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Tercer año de epidemia en PanamáA pesar de la aparición de Ómicron el panorama del tercer año de epidemia en Panamá luce menos incierto y más alentador que cuando comenzamos este recorrido que ha causado más de 273 millones de casos y más de 5.3 millones de muertes en todo el mundo, amén de las enormes pérdidas económicas, y una grave lesión al tejido social y familiar en todos los países.

No obstante, es obligatorio reflexionar sobre lo que nos puede deparar el futuro en este tercer año de epidemia en Panamá ahora que la nueva variante se hace dominante en el planeta y ya está presente en nuestro país, con 26 casos identificados y es muy probable que ya esté circulando más ampliamente en el territorio nacional y se convierta pronto en la variante predominante en nuestro territorio. Y no perdamos de vista que, de acuerdo con la OPS, se prevé un incremento de los contagios, hospitalizaciones y muertes en las próximas semanas debido al aumento de la circulación del coronavirus en varios países y al mayor contacto entre personas en la temporada navideña.

Entonces: ¿qué podemos esperar en el tercer año de epidemia?

Aunque para nosotros el primer caso fue diagnosticado en marzo de 2020, nunca podremos descartar que el virus ya estaba circulando en el territorio desde diciembre de 2019, por lo que, para fines prácticos, el 2022 marcará también para nosotros el tercer año de epidemia y, como señalé arriba, ahora tendremos que enfrentar la circulación de una nueva variante.

Pero antes…¿cómo estamos en este momento?

Hasta el día de ayer hemos acumulado un total de 489,695 casos y 7,421 fallecidos por COVID-19 en el país. Por otro lado, desde hace ocho semanas reportamos un claro incremento de los casos, aumentando de 17.9 la semana que terminó el 6 de noviembre a 95.5 casos reportados por 100 mil habitantes esta semana. Por su parte las defunciones se mantienen un promedio de 0.3 por 100 mil habitantes en el mismo período, pero si siguen aumentando los casos, aumentarán las posibilidades de tener pacientes graves y defunciones. Ambos indicadores son preocupantes, lo que nos obliga a subrayar la necesidad de no bajar la guardia en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad y redoblar el esfuerzo del programa de vacunación, a fin de llegarle muy pronto, a todas las personas que están pendientes, tanto de la primera, segunda y ahora, tercera dosis.

tercer año de epidemia en Panamá

¿Qué podemos esperar?

A nivel mundial, la opinión de la comunidad científica citada el 8 de noviembre en un artículo de The Economist, es que, “en los países más ricos y bien vacunados del mundo, el año tres de la pandemia será mejor que el año dos, y el COVID-19 tendrá un impacto mucho menor en la salud y las actividades cotidianas”. Esto es así porque es evidente que, “las vacunas han debilitado el vínculo entre casos y muertes en países”. No obstante, subrayan, “en los países más pobres, menos vacunados o ambos, los efectos nocivos del virus persistirán y surgirá una disparidad de resultados entre países ricos y pobres”.

En este sentido, aunque el tercer año de epidemia comience con un gran aumento de Ómicron en Panamá durante los primeros meses, las afirmaciones anteriores son válidas, porque ya sabemos que una dosis de refuerzo de las vacunas contra el COVID-19 ayudará a brindar protección continua contra el COVID-19, incluyendo consecuencias graves que pueden ocurrir, como la hospitalización y la muerte. Pero no podemos olvidar que el aumento exponencial de casos implica riesgo de un aumento de las hospitalizaciones, por lo que es ahora más importante que antes, cumplir con las medidas de protección no farmacológicas, en especial el uso de una mascarilla apropiada y bien ajustada.

Sobre este asunto del tercer año de pandemia señaló recientemente Antony Fauci refiriéndose a USA, que, “el lado positivo de un enero y febrero duros es que la mayor parte del país podría tener algún grado de inmunidad después, ya sea mediante vacunación, infección o ambas, que los ayude a protegerlos contra infecciones graves por COVID en el futuro”. Agregando que, “es concebible que, tarde o temprano, todo el mundo haya sido infectado y/o vacunado o potenciado; cuando llegues a ese punto, a menos que tengas una variante muy extraña que eluda toda protección, lo cual sería inusual, entonces creo que podrías llegar a ese punto en el que tienes esto a un nivel constante y; un cuarto refuerzo no está descartado. Es perfectamente concebible que ese sea el caso”.

¿Y la economía?

Por otro lado, en el terreno económico, nuestros indicadores muestran que en el segundo trimestre de 2021 el producto interno bruto (PIB) de Panamá incrementó en un 40,4% en comparación con el mismo periodo de 2020, cuando hubo una caída del 17,9% en el PIB, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Este año el país se ha recuperado alrededor de un 8% a 12%, es decir que las cifras apuntan a que la economía nacional se estabiliza más rápido de lo esperado. Se prevé que para 2022 habrá un crecimiento del 8,2% del PIB en el istmo. Pero no podemos perder de vista que el nuestro es un país donde prevalece una gran desigualdad, por lo que esos indicadores no benefician a todos por igual.

