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Segundo Informe Nacional Voluntario de los ODSA mediados del 2020 Panamá presentó su segundo informe nacional voluntario de los ODS. Aunque es probable que haya pasado relativamente desapercibido por la lucha que sostenemos desde inicios de ese año para controlar la epidemia de COVID-19, su lectura es obligatoria.

Este segundo Informe Nacional Voluntario de los ODS, nos ofrece la oportunidad de apreciar nuestro avance luego de cinco años desde la adopción de la Agenda 2030 para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible “Transformar nuestro mundo” 17 Objetivos, 169 metas y 232 indicadores. Comparto a continuación la conclusión del Informe y los invito a la lectura del documento completo al final.

Conclusiones del Segundo Informe Nacional Voluntario de los ODS

Panamá asumió en 2019 el compromiso de presentar su segundo Informe Nacional Voluntario sobre la implementación de la Agenda 2030 y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ante el Foro Político de Alto Nivel. Su construcción, que fue liderada por el Gabinete Social con la participación de actores representativos de distintos sectores, es un intento por presentar la implementación de la Agenda 2030 como un proceso no lineal, complejo, con avances, desafíos y lecciones aprendidas. Una herramienta que da cuenta del camino avanzado y el trabajo que queda por delante para la construcción social de la sostenibilidad en el que nadie se quede atrás.

Dos circunstancias marcaron el Segundo Informe Nacional Voluntario de Panamá (INV). La construcción de este segundo INV, en términos políticos, ocurre en los albores de una nueva administración de gobierno comprometida con la Agenda de Desarrollo Sostenible y con sus objetivos. Un periodo marcado por el ingreso de nuevas autoridades y donde la agenda de gobierno es sometida a ajustes y adecuaciones en función del nuevo Plan Estratégico de Gobierno 2020-2024. Algo similar sucede con la estructura de gobernanza para la implementación de la Agenda 2030. El segundo elemento, de carácter global, es el impacto de las medidas adoptadas por el gobierno nacional para hacer frente a la emergencia sanitaria del Covid-19, que ocurrieron en medio de las tareas para su confección. Esto ocasionó que la participación de los distintos actores transitara del plano presencial al virtual, a través de videoconferencias y encuestas virtuales donde tuvieron la oportunidad de expresar su lectura sobre la implementación de los ODS en Panamá.

Bajo estas condiciones, el Segundo Informe Nacional Voluntario revela que existen progresos importantes que ha logrado el país para el cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS. No obstante, se requiere avanzar en temas estratégicos como los que se presentan a continuación.

  • Implementar políticas públicas con enfoque multidimensional para la atención de grupos prioritarios con lógica de ciclo de vida y sensibles a las diferencias de género, étnicas y culturales.
  • Establecer instrumentos y sistemas de recolección de datos estadísticos basados en los registros administrativos institucionales, con desagregaciones por grupo etario, género y etnia, que faciliten la rápida intervención de los programas y acciones para garantizar el bienestar de la población.
  • Robustecer los sistemas educativos con la inclusión, la equidad, la innovación y el componente cultural como ejes transversales que potencien integralmente las capacidades del ciudadano.
  • Se requiere revisar y adecuar la política pública de salud (programas, proyectos, planes, normativas) con la participación de los distintos sectores, a las circunstancias impuestas por la emergencia sanitaria Covid-19, para continuar garantizando equidad, calidad, solidaridad, eficiencia, eficacia, en el servicio que se ofrece a los ciudadanos.
  • Es necesario potenciar los programas y estrategias (Colmena y Descentralización) que cuentan con el componente de participación ciudadana para fortalecer el capital social e incentivar el interés común, contribuyendo al desarrollo de las regiones.
  • Para promover la justicia social, la equidad, las oportunidades, con énfasis en la primera infancia, se ha diseñado la Estrategia Colmena como un mecanismo para el despliegue territorial de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible con el potencial de transformar las formas de interacción sociopolítica entre las autoridades y los ciudadanos en las comunidades. Es de suma importancia continuar implementando esta estrategia en las áreas programadas, en la media que actúa como una política pública contracíclica, en medio de un contexto de crisis económica producto de la Pandemia del Covid-19, para procurar no dejar a nadie atrás.

 

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