La ciudad de la salud es ya “el cuento de nunca acabar”. Es un recordatorio silencioso (¡y muy costoso!) de la ineficiencia, desorganización, y del clientelismo de todo tipo, que ha favorecido la corrupción impune que ha estado presente en la gestión pública panameña de los últimos tiempos.
Y ahora, para aumentar la incertidumbre y el desconsuelo de los panameños, resulta que “el contrato de la CSS con el Consorcio Construcciones Hospitalarias, S.A., está en evaluación por las autoridades, dado el incumplimiento de la fecha de entrega de la primera y segunda fase”. Además, informan las autoridades de la CSS que “se está negociando la salida del proyecto del Instituto Oncológico Nacional (ION), para retomar los trabajos del Hospital de Especialidades Pedriáticas Omar Torrijos Herrera”. (más…)
Sobre la ciudad de la salud se han vertido muchas opiniones. Incluso se llegó a proponer el financiamiento de la Ciudad (ahora de la salud) hospitalaria con los fondos del Programa de Enfermedad y Maternidad de la CSS, o a manifestar un exdirector que “esta obra no era necesaria” y agregar que “…se debe cumplir con la normativa vigente, estamos hablando de la salud humana…en cinco años no se planificó nada…los estados financieros de la institución no tienen notas de audito por parte de la Contraloría, estamos revisando…etc…“. ¿Será que creen que no tenemos memoria?
Hoy actualizo esta publicación compartiendo las recientes declaraciones del nuevo director de la CSS, quien indicó recientemente que “el objetivo estratégico de la nueva administración es terminar cuanto antes la Ciudad de la Salud y ponerla al servicio de los asegurados”, lo cual genera optimismo y esperanzas renovadas a los pacientes asegurados quienes padecen a diario la atención hospitalaria que les pueden ofrecer las deterioradas instalaciones del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid. Esperemos que se defina muy pronto la nueva fecha de entrega.
A pesar de esta “buena” noticia, es necesario no perder de vista que nos hacen falta soluciones efectivas y eficientes para acabar con la fragmentación y segmentación de nuestro sistema de salud, que es la raíz de todos los males. Como por ejemplo: “detener las construcciones innecesarias, mejorar la eficiencia, calidad y equidad de todos los procesos que se llevan a cabo en la red de servicios, colocar a las personas idóneas para los puestos gerenciales, coordinar de mejor modo con el MINSA . Y subrayo: esta situación no se va a cooregir con la ciudad de la salud.
En todo caso, recomiendo la lectura de dos publicaciones bastante esclarecedoras sobre este tema: una, la referente a las Redes Integradas de servicios de salud, ya la he citado hasta la saciedad y no ahondaré en ella, baste con echarle un vistazo a mi publicación ¿Por qué debemos integrar nuestros servicios de salud?, en la cual dejé demostrado de forma clarísima (al menos en mi opinión), la pertinencia política, estratégica, técnica, humana, ética y moral subyacente a la necesidad y “obligación” de desarrollar las Redes integradas de Servicios de Salud. La otra, complemento de esta entrega, es la publicación “Evolución y Tendencias Futuras del Hospital. Revisión Bibliográfica Sistemática”, elaborada por la Escuela Andaluza de Salud Pública, con la colaboración de: Técnicas de Salud, S. A, y la coordinación general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS). Se trata, en mi sentir, de la mejor recopilación disponible sobre el tema, por lo que recomiendo su plena lectura y análisis, y comparto a continuación, con la ilusión de provocarlos, ligeramente editada, la parte final del mismo, en la que los autores nos presentan un resumen de la “valoración de la información y vacíos de información”. Veamos: (más…)
La reciente cumbre de la Alianza de Ciudades Saludables _ de la cual lamentablemente no formamos parte _ celebrada en Londres, bajo los auspicios de Bloomberg Philanthropies, la Organización Mundial de la Salud, Vital Estrategies, y la alcaldía de Londres, ciudad donde tuvo lugar, otorgó el premio de la Alianza de Ciudades Saludables a las ciudades de Montevideo (Uruguay) por su política alimentaria, la Ciudad de México (México) por la seguridad vial, Vancouver (Canadá) por la vigilancia, Atenas (Grecia) por la prevención de las sobredosis y Bangalore (India) por la lucha anti tabáquica.
Comparto resumen de Nota de Prensa de la OMS y los invito a complementar visitando las páginas Web de: Bloomberg Philanthropies, Vital Estrategies, OMS y la alcaldía de Londres. Además hago votos para que nuestro próximo Alcalde capitalino inscriba nuestra ciudad en esta importante Alianza de ciudades saludables, y haga lo necesario porque nuestra ciudad sea inclusiva y saludable, segura, resiliente y sostenible. (más…)
A partir de una breve mirada crítica a nuestra ciudad, los invito a la lectura de mis publicaciones previas dedicadas a subrayar la necesidad de trabajar juntos para vivir en ciudades inclusivas y saludables para todos.
Como señalé en “Por una ciudad inclusiva, segura, resiliente y sostenible”, los citadinos queremos vivir en una ciudad inclusiva y saludable, segura, resiliente y sostenible y, no hay que ser un genio para concluir que nuestra principal ciudad, donde habitan más de 2 millones de personas en su área metropolitana en conjunto, dista, pero mucho de ser una ciudad inclusiva, segura y saludable para todos.
Pero, la recuperación de nuestra ciudad es un asunto de todos los ciudadanos, y no solamente de las autoridades y empresas. Si queremos que nuestra ciudad sea inclusiva y saludable, segura, resiliente y sostenible, debemos ejercer nuestro derecho y deber de participar activamente en la gobernanza y la gestión de nuestra ciudad, comenzando por identificar problemas, proponer soluciones, sumarnos para el desarrollo de estas y; eligiendo con inteligencia en la próxima contienda electoral. Ahí están las metas del ODS 11, hagamos el esfuerzo por cumplirlas.
La vida urbana saludable es posible en la ciudad de Panamá. ¡Claro que sí! Como no va a ser posible en la capital de un país cuya economía es de las de más rápido crecimiento en todo el mundo.
Pero resulta que la nuestra ciudad, como he afirmado anteriormente, no es una ciudad saludable. Si lo fuera, cumpliría con la sencilla definición que nos ofrece la Organización Mundial de la Salud, OMS: “aquella que está constantemente creando y mejorando el entorno físico y social, que desarrolla los recursos comunitarios que permiten a las personas se ayuden mutuamente en la realización de todas las funciones vitales y desarrollar todo su potencial”.
La OMS también “hace un llamamiento a las autoridades municipales, residentes y promotores de una vida saludable, entre otros, para que examinen atentamente las inequidades sanitarias en las ciudades y tomen las medidas oportunas…” Ese llamado de la OMS, nos viene como anillo al dedo, pues estamos estrenando Alcalde y nos interesa que tome las medidas necesarias para que nuestra vida urbana sea saludable.
Para contribuir al mejoramiento de nuestra calidad de vida, comparto, para que los superemos, los factores que afectan la vida urbana saludable, hago un recordatorio sobre el Consenso de Shanghai, y otro sobre el Plan que nos presentó el anterior alcalde para una ciudad saludable y sostenible. Esos documentos no pueden quedar como letra muerta. Deben ser revisados, actualizados y aprovechados. (más…)