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Cuidemos a nuestros adolescentesEn general se considera que los adolescentes son un grupo sano. Sin embargo, muchos mueren de forma prematura debido a accidentes, suicidios, violencia, complicaciones relacionadas con el embarazo y enfermedades prevenibles o tratables. Más numerosos aún son los que tienen problemas de salud o discapacidades. Además, muchas enfermedades graves de la edad adulta comienzan en la adolescencia. Por ejemplo, el consumo de tabaco, las infecciones de transmisión sexual, entre ellas el VIH, y los malos hábitos alimentarios y de ejercicio, son causas de enfermedad o muerte prematura en fases posteriores de la vida. Les invito a conocer la información internacional y nacional sobre el tema y a reforzar nuestros esfuerzos por la salud, el bienestar y desarrollo integral de nuestros adolescentes.

De acuerdo con un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día fallecen más de 3000 adolescentes (1.2 millones de muertes anuales) por causas que, en su mayor parte, podrían evitarse. Las principales causas de muerte entre los adolescentes son los accidentes de tránsito, las infecciones de las vías respiratorias bajas y el suicidio. La misma organización nos dice que fomentar comportamientos saludables durante la adolescencia y adoptar medidas para proteger mejor a los jóvenes contra los riesgos sanitarios es fundamental para la prevención de problemas de salud en la edad adulta, así como para la salud futura de los países y su capacidad para desarrollarse y prosperar.

En Panamá las Estadísticas Vitales del INEC no hacen diferenciación para los adolescentes, pero nos señalan que para el grupo de 5 a 19 años hubo 473 fallecidos en el 2015. La misma publicación nos informa que en el 2015 los “Accidentes, lesiones auto infligidas, agresiones y otra violencia”, constituyeron la primera causa de muerte para el grupo de 5 a 14 años (58) y para el grupo de 15 a 24 años (311).

La publicación más reciente del Ministerio de Salud es el Análisis de Situación de Salud del 2015, con datos del 2012. Esta informa que los principales motivos de muerte en el grupo de adolescentes son los “Accidentes, lesiones auto infligidas, agresiones y otra violencia”. Lamentablemente la página Web del Programa de niñez y adolescencia de la misma institución nos ofrece solo un informe de actividades, correspondiente a tres meses del 2014. Esta situación demuestra que ofrecer información actualizada, o en el peor de los casos, el propio programa, no es una prioridad para la institución rectora del sector salud.

Además recordemos que tenemos una deuda pendiente con las adolescentes, pues el mismo Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, nos informa que la tasa de fecundidad y los nacimientos vivos de madres menores de 19 años, muestran una clara tendencia al ascenso desde el 2006, superando los 15,000 nacimientos el año 2016. Ese mismo año, el 20% de los nacimientos ocurrieron en madres menores de 19 años. Asimismo, en nuestro país, alrededor del 20% de las muertes maternas, ocurren en madres menores de 19 años. En el año 2015, nueve niñas-madres fallecieron por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Por otro lado, en Panamá los casos de VIH y SIDA en la población adolescente se incrementan cada año, acercándose al 7% de la totalidad. En el 2015 ocho adolescentes fallecieron por el SIDA, cinco eran niñas.

En todo caso, la mayoría de estos fallecimientos se podrían prevenir mejorando los servicios de salud, la educación y los servicios sociales. Sin embargo, muchos jóvenes no tienen acceso a los servicios básicos de prevención y asistencia sanitaria, ya sea porque estos no existen o porque los adolescentes no los conocen.

Parece que autoridades y la sociedad olvidamos nuestro compromiso con los niños y adolescentes, reconocidos en diversos instrumentos jurídicos internacionales, que ponen de relieve las obligaciones de los estados de reconocer las necesidades de salud y de desarrollo  de los adolescentes y las personas jóvenes, así como sus derechos.

Para ayudarnos a cuidar la salud de los adolescentes, en mayo de 2017 la OMS publicó el importante informe sobre la “Aplicación mundial de medidas aceleradas”, basado en las aportaciones recibidas tras un amplio proceso de consultas con los estados miembros,  organismos de las Naciones Unidas,  adolescentes y jóvenes, la sociedad civil y otros asociados. El objetivo es prestar asistencia a los gobiernos a la hora de decidir qué prevén hacer, y cómo, para responder a las necesidades sanitarias de los adolescentes en sus países.

Este documento de referencia va dirigido a los formuladores de políticas y a los gestores de programas nacionales para ayudarlos a planificar, aplicar, seguir y evaluar los programas de salud del adolescente. Propone intervenciones intersectoriales, como la educación sexual integral en las escuelas, el aumento del límite mínimo de edad para consumir alcohol, la obligación de utilizar casco y cinturón de seguridad, la limitación del acceso a las armas de fuego y de su uso indebido, la reducción de la contaminación del aire en los hogares mediante el uso de combustibles no contaminantes para cocinar y la mejora del acceso al agua, el saneamiento y la higiene. Además, explica con detalle cómo se pueden poner en práctica estas intervenciones en los países mediante programas de salud de los adolescentes. También contamos con la Estrategia Mundial para la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes, la cual facilita toda la información necesaria para decidir qué medidas adoptar con el fin de mejorar la salud y una vida plena y productiva para este grupo, y cómo aplicarlas.

Ahora es cuando, ¡sumémonos panameños!

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