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Médicos panameños frente al COVID-19Los médicos panameños, dirigentes de las principales sociedades y asociaciones médicas, el Ministro de Salud, la Ministra Consejera, el Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, y miembros de la Comisión Consultiva Presidencial suscribieron un acuerdo para enfrentar de manera conjunta, la pandemia de la COVID-19. Además, crearon (otra) Comisión de Coordinación para la Respuesta Clínica a la Pandemia, para entregar una propuesta al Minsa, que permita optimizar el rendimiento del recurso humano médico nacional existente. Yo felicito este acuerdo y hago votos porque se cumplan los compromisos por el bien de la salud de nuestra población. Sin embargo, considero necesario aportar las siguientes reflexiones y consideraciones.

Tal acuerdo surge de un espinoso proceso de negociación con los médicos panameños, a partir de la declaración del gobierno de iniciar la búsqueda de profesionales en el extranjero. Y sobre esto es importante aclarar, que esa posición del gobierno, se genera como consecuencia del agotamiento manifiesto de nuestros profesionales nacionales expresado por diferentes medios; así como de la ausencia casi absoluta de respuestas positivas a las dos convocatorias hechas por el MINSA para contratar los profesionales que hicieran falta, subrayado por el silencio de los médicos del sector privado, en torno a la invitación que se les hizo para sumarse al proceso, atendiendo turnos que serían adecuadamente remunerados. Comparto a continuación las reflexiones y recomendaciones que publiqué hoy en mi columna de opinión de La Estrella de Panamá.Hasta aquí me permito hacer las primeras reflexiones: por un lado, será fundamental garantizar que los médicos especialistas panameños compartan y se sumen al compromiso suscrito por la dirigencia gremial y de las especialidades. Tan importante como ese compromiso de los médicos, es evaluar las condiciones de nuestro personal de enfermería. Ellas y ellos también están agotados y llevan sobre sus hombros la atención diaria de los pacientes. No menos importante será la evaluación de la existencia de suficientes equipos de protección personal necesarios para cuidar su vida y la de los pacientes. Para ello recomiendo que la recién creada comisión comience analizando, hospital por hospital, y sala por sala, las condiciones de trabajo y el rendimiento de los recursos humanos que tenemos contratados.

Los firmantes también se comprometieron a entregar al Minsa la lista de todos los profesionales idóneos panameños, miembros de las respectivas sociedades que estén en disposición de laborar de manera permanente o por turnos en las unidades de cuidados intermedios o intensivos de pacientes con o sin COVID-19. Es decir, que en este momento no se tiene ese conocimiento y menos la lista, lo cual es muy preocupante, pues reportamos diariamente un promedio de 1,000 personas positivas, que podrían generar hasta 200 hospitalizaciones diarias, de las cuales 50 podrían requerir de atención muy especializada en salas de cuidados intensivos.

Como previendo la posibilidad, los dirigentes de las asociaciones añadieron que, “de existir la necesidad de contratar médicos extranjeros, los títulos y pensum académicos serán evaluados por el Consejo Técnico de Salud, siempre bajo la supervisión de médicos panameños designados, los cuales también realizarían informes quincenales de su desempeño”. Además, junto con la Universidad de Panamá, proponen desarrollar un programa de capacitación virtual para médicos generales, tanto en manejo clínico de pacientes con COVID-19 como atención a enfermedades crónicas, ventiladores y técnicas de soporte vital, a fin de que puedan apoyar a los especialistas en dichas unidades.

Este asunto requiere de dos reflexiones adicionales: la primera tiene que ver con el procedimiento para que nuestros médicos nacionales informen quincenalmente del desempeño de los colegas extranjeros que se contraten. Debe ser de manera objetiva, con indicadores, que espero sean de calidad, calidez y humanización de la atención. No será fácil, por decir lo menos, pero habrá que hacerlo, pero, ¿quién evalúa periódicamente el desempeño de los nuestros? Recomiendo aprovechar la situación para avanzar en la necesaria “recertificación” de nuestra profesionales.

La otra es, si es suficiente un curso virtual acelerado para que los médicos generales participen en la atención de pacientes en salas de UCI, sin poner sus vidas en peligro, así como las de los pacientes que traten. En ambos casos, tanto para los nacionales como para los extranjeros, será obligatorio que nuestros especialistas mantengan, como lo vienen haciendo, el compromiso de estar al pie de las camas de sus pacientes, las 24 horas del día, todos los días de la semana.

Al final, es claro que la necesidad de recursos humanos suficientes es una cuestión de vida o muerte para esos 50 panameños que podrían ingresar diariamente a las salas de cuidados intensivos producto del COVID-19. La respuesta de esta comisión debe estar en el despacho del ministro de salud esta misma semana, para tomar cuanto antes la decisión que corresponda. Si el país no tiene los recursos necesarios, o los que están prefieren no participar, entonces hay que salir a buscar en el extranjero los recursos humanos que hagan falta y contratarlos de inmediato, pues se necesitan ya. Obviamente que esta será una contratación temporal, y es claro que los contratados deberán ser sometidos al escrutinio del Consejo Nacional de salud, a fin de garantizar que posean las competencias profesionales demostradas y suficientes, en términos de formación y experiencia, para atender de forma exitosa los pacientes.

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