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Vacuna tu niño contra el Sarampión: ¡le puedes salvar la vida!El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa y potencialmente mortal, que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo.

No hay tratamiento específico para la enfermedad, y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas. Sin embargo, puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos. El sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación.

En este contexto comparto con ustedes información internacional sobre esta peligrosa enfermedad y los exhorto a reforzar sus defensa y protegerse, en especial a nuestros niños. Las vacunas funcionan y salvan vidas.

Sarampión: resumen de la situación en las Américas 

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, entre la semana epidemiológica (SE) 1 y la (SE) 9 de 2019, diez países notificaron casos confirmados de sarampión que ocurrieron entre diciembre de 2018 y febrero de 2019: Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos de América, México y la República Bolivariana de Venezuela. En lo que va del año, no se han reportado defunciones por la enfermedad. Los invito a ver las gráficas correspondientes a la situación específica de cada país aquí.

Vacuna tu niño contra el Sarampión: ¡le puedes salvar la vida!

Por nuestra parte, de acuerdo con el MINSA, en Panamá no ha habido casos autóctonos de sarampión desde 1996, aunque en el año 2011 hubo 4 casos importados (contagiados fuera del país).   Esto ha sido así, porque se mantiene una adecuada cobertura de vacunación, pero anualmente se acumulan una cantidad de niños que quedan desprotegidos porque ni la cobertura, ni la efectividad de la vacuna es de 100%.

La población entre 1-4 años en Panamá es de 296 mil 313 (2016).  La vacuna contra el sarampión tiene una efectividad de 95%; es decir que el 5% adecuadamente vacunado no queda protegido.  La cobertura de vacunación de sarampión en Panamá en niños de 1-4 años es de 90%; por lo tanto, cada año queda 15% de esa población con susceptibilidad de desarrollar sarampión.

Los panameños debemos tener especial cuidado en nuestros puertos de entrada pues cada año recibimos más de 2.5 millones de visitantes con un crecimiento importante del puerto de Cruceros.

Sarampión: poblaciones en riesgo, transmisión, tratamiento y prevención

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el sarampión sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños a nivel mundial a pesar de que existe una vacuna segura y eficaz. Se calcula que en 2016 murieron 89,780 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de cinco años.

Poblaciones en riesgo

  • Los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir esta enfermedad y sus complicaciones, entre ellas la muerte. Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo. Sin embargo, puede infectarse cualquier persona que no esté inmunizada (es decir, que no haya sido vacunada y no haya sufrido la enfermedad).
  • Los brotes de sarampión pueden ser especialmente mortales en países que estén sufriendo desastres naturales o conflictos, o recuperándose de ellos. Los daños a la infraestructura sanitaria y a los servicios de salud interrumpen la inmunización sistemática, y el hacinamiento en los campamentos de refugiados y desplazados internos aumenta mucho el riesgo de infección.

Y agrego que también pueden ser especialmente mortales en nuestras comarcas indígenas, donde el aislamiento y la precaria situación de la infraestructura sanitaria, interrumpen las posibilidades de mantener una inmunización sistemática.

Transmisión

  • El virus del sarampión es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas.
  • El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso durante periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde 4 días antes hasta 4 días después de la aparición del exantema.
  • Esta enfermedad puede producir epidemias que causan muchas muertes, especialmente entre los niños pequeños malnutridos. En países donde el sarampión ha sido prácticamente eliminado, los casos importados de otros países siguen siendo una importante fuente de infección.

Tratamiento

  • No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.
  • Las complicaciones graves de la enfermedad pueden evitarse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición, una ingesta suficiente de líquidos y el tratamiento de la deshidratación con las soluciones de rehidratación oral recomendadas por la OMS (para reponer los líquidos y otros elementos esenciales que se pierdan con la diarrea o los vómitos). Se deben prescribir antibióticos para tratar la neumonía y las infecciones de los oídos y los ojos.
  • Todos los niños diagnosticados de sarampión deben recibir dos dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas. Este tratamiento es eficaz para restaurar los niveles de vitamina A, que durante la enfermedad suelen ser bajos incluso en los niños bien nutridos, y puede ayudar a prevenir las lesiones oculares y la ceguera. Además, se ha demostrado que los suplementos de vitamina A reducen la mortalidad por sarampión en un 50%.

