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Es resiliente nuestro sistema de salud¿Es resiliente nuestro sistema de salud? Para contestar esa pregunta me valdré de la información disponible sobre la recién pasada sesión del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud, donde las autoridades de salud de las Américas, entre ellas las de Panamá; “…reconociendo que la “resiliencia” es un atributo fundamental de los sistemas de salud bien desarrollados y recordando los marcos y acuerdos mundiales relacionados…, así como los mandatos pertinentes de la OPS, en particular, la Estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud…”; manifestaron su apoyo al documento  de  política  sobre  Los  sistemas  de  salud  resilientes (documento CD55/9) y en consecuencia aprobaron la Resolución CD55.R8: “Los Sistemas de Salud Resilientes”. Comprometiéndose, esperamos todos, con su desarrollo pleno en el suelo Patrio. Démosle un vistazo al documento que provoca esta publicación.

¿Es resiliente nuestro sistema de salud?

Comencemos por aclarar que la “resiliencia” de un sistema de salud como como la “capacidad de absorber perturbaciones y de responder y recuperarse mediante la prestación oportuna de los servicios necesarios…”. Veamos las condiciones necesarias para alcanzar la resiliencia de un sistema de salud y reflexionar sobre cómo estamos en el país. De acuerdo al documento de política señalado al inicio, estas son:

  • Un compromiso de toda la sociedad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
  • La implementación de las cuatro líneas estratégicas establecidas en la Estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud.
  • La aplicación del RSI mediante el fortalecimiento de las capacidades básicas nacionales como parte de las funciones esenciales de salud pública.
  • Fortalecer los sistemas de información de salud que respalden la detección y el aislamiento de los riesgos para la salud pública y la prestación de respuestas apropiadas.
  • Desarrollar estrategias de reducción de desastres y otros riesgos.
  • Mantener la inversión en la organización de redes adaptativas de instituciones de atención de salud.
  • Promover la investigación sobre la resiliencia y el desempeño de los sistemas de salud.

De esas condiciones se concluye que la resiliencia es pues “un atributo de los sistemas de salud que funcionan bien y que están orientados al acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud”.

¿Cómo alcanzar la resiliencia de nuestro sistema de salud?

En mi opinión, la mayoría de los mandos medios y recursos humanos de base de nuestro sistema de salud están comprometidos con la resiliencia del sistema y no me cabe duda de que vamos avanzando (lento pero seguro) en cada una de las condiciones arriba mencionadas. Por otro lado, el Ejecutivo ha manifestado (en el discurso) su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el fortalecimiento del sistema de salud. No obstante, de acuerdo a la última encuesta de Dichter y Neira, la gestión del Gobierno y de los Ministros de Gabinete, es percibida como mala, y la gestión del Director de la Caja de Seguro Social, como muy mala. Esto, tampoco me cabe duda, es un tremendo obstáculo que superar…

Veamos para complementar la percepción señalada antes, algunos asuntos pendientes para que nuestro sistema de salud sea resiliente. Antes felicito a los mandos medios (excelentes técnicos) del MINSA y la CSS, por su capacidad y compromiso permanente, a pesar de los vaivenes políticos y las limitaciones en el terreno…

El primero y más importante es la necesidad de avanzar hacia la Cobertura Universal de Salud. Sin embargo la situación de nuestro Sistema Nacional de Salud no ha variado en los últimos años, de hecho puede haberse deteriorado; ya que son frecuentes las denuncias de la población y de los gremios de la salud; y lo peor, que nuestras autoridades no dan respuesta a este descontento y parecen tener “otra” agenda, diferente de la población que los eligió…

Para ello es obligatorio darle todo el respaldo político a los acuerdos del Diálogo Nacional para la Transformación del Sistema de Salud Pública, recogidos en el documento “Lineamientos propuestos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de estado”. Confiemos en que nuestro Presidente le brinde todo el “efectivo” apoyo político, estratégico, técnico y financiero a la Comisión de Alto Nivel, en el contexto de un plan operativo (que ya deberían tener formulado), con productos claros, fechas, responsables.

No menos importante es apoyar el fortalecimiento de la capacidad del MINSA para el ejercicio de su Función Rectora y el desempeño de las Funciones Esenciales de Salud Pública, FESP. No olvidemos que son muy preocupantes los resultados de la última evaluación, llevada a cabo los días 3 y 4 de septiembre del año pasado. Los resultados eran malos en 2001 (0.61 en promedio) y son peores en 2014 (0.50 en promedio). Especial mención merece la negativa evaluación que recibió la FESP relacionada con la formación y capacitación de los recursos humanos, así como el espinoso asunto de la distribución equitativa de los mismos a lo largo y ancho del país, como lo pone de manifiesto el documento oficial del MINSA “Situación de salud de Panamá”.

En todo caso, es importante destacar que esta evaluación le permite a Panamá “identificar no solo los factores críticos que deben tenerse en cuenta para desarrollar planes o estrategias de fortalecimiento de la salud pública, sino también los mecanismos de gestión para que la Autoridad Sanitaria Nacional pueda ejercer de manera óptima las funciones que le competen”. Es decir, que tenemos el diagnóstico y la herramienta para avanzar. No tenemos excusa para no hacerlo…

Y no es por falta de dinero que no hemos avanzado plenamente. De acuerdo a la información disponible del MINSA, nos dice que el gasto público en salud como porcentaje del PIB ¡aumentó desde 6.8% en 2009 a 9.7% en 2013! Lo mismo ocurrió con el gasto público en salud per cápita, el cual aumentó de B/. 382.4 a B/. 704.6 en el período. Cifra, según los expertos, suficiente para alcanzar los resultados en salud que deseamos. No obstante, subrayo que el gasto privado en salud sigue siendo elevado y representa el 25% o más del gasto total en salud. Es decir que muchas personas deben acudir al sector privado a buscar soluciones (que debería brindar el sector público) para sus problemas de salud. Y que muchas de estas personas no tienen los recursos económicos para ello, lo cual contribuye al empobrecimiento de nuestra gente.

Para concluir, recuerdo que en “Asuntos que tenemos que resolver” me referí ampliamente dos temas hay temas pendientes que no hemos resuelto y están subyacentes a la problemática antes descrita: el fortalecimiento de la capacidad de Gestión Pública y la necesidad de eliminar la injerencia nociva de los intereses políticos, económicos, y gremiales en las cuestiones públicas… Los invito a echarles un vistazo, pues no puede haber “resiliencia” con altos gerentes que carecen de las competencias necesarias para el cargo.

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