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Directrices mundiales sobre la calidad del aireLa OMS publicó nuevas directrices mundiales sobre la calidad del aire, las cuales tienen como como objetivo evitar millones de muertes debidas a la contaminación del aire.

Aunque estas directrices mundiales sobre la calidad del aire no son jurídicamente vinculantes, es obligatorio que las conozcamos y apliquemos, pues son una herramienta basada en la evidencia para que los responsables de la formulación de políticas puedan orientar la legislación y las políticas con el fin de reducir los niveles de contaminantes en el aire y disminuir la carga de morbilidad resultante de la exposición a dicha contaminación en todo el mundo.

La organización pone de relieve que, “en su formulación se ha empleado una metodología rigurosamente definida, aplicada por un grupo de elaboración de directrices. Se ha basado en la evidencia obtenida de seis revisiones sistemáticas en las que se examinaron más de 500 artículos. La elaboración de estas Directrices mundiales sobre la calidad del aire fue supervisada por un grupo directivo dirigido por el Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud de la OMS”.Conozcamos la Nota de Prensa que publica la OMS sobre este asunto.

La contaminación del aire es una de las mayores amenazas medioambientales para la salud humana

  • “Las nuevas Directrices mundiales sobre la calidad del aire aportan pruebas claras del daño que la contaminación del aire inflige a la salud humana en concentraciones aún más bajas de lo que se suponía hasta ahora. Las directrices recomiendan nuevos niveles de calidad del aire para proteger la salud de las poblaciones mediante la reducción de los niveles de los principales contaminantes del aire, algunos de los cuales también contribuyen al cambio climático”.
  • “Se calcula que cada año la exposición a la contaminación del aire causa 7 millones de muertes prematuras y provoca la pérdida de otros tantos más millones de años de vida saludable. En los niños, esto podría suponer una reducción del crecimiento y la función pulmonares, infecciones respiratorias y agravamiento del asma. En los adultos, la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares son las causas más comunes de muerte prematura atribuible a la contaminación del aire exterior, y también están apareciendo pruebas de otros efectos como diabetes y enfermedades neurodegenerativas. Esto sitúa la carga de morbilidad atribuible a la contaminación del aire en el mismo nivel que otros importantes riesgos para la salud a nivel mundial, como la dieta malsana y el tabaquismo”.
  • “Las nuevas directrices de la OMS recomiendan niveles de calidad del aire respecto de seis contaminantes para los que se dispone de los datos más recientes en cuanto a sus efectos sobre la salud. Cuando se actúa sobre estos contaminantes clásicos —partículas en suspensión (PM), ozono (O₃), dióxido de nitrógeno (NO₂), dióxido de azufre (SO₂) y monóxido de carbono (CO)—, también se incide en otros contaminantes perjudiciales”. 
  • “Los riesgos para la salud asociados a las partículas en suspensión de diámetro igual o inferior a 10 y 2,5 micras (µm) (PM₁₀ y PM₂,₅, respectivamente) son de especial relevancia para la salud pública. Tanto las PM₂,₅ como las PM₁₀ son capaces de penetrar profundamente en los pulmones, pero las PM₂,₅ pueden incluso entrar en el torrente sanguíneo, lo que afecta principalmente al sistema cardiovascular y respiratorio, así como a otros órganos. Las PM son generadas principalmente por la combustión de combustibles en diferentes sectores, como el transporte, la energía, los hogares, la industria y la agricultura. En 2013, la contaminación del aire exterior y las partículas en suspensión fueron clasificadas como carcinógenas por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la OMS”. 
  • “En las directrices también se destacan las buenas prácticas de gestión de determinados tipos de partículas en suspensión (por ejemplo, el carbono negro/carbono elemental, las partículas ultrafinas, las partículas procedentes de las tormentas de arena y polvo) respecto de las cuales no existen actualmente pruebas cuantitativas suficientes para establecer niveles de referencia en materia de calidad del aire. Son aplicables tanto a los ambientes exteriores como a los interiores en todo el mundo, y abarcan todos los entornos”. 

