Seleccionar página

Obesidad o sobrepeso en nuestra niñezTres de cada diez niños sufren obesidad o sobrepeso. Así lo advirtió recientemente el MINSA, subrayando la necesidad de “disminuir el consumo de comidas chatarras, azúcares y grasas; y preparar una lonchera saludable para los niños, principalmente con más frutas y vegetales, y preferiblemente consumir jugos de frutas naturales y mucha agua”.

Los especialistas del MINSA también reiteraron “la importancia de que los niños tengan hábitos de vida saludable, lo que en el futuro disminuye la probabilidad de desencadenar en su vida adulta Enfermedades No Transmisibles (ENT) como: diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, así como varios tipos de cánceres, que no solo son causa de mortalidad prematura, sino también de morbilidad a largo plazo”. Y no olvidemos que estas enfermedades son la primera causa de muerte en el país, responsables por más de 10,000 defunciones cada año.

La obesidad o sobrepeso en nuestra niñez, es un problema de salud pública cuyo abordaje requiere de un soporte legal y político que complemente las campañas institucionales y el esfuerzo institucional y familiar por eliminar la comida chatarra y preparar esa “lonchera saludable” que necesitan nuestros niños. En ese contexto, en el pasado Consejo Ejecutivo de la OPS se aprobó una importante Resolución dirigida a “eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial”. La comparto con ustedes, pues será de gran utilidad para todos, en especial para nuestras autoridades nacionales. 

La obesidad o sobrepeso en nuestra niñez y la carga de enfermedad atribuible a la comida chatarra

De acuerdo con la OPS, “un amplio conjunto de evidencia ha demostrado los efectos perjudiciales de los AGT en el metabolismo, así como la asociación entre la ingesta total de AGT y las cardiopatías coronarias. El consumo alto de AGT aumenta considerablemente el riesgo de muerte por cualquier causa en 34% y por cardiopatías coronarias en 28%, así como el riesgo de aparición de cardiopatías coronarias en 21%. También se han observado aumentos no significativos de 7% y 10% en el riesgo de muerte por accidente cerebrovascular isquémico y por diabetes, respectivamente”.

Es claro pues que los estos ácidos grasos trans de producción industrial (AGT-PI) son un factor prevenible que contribuye de forma importante a la obesidad o sobrepeso desde la niñez y al desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

“Aunque no cabe duda de que es factible sustituir los AGT-PI, un reto importante para aplicar las políticas es promover la reformulación usando otras grasas y aceites que permitan mantener la calidad de los productos y, al mismo tiempo, reducir al mínimo las grasas saturadas. En el 2018, los aceites parcialmente hidrogenados, que son la fuente principal de AGT-PI, representaban 5% del mercado de grasas y aceites en la Región de las Américas. Su uso está disminuyendo 14% por año, aun cuando el sector general de las grasas y aceites ha registrado un crecimiento importante”.

Ideas centrales de la Resolución CE164.R3

Habiendo examinado el Plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025 (documento CE164/17), los miembros del Consejo Ejecutivo reconocen que los progresos logrados hasta la fecha con las medidas voluntarias de reducción de los ácidos grasos trans de producción industrial (los AGT-PI) son insuficientes en la Región y en el mundo, como lo demuestran las elevadas cifras de obesidad o sobrepeso, así como la morbilidad y mortalidad relacionadas. Parace claro que se obtendrían mejores resultados con la eliminación obligatoria de éstos.

En ese sentido, le recomiendan a las autoridades que asistirán al 57.o Consejo Directivo que apruebe el Plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025, y que se inste a los Estados Miembros (entre ellos Panamá), teniendo en cuenta sus contextos y prioridades, a que:

  1. promuevan los objetivos establecidos en el Plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025 y se comprometan a alcanzarlos a fin de avanzar en su ejecución de manera más eficaz;
  2. promulguen políticas regulatorias para eliminar los AGT-PI del suministro de alimentos;
  3. garanticen la ejecución de las políticas de eliminación de los AGT-PI mediante sistemas de cumplimiento regulatorio claramente definidos;
  4. evalúen los progresos hacia la eliminación de los AGT-PI del suministro de alimentos;
  5. concienticen a los responsables de formular políticas, los productores, los proveedores y el público en general sobre los efectos perjudiciales de los ácidos grasos trans para la salud y los beneficios de salud que se obtendrían con la eliminación de los AGT-PI;
  6. establezcan mecanismos para el seguimiento y la evaluación.