Por eso preciosamente es que, no podemos perder de vista, como señala la comunidad científica mundial, que, en nuestro planeta no estaremos todos a salvo hasta que todos no estén vacunados. “Aunque el suministro de vacunas aumentó en el último trimestre de 2021, muchos países permanecerán subvacunados durante gran parte de 2022, como resultado de las dificultades de distribución y la vacilación de las vacunas. Esto dará lugar a tasas más altas de muerte y enfermedad y una recuperación económica más débil”.

Sobre vacunas y tratamientos

Por otro lado, sobre este asunto del acceso a las vacunas y tratamientos en el tercer año de pandemia agrega The Economist lo siguiente:

  • es muy probable que las dosis de refuerzo se utilicen más ampliamente en 2022 a medida que los países comprendan cuándo son necesarias, sobre todo en un escenario caracterizado por la aparición de nuevas variantes. En todo caso, agregan los expertos, las vacunas actuales y las versiones modificadas se utilizarán como refuerzos, mejorando la protección contra las variantes.
  • La vacunación de niños también se expandirá, en algunos países, a niños de tan solo seis meses. Cuando la vacilación ante las vacunas dificulta que los gobiernos alcancen sus objetivos, se inclinarán a dificultar la vida de los no vacunados, exigiendo pasaportes de vacunas para asistir a ciertos lugares y haciendo que la vacunación sea obligatoria para grupos como los trabajadores de la salud.
  • La inmunidad y los tratamientos pueden estar lo suficientemente extendidos a mediados de 2022 como para reducir el número de casos y reducir el riesgo de nuevas variantes. En este punto, el virus se volverá endémico en muchos países. Pero aunque las vacunas existentes pueden suprimir el virus, se necesitan nuevas para cortar la transmisión.
  • En los países ricos también se centrará más en los tratamientos con anticuerpos para las personas infectadas con COVID-19. Estos países dependerán más de cócteles como los de Regeneron o AstraZeneca.
  • Los más prometedores de todos son los nuevos medicamentos antivirales. Pfizer ya está fabricando «cantidades significativas» de su inhibidor de proteasa. En Estados Unidos, el gobierno acordó comprar 1,200 millones de cursos de un medicamento antiviral que está desarrollando Merck, conocido como molnupiravir. Esto ha demostrado su eficacia en ensayos, y la compañía lo ha autorizado para una producción asequible y generalizada.
  • Hay muchos otros antivirales en proceso. Es probable que los medicamentos antivirales que se pueden tomar en forma de píldora, después del diagnóstico, se conviertan en éxitos de taquilla en 2022, ayudando a que el covid-19 sea una enfermedad cada vez más tratable. Eso conducirá, a su vez, a nuevas preocupaciones sobre el acceso desigual y el uso indebido que fomenta cepas resistentes.

Este panorama de la vacunación se aplica completamente para el tercer año de epidemia de COVID-19 en Panamá, pues estamos encaminados a controlar la epidemia, si mantenemos el cumplimiento de la población con las medidas de seguridad personal y colectiva y con el desarrollo de un exitoso programa de vacunación que, desde que inició la Operación PanavaC-19 en enero de 2021 hasta la fecha ha aplicado 6,245,650 dosis de vacunas contra la Covid-19. Un total de 3,123,297 se han aplicado en primera dosis; 2,809,037 en segunda dosis; 305,996 alcanzaron las dosis de refuerzo y 7,320 las terceras dosis a pacientes inmunosuprimidos. En ese contexto, la población meta, de 12 años en adelante, un 90.4% está cubierta con primera dosis y 81.3% con segunda dosis. Además tenemos suficientes contra la COVID-19 para seguir con la aplicación de dosis a la población.

Conclusión obligada para el tercer año de epidemia en Panamá

No hay duda de que enfrentaremos un aumento exponencial de casos de COVI-19. Pero, si mantenemos la disciplina ciudadana, la trazabilidad, las medidas de salud pública, el exitoso programa de vacunación y la capacidad del mejor tratamiento oportuno; la epidemia de COVID-19 tendrá un impacto mucho menor en la salud y las actividades cotidianas durante el tercer año de epidemia en Panamá. Para ello deberemos garantizar los recursos financieros suficientes para la compra de oportuna de vacunas y tratamientos y los equipos que hagan falta.

No menos importante será la gestión efectiva y transparente de los procesos relacionados con el control de la epidemia y la promoción, en los foros internacionales, del acceso a las vacunas y tratamientos para todos los habitantes del planeta.

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