Una carga de morbilidad desigual 

  • “En 2019, más del 90% de la población mundial vivía en zonas en las que las concentraciones superaban los niveles de referencia fijados por la OMS en 2005 con respecto a la exposición prolongada a las PM₂,₅. Los países en que la calidad del aire ha mejorado considerablemente gracias a las políticas adoptadas han registrado a menudo una marcada reducción de la contaminación del aire, mientras que los descensos de dicha contaminación en los últimos 30 años han sido menos notables en las regiones donde la calidad del aire ya era buena”. 
  • “Las disparidades en la exposición a la contaminación del aire están aumentando en todo el mundo, sobre todo porque los países de ingresos bajos y medios están experimentando niveles crecientes de contaminación del aire debido a la urbanización a gran escala y al desarrollo económico que ha dependido en gran medida de la quema de combustibles fósiles”. 
  • “Las evaluaciones mundiales de la contaminación del aire sugieren la pérdida de cientos de millones de años de vida saludable, y la carga de morbilidad correspondiente se registra sobre todo en los países de ingresos bajos y medios. Cuanto más expuestos estén a la contaminación del aire, mayor será el impacto sobre la salud, especialmente de las personas con enfermedades crónicas (como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cardiopatías), así como de las personas mayores, los niños y las embarazadas”. 

El camino para alcanzar los niveles de calidad del aire recomendados 

  • “El objetivo de las directrices es que todos los países alcancen los niveles de calidad del aire recomendados. Consciente de que esto será difícil para muchos países y regiones con altos niveles de contaminación del aire, la OMS ha propuesto metas intermedias para facilitar la mejora gradual de la calidad del aire y, por tanto, el logro gradual pero significativo de beneficios para la salud de la población”. 
  • “Casi el 80% de las muertes relacionadas con las PM₂,₅ podrían evitarse en el mundo si los niveles actuales de contaminación del aire se redujeran y equipararan a los propuestos en las directrices actualizadas, según un rápido análisis de supuestos que ha realizado la OMS. Al mismo tiempo, la consecución de las metas intermedias daría lugar a una reducción de la carga de morbilidad, cuyo mayor beneficio se observaría en los países con altas concentraciones de partículas finas (PM₂,₅) y grandes poblaciones”. 

Calidad del aire en Panamá

Como señalé previamente en este blog, de acuerdo con los expertos, en Panamá, el problema de calidad del aire se concentra principalmente en el área metropolitana donde la principal fuente de contaminación son los vehículos automotores. Éstos generan el 78 % de los hidrocarburos y el 98% del monóxido de carbono que llega al aire. Adicionalmente, tenemos unas 1,627 industrias manufactureras, de las cuales 188 (16%) generan emisiones importantes. Aunque no existen estudios epidemiológicos sobre la afectación de la contaminación del aire sobre la salud de los panameños, las enfermedades respiratorias están dentro de las principales causas de morbilidad atendidas en Panamá.

Los responsables principales de este creciente deterioro de la calidad ambiental son cerca del millón de automóviles que circulan a diario por las vías de la capital, lo cual se incrementa por el índice de automóviles por kilómetro de carretera, el cual ha ido aumentando también desde 2013. Y ese indicador aumenta de manera considerable en las horas pico, durante las cuales les toca a los transeúntes respirar el humo que expulsan los cientos de vehículos que casi no se mueven en las vías. Estos generan gases contaminantes, producto de la combustión vehicular, pasan a la atmósfera para ser absorbidos por el cuerpo humano a través de la respiración. Además, e acuerdo con estudios realizados por la Universidad de Panamá, la contaminación del aire ha aumentado en la región metropolitana, debido a la construcción de grandes edificios, teniendo como consecuencia que las masas de aire contaminado se estanquen y acumulen emisiones durante días enteros

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