Aunque esta resolución no es vinculante, sí que tiene gran peso científico, ético y moral. Y una vez que la aprobemos (como en efecto haremos), estaremos obligados a promulgar esas políticas regulatorias para eliminar los AGT-PI del suministro de alimentos, y disminuir la obesidad y sbrepeso.

¿qué propone el Plan de acción?

El plan debe servir de catalizador para la adopción, aplicación y control del cumplimiento, a más tardar para el 2023, de políticas regulatorias que permitan eliminar los AGT-PI del suministro de alimentos en la Región de las Américas mediante la prohibición del uso de aceites parcialmente hidrogenados en los alimentos para consumo humano, o bien, la imposición de un límite de 2% de AGT-PI en el contenido total de grasas en todos los productos alimenticios. Se han tenido en cuenta las enseñanzas extraídas durante los últimos quince años y los desafíos que aún deben superarse. Con la finalidad de alcanzar este objetivo, disminuir la obesidad o el sobrepero, así como la morbilidad y mortalidad relacionadas, se proponen las siguientes líneas estratégicas de acción, que abordan tanto los pasos fundamentales como las mejores prácticas:

  1. promulgar políticas regulatorias para eliminar los AGT del suministro de alimentos o limitar su contenido a un máximo del 2% del contenido total de grasas en todos los productos alimenticios;
  2. aplicar políticas para la eliminación de AGT-PI mediante sistemas de control del cumplimiento regulatorio claramente definidos;
  3. evaluar el progreso de las políticas de eliminación de los AGT-PI y sus efectos sobre el suministro de alimentos y el consumo humano;
  4. concientizar, mediante actividades de difusión y campañas educativas, a los responsables de formular políticas, los productores, los proveedores y el público en general sobre los efectos perjudiciales de los AGT para la salud y los beneficios de salud que conlleva la eliminación de los AGT-PI.

Obesidad o sobrepeso: conclusiones

  • Las enfermedades cardiovasculares, en particular las cardiopatías coronarias atribuibles al consumo de AGT, afectan a toda la población. La eliminación de los AGT-PI es una estrategia que puede reducir el riesgo de ECV para todas las personas, independientemente de su nivel de educación o riqueza, y en última instancia disminuir el número de muertes prematuras por cardiopatías coronarias.
  • Las recomendaciones tradicionales no han sido suficientes, como lo demuestra la elevada prevalencia de obesidad o sobrepeso en nuestra niñez, y las cifras de enfermedad y defunciones asociadas al consumo de AGT-PI (comida chatarra).
  • Actualmente se utilizan dos enfoques principales de política para eliminar efectivamente los AGT-PI. El primer enfoque utiliza medidas legislativas o regulatorias para limitar el contenido de AGT-PI a no más de 2 gramos por cada 100 gramos de grasas totales (es decir, 2%) en todos los alimentos, lo que incluye las grasas y aceites (aunque sin limitarse a ellos) y se aplica a los productos nacionales e importados. El segundo enfoque de política, más reciente, es la prohibición de los aceites parcialmente hidrogenados, que son la fuente principal de AGT-PI en los alimentos.
  • La experiencia acumulada en los quince últimos años en distintos países ha demostrado que es totalmente factible recurrir a la regulación para sustituir de forma rápida y completa los AGT-PI derivados de los aceites parcialmente hidrogenados en el suministro de alimentos y limitar los AGT-PI procedentes de otras fuentes al 2% del total de grasas o menos.

Disminuir la obesidad o sobrepeso de nuestra niñez hoy, es mejorar la esperanza y calidad de vida de nuestra población!

Descubre más desde El blog de Jorge Prosperi

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo