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Actividad física y comportamientos sedentariosComparto resumen ejecutivo de las Directrices de la OMS sobre actividad física y comportamientos sedentarios y los invito a la lectura del documento completo al final. Tiene especial relevancia para ayudarnos en el control de las enfermedades no transmisibles, que representan más del 60% de las defunciones anuales en el país.

Las directrices ofrecen recomendaciones de salud pública basadas en pruebas sobre la cantidad de actividad física que deben realizar niños, adolescentes, adultos y personas mayores en términos de frecuencia, intensidad y duración para obtener beneficios de salud significativos y mitigar los riesgos para la salud. En este documento figuran por primera vez recomendaciones sobre la relación entre los comportamientos sedentarios y los resultados sanitarios, y recomendaciones para subpoblaciones específicas, como las mujeres embarazadas y en puerperio, las personas con afecciones crónicas y las personas con discapacidad.

Directrices de la OMS sobre actividad física y comportamientos sedentarios

Las presentes directrices se dirigen a las instancias normativas en los ministerios de salud, educación, juventud, deporte o bienestar social o familiar de países de ingresos elevados, medios o bajos, a los funcionarios públicos responsables de elaborar planes nacionales, subregionales o municipales para fomentar la actividad física y reducir los comportamientos sedentarios por grupos de población a través de documentos de orientación, a las personas que trabajan en organizaciones no gubernamentales, el sector educativo, el ámbito privado y la investigación y al personal sanitario.

Las directrices sobre actividad física y comportamientos sedentarios se han elaborado con arreglo al Manual para la elaboración de directrices de la OMS. Se llevaron a cabo revisiones sistemáticas de la evidencia en relación con los resultados críticos e importantes, y las recomendaciones se elaboraron tras considerar beneficios y efectos nocivos, valores y preferencias, así como la factibilidad, la aceptabilidad y las consecuencias en materia de equidad y recursos.

Las recomendaciones finales de salud pública que se presentan están orientadas a todas las poblaciones y los grupos de edad desde los cinco hasta los 65 años y en adelante, independientemente del sexo, el contexto cultural o la situación socioeconómica, y son pertinentes para todas las personas, sea cual sea su capacidad. Los enfermos crónicos, las personas con discapacidad y las mujeres embarazadas y en puerperio deben procurar seguir las recomendaciones en la medida de sus posibilidades y su capacidad.

Las presentes directrices sobre actividad física y comportamientos sedentarios brindan a los países recomendaciones basadas en pruebas que los gobiernos pueden integrar en sus marcos normativos nacionales para abordar desde una perspectiva integral el aumento de los niveles de actividad física de la población. Durante el proceso de adopción será preciso tener en cuenta la necesidad de contextualizar las directrices. Se crearán instrumentos prácticos para apoyar la adopción, difusión, las campañas de comunicación y la ejecución de las directrices con miras a facilitar la labor conjunta de gobiernos e interesados para fomentar la actividad física y reducir los comportamientos sedentarios a lo largo de la vida. Estos recursos auxiliares estarán disponibles en el sitio web de la OMS una vez se publiquen las directrices.

Pese a los múltiples datos existentes sobre la relación entre la actividad física y, cada vez más, los comportamientos sedentarios y los resultados sanitarios a lo largo de todo el ciclo de la vida, persisten importantes carencias. Sobre todo, hay menos evidencias acerca de los países de ingresos bajos y medianos y las comunidades desfavorecidas o insuficientemente atendidas, y una escasez de evidencia en relación con subpoblaciones como la de las personas con discapacidad. Hace falta una mayor inversión en estudios que permitan recabar datos especialmente en esos ámbitos. Además, los cambios introducidos en las recomendaciones tendrán ciertas repercusiones en los sistemas de vigilancia y los instrumentos de evaluación que se emplean actualmente para llevar un seguimiento de los niveles nacionales de actividad física. Conviene revisar los instrumentos mundiales y nacionales existentes y actualizar los protocolos de modo que la información presentada en un futuro refleje las nuevas directrices.

El Plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030 fija la meta de reducir los niveles de inactividad física en un 15% para 2030 y recomienda 20 medidas normativas e intervenciones. Las presentes directrices facilitan a todos los países el cumplimiento de las recomendaciones del plan y la ejecución de «ACTIVE», el paquete de intervenciones técnicas que brinda orientaciones sobre cómo promover la actividad física a lo largo de todo el ciclo de la vida en entornos de todo tipo.

Directrices de la OMS

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