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Pacto para la salud universalEl Pacto para la salud universal, oficialmente “Pacto 30-30-30: APS para la Salud Universal”, es el Foco del Día de la Salud Universal, que se celebra hoy 12 de diciembre. Es un llamado a la acción para intensificar y acelerar los esfuerzos para lograr la salud universal y los ODS en el 2030. Su objetivo es reafirmar que la salud es un derecho, y que universal significa que todas las personas tengan acceso y cobertura a servicios de salud integrales y de calidad, y a intervenciones para abordar los determinantes sociales de la salud, sin tener dificultades financieras. En ese contexto comparto a continuación el significado para Panamá de los componentes del “Pacto para la salud universal” y los invito a reflexionar sobre la necesidad de redoblar y mantener el esfuerzo.

La celebración debe provocar un espacio para la reflexión de nuestras autoridades y sociedad, pues, para la mayoría de los ciudadanos de recursos financieros escasos o limitados, la Cobertura Universal de Salud en Panamá, no pasa de ser una quimera. Una ilusión, que no ha sido posible a pesar de las promesas de los políticos de turno y de los miles de millones de balboas que tienen disponibles cada año nuestras instituciones públicas de salud. La población sigue esperando, mientras la situación de nuestro sistema de salud se deteriora, nuestras autoridades no ofrecen la respuesta esperada, parecen tener otra agenda, diferente de la población que los eligió. Además, la corrupción impune ha puesto en riesgo la posibilidad de alcanzar la salud y el bienestar que merecemos, a la vez que impide nuestro pleno desarrollo social y económico.

¿Qué significa para Panamá el “Pacto 30-30-30: APS para la Salud Universal”?

Reducir al menos en un 30% las barreras de acceso a la salud

El Pacto para la salud universal hace un llamado a los países para “disminuir estas barreras al menos en un 30%, reduciéndolas progresivamente para el 2030 con acciones tanto en el sector salud como en otros sectores sociales. Esto es un requisito previo para que la Región alcance la salud universal y los ODS. Muchas de estas barreras están relacionadas con los determinantes de la salud. Por ello, su eliminación implica la necesidad de actuar sectorial e intersectorialmente y de mejorar la gobernanza de los sistemas de salud”.

Este reto es de especial relevancia para los 789,181 panameños considerados por el IPM 2018 como “pobres multidimensionales” (19% de la población), pertenecientes en su mayoría a nuestras tres comarcas indígenas y las provincias más pobres. En esas regiones el insuficiente acceso a servicios de salud contribuyo de forma importante a la pobreza multidimensional.

Destinar al menos un 30% del gasto público en salud al primer nivel de atención para el 2030

El pacto por la salud universal requiere de “aumentar y optimizar el financiamiento público de manera sostenible para ampliar el acceso y reducir inequidades significa incrementar el gasto público al menos al 6% del producto interno bruto y asignar los nuevos recursos de manera eficiente, progresando hacia la eliminación del pago directo y asignando al menos 30% de estos recursos al primer nivel de atención con el fin de mejorar su capacidad resolutiva y de articular las redes de servicios. El reemplazo del pago directo con nuevos recursos públicos incrementará la protección financiera de la población, evitando la exposición a gastos catastróficos y el empobrecimiento como consecuencia de eventos o condiciones de salud”.

Los panameños contamos con los recursos financieros suficientes, como lo demuestra un gasto público en salud cercano al 6% del PIB, condición necesaria para combatir las inequidades y avanzar hacia la cobertura universal de salud. Pero este debe ser sostenible, fiscalmente responsable y blindado contra la corrupción. También tenemos suficientes instalaciones públicas en todo el territorio nacional, aunque un elevado porcentaje de ellas adolece de importante deterioro y falta de mantenimiento, lo cual debe corregirse. Y aunque tenemos en promedio suficientes profesionales de la salud, estos no están distribuidos en forma equitativa, contribuyendo a la desigualdad que caracteriza al país. Sigue siendo un gran reto el fortalecimiento del primer nivel de atención altamente resolutivo que esté completamente integrado en redes de salud bien organizadas, contando con los recursos necesarios para ello.

Transformar el sistema de salud para el 2030

El pacto por la salud universal también subraya la necesidad de “transformar los sistemas de salud, con base en la Atención primaria de salud, con una participación social real e inclusiva, particularmente de los grupos en condiciones de vulnerabilidad. Es preciso un nuevo modelo de atención centrado en las personas y en las comunidades y enfocado en la salud, no en la enfermedad. El nuevo paradigma debe incorporar servicios equitativos, inclusivos e integrales, y de calidad basados en la APS. Además, debe incidir en los determinantes de la salud con intervenciones intersectoriales explícitas basadas en el derecho inalienable a la salud para todas las personas, y debe fortalecer las capacidades en salud pública, con énfasis en las funciones esenciales de salud pública”.

Para transformar nuestro sistema de salud contamos con el sólido respaldo político que ofrece el Decreto Ejecutivo 290, por medio del cual se establece el proceso de coordinación efectiva y sostenible de los servicios integrales de salud, entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social. A partir del contenido de nuestra Constitución Política y las leyes relacionadas, el Decreto echa mano de los valiosos aportes de tres espacios de concertación, a saber: la Mesa de Salud de la Concertación Nacional para el Desarrollo; la Mesa de Dialogo por una mejora y fortalecimiento del sistema de salud integral y; la Comisión de Alto Nivel para la transformación del sistema de salud.

Como si fuera poco, para impulsar la transformación del sistema público de salud, la CSS y el MINSA, contarán, si se mantienen la tendencia, con más de 8,000 millones de balboas para el próximo año. Recursos financieros suficientes para impulsar la cobertura universal de salud para todos.

Pacto para la salud universal: presupuesto público combinado

Pacto para la salud universal: conclusión

En mi opinión contamos con el respaldo político, estratégico y técnico, amén de los recursos humanos y financieros para avanzar hacia la cobertura universal de salud para todos en todos los lugares del país.

Pero no cantemos victoria panameños, recordemos que han pasado doce años desde que la Mesa de Salud, en el marco del Diálogo por la Concertación Nacional, entregara al Ejecutivo de aquel entonces un documento que contenía todos los aspectos que necesaria y obligatoriamente debían tenerse en cuenta para la transformación integral del Sistema Sanitario. Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no fuimos capaces de cumplir con el discurso.

Nos toca apoyar y vigilar el desarrollo de este Pacto por la salud universal, ejerciendo a la vez, nuestro derecho y deber de participar activamente del proceso de transformación de nuestro sistema de salud.

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