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Hablemos de la DepresiónEste año el Día Mundial de la Salud tiene como lema “Hablemos de la Depresión”, y está dedicado a ayudar a que las personas que padecen depresión, pidan y obtengan ayuda.

“La depresión es una enfermedad que puede afectarnos a todos. Se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de auto lesión o suicidio”.

Estadísticas mundiales sobre la depresión

La depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS, más de 300 millones de personas viven con depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015. De esas personas, cerca de 50 millones de personas en la Región de las Américas viven con depresión, casi un 17% más que en 2005. De acuerdo al MINSA, en Panamá, en 2015 se diagnosticaron 2 mil 148 casos de episodios depresivos no especificados. Las cifras no incluyen las consultas realizadas en clínicas privadas ni en la Caja de Seguro Social. Lo cual, aprovecho para destacar, evidencia la necesidad de fortalecer la capacidad del MINSA para ejercer su rol de Rector del Sector Salud. En todo caso, si extrapolamos a la población panameña (cuatro millones) el porcentaje de personas afectadas en las américas (5%), resulta que alrededor de 200,000 panameños podrían estar sufriendo de depresión. Cifra muy superior a los pacientes tratados que informa el MINSA. Es probable que esas personas ignoren que viven con la enfermedad, el sistema no los ha detectado y están en grave riesgo. De ahí la gran importancia de esta campaña que busca que las personas viviendo con depresión, pidan y obtengan ayuda. ¡Hablemos de la depresión!

La OMS ha identificado fuertes vínculos entre la depresión y otros trastornos y enfermedades no transmisibles. La depresión aumenta el riesgo de trastornos por uso de sustancias y enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón; lo contrario también es cierto, lo que significa que las personas con estas otras condiciones tienen un mayor riesgo de depresión. La depresión también es un factor de riesgo importante para el suicidio, que reclama cientos de miles de vidas cada año. Sin embargo, “incluso la depresión más grave se puede superar con un tratamiento adecuado”. Pero una de las barreras para buscar tratamiento son los prejuicios y la discriminación. Por esa razón en las Américas, casi 7 de cada 10 personas con depresión no reciben el tratamiento que necesitan. Lamentablemente carecemos de información nacional actualizada al respecto.

Un aumento en la inversión también es necesario. En muchos países, no hay, o hay muy poco, apoyo disponible para las personas con trastornos de salud mental. Incluso en los países de ingresos altos, casi el 50% de las personas con depresión no reciben tratamiento. En promedio, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental, variando de menos del 1% en los países de bajos ingresos al 5% en los países de altos ingresos. Tampoco pude conseguir información sobre este asunto.

Estadísticas nacionales sobre la depresión

Lo que sí sabemos es que de acuerdo al INEC de la Contraloría General de la Nación, en el quinquenio comprendido entre 2011 a 2015, un total de seiscientos setenta personas se quitaron la vida. Lo que arroja un promedio anual aproximado a 133 personas. De ellas el 86.5% eran varones. El 65.6% tenían entre 15 y 44 años. Y el grupo de edad más afectado fue el de 20 a 29 años, que representaron casi el 30% de los suicidios. Todas esas personas nos hacen mucha falta. El vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular los trastornos relacionados con la depresión y el consumo de alcohol) está bien documentado. Además en los países de altos ingresos, muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos.

En ese contexto, esta publicación se hace eco de la campaña mundial, les invita a participar de la celebración nacional mañana domingo y contribuir a que:

Hablemos de la depresión

Principales mensajes de la campaña “hablemos de la depresión”

Para finalizar les invito a reflexionar sobre los principales mensajes de esta Campaña y actuar en consecuencia.

  • La depresión es un trastorno mental común que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países.
  • El riesgo de padecer depresión se ve agravado por la pobreza, el desempleo, acontecimientos vitales como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación, la enfermedad física y los problemas provocados por el alcohol y las drogas.
  • La depresión provoca angustia mental y puede afectar a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con los familiares y los amigos.
  • Una depresión no tratada puede impedir que la persona afectada trabaje y participe en la vida familiar y comunitaria.
  • En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio.
  • La depresión se puede prevenir y tratar de manera eficaz. El tratamiento suele consistir en terapia de conversación, medicación antidepresiva o una combinación de ambos métodos.
  • La superación de la estigmatización que suele acompañar a la depresión contribuirá a que un número mayor de personas reciba ayuda.
  • Hablar con una persona de su confianza puede ser un primer paso para curarse.

Y por favor no nos olvidemos de promover en sentido amplio la salud mental, desarrollando estrategias intersectoriales y acciones que creen entornos y condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de vida saludables. Entre ellas un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y culturales básicos es fundamental. Sin la seguridad y la libertad que proporcionan estos derechos resulta muy difícil mantener un buen nivel de salud mental.

Las políticas nacionales de salud mental no deben ocuparse únicamente de los trastornos mentales, sino reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental como la incorporación de la promoción de la salud mental a las políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Además del sector de la salud, es esencial la participación de los sectores de la educación, el trabajo, la justicia, el transporte, el medio ambiente, la vivienda o la asistencia social. Hablemos de la depresión.

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