunda crisis institucional; la ilusión de la cobertura universal de salud no ha sido posible.
En este contexto comparto mi columna de ayer en La Estrella de Panamá, complementada con la declaración de los dirigentes mundiales en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura universal de salud.
Cobertura universal de salud: sigue siendo una quimera
A pesar de las promesas de campaña, y de los casi 45 mil millones de balboas que han tenido disponibles entre el Minsa y la CSS desde el 2019 hasta la fecha, la población _ que no dispone de los recursos financieros para pagar por la atención en una clínica u hospital privado _ sigue esperando por el prometido acceso equitativo a los servicios integrales y garantizados, que necesitan a lo largo del curso de vida, con calidad y sin dificultades financieras.
¿De qué estamos hablando?
Antes de seguir adelante considero importante recordarles a nuestras autoridades y a todos los aspirantes a sentarse en el Sillón Presidencial a partir de julio de 2024, ¿de qué estamos hablando?. Con tal les presento el “famoso” cubo de la Cobertura Universal, invitándolos a reflexionar sobre ¿quién está cubierto?, ¿qué servicios están incluidos?, ¿cómo se financia?

Avanzar hacia la CSU supone un proceso de realización paulatina. Se trata de lograr progresos en varios (los tres) frentes y para todas las personas. No obstante, habrá que buscar el mejor equilibrio entre las tres dimensiones del “cubo”, ya que el progreso a lo largo de solamente una dimensión podría afectar a las demás. Por ejemplo, prometer servicios gratuitos de salud es una estrategia ineficaz si hay desigualdad en el acceso o si los servicios son de mala calidad. Amén de los efectos potenciales en la sostenibilidad del sistema.
Es evidente entonces que el objetivo último de la cobertura universal de salud es llenar el cubo más grande representado más arriba, dándole respuesta a las tres interrogantes, pero…
- “ningún sistema de salud puede pretender cubrirlo todo para todos: cada uno de los países tiene que encontrar soluciones de compromiso a la hora de definir qué servicios se van a prestar, a quién y con qué nivel de asequibilidad”. Y agrego yo: “no hay espacio para la demagogia”
- “el mayor desafío político en este proceso hacia la cobertura universal posiblemente sea establecer un orden de prioridades que abarque sus tres componentes principales – a saber: población, servicio y costo – y lo seguirá siendo a medida que se vayan desarrollando nuevas tecnologías y servicios de salud”. Es decir que la dificultad seguirá aumentando…
- En ese sentido es obligatorio contar con el apoyo de la población, mediante la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas, y estimular la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el diseño, implementación y seguimiento de las iniciativas de CUS.
Por otro lado, la Cobertura Universal de Salud “no es solo una cuestión de salud sino también una cuestión propia del desarrollo”, la cual produce claros beneficios sanitarios, económicos y políticos. Todos interrelacionados y de gran importancia, sobre todo en estos momentos que estamos en plena campaña política en Panamá.
No me detendré a describir los beneficios sanitarios porque son evidentes para propios y extraños. De hecho, basta con echarle una mirada a las estadísticas vitales del INEC de los últimos 15 años y verificar con desaliento y tristeza que no avanzamos _ a pesar de que contamos con los conocimientos y recursos para que no fuera así _ en el control efectivo de las principales causas de enfermedad y muerte en nuestro territorio.
Sobre el asunto de los beneficios políticos, subraya la OMS que, si se financian de forma sostenida y se aplican adecuadamente, las reformas destinadas a promover la cobertura universal generan salud y bienestar, por lo que pueden proporcionar réditos políticos y ganar el respaldo popular. Sobre este punto, la población debe cuidar del buen uso de los fondos públicos y vigilar que las propuestas del gobierno y los aspirantes a serlo, no se limiten a la construcción de hospitales y centros de salud, los cuales muchas veces ni siquiera llegan a inaugurarse.
Sin embargo, también conviene subrayar que el inicio de las reformas para alcanzar la cobertura universal, tiene que planificarse por adelantado y con mucho cuidado, sobre todo para garantizar su sostenibilidad final frente al aumento inevitable de la demanda de asistencia sanitaria. Es peor hacer promesas que no se pueden cumplir que no prometer nada. Entonces, cuidado con andar prometiendo cosas solo con el afán de conseguir el voto de la ciudadanía en las próximas elecciones.
Condiciones relevantes para el logro de la cobertura universal de salud
Aunque también es harto conocido por autoridades, aspirantes y sociedad en general; tengamos bien presente la especial relevancia que tienen para el logro de la cobertura universal de salud, las siguientes condiciones:
- el mejoramiento de la organización y gestión del sistema de salud, superando el clientelismo político, la segmentación y la fragmentación de los servicios, avanzando hacia la integración del sistema tal cual como manda nuestra Carta Magna;
- el desarrollo exitoso de un modelo de atención de salud, basado en la Atención Primaria de Salud, centrado en las necesidades de personas y las comunidades;
- el fortalecimiento del primer nivel de atención mediante la formación y distribución con equidad de los equipos de salud multidisciplinarios y el fortalecimiento de la capacidad de resolución de las Redes Integradas de Servicios de Salud y;
- el desarrollo de la necesaria coordinación intersectorial para abordar los determinantes sociales de la salud.
Contamos con los recursos humanos y financieros, así como abundantes publicaciones propias e internacionales que nos dicen cómo lograrlo. Que no nos falte _ nuevamente _ la necesaria voluntad política.
Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel sobre Cobertura Sanitaria Universal
El fundamento que deja patente cuán urgente es esta declaración es el siguiente: “al menos 4,500 millones de personas —más de la mitad de la población mundial— no estaban totalmente cubiertas por servicios de salud esenciales en 2021. Dos mil millones de personas tenían dificultades financieras, y más de 1,300 millones se veían abocadas a la pobreza, o aún más hundidas en ella, simplemente por tratar de acceder a servicios de atención de salud básica…”
Por tan contundente razón, en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), los dirigentes mundiales han aprobado hoy una nueva declaración política titulada “Cobertura sanitaria universal: ampliemos nuestras aspiraciones para la salud y el bienestar en un mundo pos-COVID”.
La declaración es muy extensa _ 45 considerandos y 64 compromisos _ pero es obligatorio que la leamos y reflexionemos sobre cómo cumplir para que la cobertura universal de salud deje de ser una quimera para la mitad de la población mundial y un millón de panameños.
Pueden leer y bajar una traducción libre la declaración aquí.
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Resaltó de la lectura de éste artículo cuando destaca la importancia de la sociedad civil como control social a nuestros gobernantes