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Reducir el consumo de sal: imperativo para la salud cardiovascularLa semana pasada la OPS lanzó nuevas metas para reducir el consumo de sal en la población y prevenir enfermedades cardiovasculares. De acuerdo con la Nota de Prensa de la Organización, “las metas establecen reducciones graduales del contenido de sodio en alimentos envasados frecuentemente consumidos, algo que contribuirá a disminuir la ingesta de sal a menos de 5 gramos diarios por persona”.

Para los panameños este asunto es un imperativo de vida o muerte, pues le echamos demasiada sal a la comida y nos encantan los productos procesados y ultra procesados, de donde proviene la mayor parte del sodio consumido en la dieta. Veamos la Nota de Prensa de la OPS y hagamos el esfuerzo por reducir el consumo de sal y cuidar nuestra salud cardiovascular.

Para comenzar, señala la OPS, en la región de las Américas, “la ingesta de sal está por encima de los 5 gramos (2 gramos de sodio) diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su consumo oscila entre 8.5 a 15 gramos por persona”. Aquí nos gusta lo salado y lo frito. Por ejemplo: chicharrones de cerdo con patacones de plátano verde con mucha sal y encima algunos le ponen kétchup.

Sobre este riesgo, la OPS agrega que, “reducir el consumo de sal puede prevenir la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, las principales causas de muerte en la región. La evidencia muestra que más de la mitad de las muertes por enfermedades cardiovasculares se atribuyen a presión arterial alta, algo que puede verse exacerbado por el consumo excesivo de sal”.

En Panamá, de acuerdo con las Estadísticas vitales del INEC, las enfermedades del sistema circulatorio constituyen la primera causa de muerte, ocasionando cerca de 6,000 defunciones cada año, de las cuales el 15% son consecuencia de la enfermedad hipertensiva.

Como se aprecia en la siguiente tabla, en los seis años del período comprendido entre el 2016 y el 2020, un total de 34,614 personas fallecieron por estas enfermedades del sistema circulatorio. De ellas, el 55% correspondieron al sexo masculino y 45% al femenino. De ese total, 5,135 fallecieron por enfermedades hipertensivas.

Y por favor tomemos conciencia activa de que en la inmensa mayoría de los casos son consecuencia de una dieta malsana, rica en sal, la inactividad física, el tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Los efectos de estos estilos de vida malsanos se manifiestan tarde o temprano en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad.

Continúa la Nota de Prensa de la OPS subrayando que, “los países acordaron reducir el consumo de sal (mundial) en un 30% para el 2025, pero la pandemia por COVID-19 ha empeorado la situación al crear nuevos desafíos para la prevención y control de los factores de riesgo debido a los confinamientos y cambios significativos en los estilos de vida, incluyendo un aumento en el consumo de productos no saludables”. Por lo que, mientras avanzamos en el control de la epidemia, es imperativo que nuestro gobierno y la sociedad, aceleren juntos sus iniciativas para alcanzar esa meta.

Las nuevas y revisadas metas regionales de la OPS para la reducción de la sal 2022-2025 se enfocan en disminuir el contenido de sodio en los alimentos procesados consumidos frecuentemente como pan, cereales y granos, carnes procesadas y productos lácteos. Las metas son una actualización más detallada de un primer conjunto desarrollado en 2015 y presentan “umbrales” máximos de sodio para 16 categorías y 75 subcategorías de productos alimenticios a reformular.

Si queremos lograr cambios sustantivos necesitamos que estas metas se adopten con un enfoque regulatorio en lugar de voluntario. Hacerlo así es la única forma en la que los países podrán reducir la ingesta media de sal en la población para el 2025, en un contexto en el que las ventas de los productos procesados y ultra procesados con contenido excesivo de sodio sigue creciendo”, sostuvo el asesor regional en Nutrición y Actividad Física de la OPS, quien también subrayó que “la actualización de las metas es una herramienta más de apoyo al conjunto de políticas regulatorias que están avanzando en la región para reducir la oferta y demanda de productos con exceso de sodio, como el etiquetado frontal de advertencia y la regulación de la publicidad de estos productos”.

La OPS elaboró las nuevas metas para reducir el consumo de sal, en conjunto con el Centro Colaborador de la OMS sobre Política Nutricional para la Prevención de Enfermedades Crónicas, del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Toronto, la Universidad Tecnológica de Ontario (ambos en Canadá), y el Grupo Técnico Asesor sobre prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante la reducción de sal alimentaria en toda la población.

Finalmente invito a nuestras autoridades, empresarios y sociedad en general, a conocer las metas y desarrollar un enfoque obligatorio que provea los recursos jurídicos, financieros y humanos necesarios para garantizar la aplicación y la adopción de mecanismos apropiados de seguimiento.

 

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