Prevención

  • La vacunación sistemática de los niños contra el sarampión, combinada con campañas de inmunización masiva en países con elevada incidencia y mortalidad son estrategias de salud pública fundamentales para reducir la mortalidad mundial por sarampión. La vacuna contra el sarampión, que se viene utilizando desde hace más de 50 años, es segura, eficaz y barata. Inmunizar a un niño contra el sarampión cuesta aproximadamente menos de US$ 1.
  • La vacuna recomendada suele juntarse con las vacunas contra la rubéola y/o la parotiditis. Su eficacia es similar tanto si se administra aisladamente como si se combina con estas vacunas. Añadir la vacuna contra la rubéola a la vacuna contra el sarampión no supone más que un pequeño incremento en el costo y permite compartir los gastos de vacunación y administración.

Sarampión: orientaciones para las autoridades nacionales

Para finalizar esta breve nota, comparto las orientaciones que hace la OPS/OMS a las autoridades nacionales de los países de América. Aunque la mayoría, si no todas, ya las estamos llevando acabo en nuestro territorio, siempre es importante el recordatorio, sobre todo para reforzar las intervenciones en nuestras comarcas indígenas, provincias más pobres, y cinturones de pobreza de las capitales de provincia, donde las condiciones de vida no son las mejores.

  • Vacunar para mantener coberturas homogéneas del 95% con la primera y segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, la rubéola y las paperas, en todos los municipios.
  • Vacunar a poblaciones en riesgo, sin prueba de vacunación o inmunidad contra el sarampión y la rubéola, tales como personal de salud, personas que trabajan en turismo y transporte (hotelería, aeropuerto, taxis y otros) y viajeros internacionales.
  • Mantener una reserva de vacuna sarampión-rubéola (SR) y/o sarampión-rubéola-parotiditis (SRP) y jeringas para acciones de control de casos importados en cada país de la Región.
  • Fortalecer la vigilancia epidemiológica de la enfermedad para lograr la detección oportuna de todos los casos sospechosos en los servicios de salud públicos y privados, y asegurar de que las muestras se reciban en el laboratorio en el plazo de 5 días después de haberse tomado y que los resultados de laboratorio estén disponibles en un periodo de no más de 4 días.
  • Brindar una respuesta rápida frente a los casos importados de esta enfermedad para evitar el restablecimiento de la transmisión endémica, a través de la activación de los grupos de respuesta rápida entrenados con este fin e implementando protocolos nacionales de respuesta rápida frente a los casos importados.
  • Identificar los flujos migratorios externos (llegada de personas extranjeras) e internos (desplazamientos de grupos poblacionales) en cada país, incluyendo las poblaciones indígenas, para facilitar el acceso a los servicios de vacunación, según el esquema nacional.
  • Implementar un plan para inmunizar a la población migrante en las fronteras de alto tránsito, priorizando la población en riesgo, tanto migrante como residente en los municipios que albergan a estos grupos de población.
  • Incrementar las coberturas vacunales y fortalecer la vigilancia epidemiológica en áreas de fronteras a fin incrementar la inmunidad poblacional y detectar/responder rápidamente frente a casos altamente sospechosos de sarampión.
  • En situación de brote, se debe establecer el adecuado manejo intrahospitalario de casos para evitar la transmisión nosocomial, con un adecuado flujo de referencia de pacientes a salas de aislamiento (en cualquier nivel de atención) evitando el contacto con otros pacientes en salas de espera y/o salas de hospitalización por otras causas.

Adicionalmente, la OPS/OMS recomienda a los Estados Miembros que se aconseje a todo viajero de 6 meses de edad en adelante que no pueda mostrar prueba de vacunación o inmunidad, que reciba la vacuna contra el sarampión y la rubéola, preferiblemente la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis – SRP), al menos dos semanas antes de viajar a áreas donde se ha documentado la transmisión de sarampión.

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