La humanización de la atención en los servicios de salud es un imperativo. Y todos, médicos y pacientes, estamos comprometidos con ello. En ese sentido recientemente se introdujo en nuestra Asamblea Nacional el Anteproyecto de Ley No. 078, “que establece la humanización de los servicios de salud, la prevención y la sanción de mala praxis en salud, y adiciona dos artículos al Código Penal”. La propuesta complementa, en mi opinión, la Ley 68 del 20 de noviembre de 2003, “que regula los derechos y obligaciones de los pacientes, en materia de información y de decisión libre e informada”.
Reconociendo la necesidad de una normativa que contribuya a garantizar el derecho a la salud de la población y promueva la humanización de la atención en los servicios de salud, consideré pertinente ahondar en el tema ofreciendo algunos puntos de vista que espero enriquezcan el debate que se aproxima sobre las causas de esta situación, para comprenderla y enfrentarla por el beneficio de todos.
Una opinión autorizada
De acuerdo con la Dra. Mónica Bolis, autoridad internacional sobre el tema, “toda reflexión sobre la atención de controversias entre usuarios y prestadores de servicios de salud se ubica en el ámbito de la protección de los derechos y garantías en salud”. Y agrega que este análisis requiere de, al menos, tres consideraciones, orientadas (agrego yo) a la humanización de la atención en los servicios de salud.
- el reconocimiento jurídico de los derechos de las personas frente a los sistemas de salud. Con el reconocimiento de derechos los actos médicos comienzan a evaluarse con base en figuras penales como la negligencia y la impericia –incluso el dolo;
- el contenido de la obligación de prestación en salud. Se considera que la obligación de prestación en salud es una obligación de medios y no de resultados. Es decir, implica la necesidad de tomar todas las medidas necesarias para un resultado positivo, pero no de asegurar el resultado mismo; y
- la necesidad de que existan mecanismos alternativos a la resolución judicial del conflicto.
Factores que afectan la humanización de la atención en los servicios de salud
A manera de introducción, subrayo que nuestra sociedad está atravesando una pérdida de valores sin precedentes. La impunidad está presente, propiciando la corrupción y el “juega vivo” en muchas situaciones de nuestra vida. Por ende, nuestro personal de salud, y todos los ciudadanos, también estamos expuestos (desde niños) a esta influencia perniciosa. Pero no estoy afirmando que deshumanización de la atención en los servicios de salud sea el producto exclusivo de la descomposición social que vivimos. Ésta es un factor muy importante, pero no es el único.
El sistema de servicios de salud
Veamos ahora los factores que tienen que ver con que el sistema de servicios de salud cumpla su objetivo de disminuir las brechas en el acceso, garantizar la calidad, la calidez del trato. El más importante es la debilidad del Ministerio de Salud para el ejercicio efectivo de su Función Rectora, en especial su capacidad para velar por la “garantía y mejoramiento de la calidad de servicios de salud individuales y colectivos”.
Por otro lado, aunque entre la CSS, el MINSA y el sector privado cubren el 100% de la población, lo hacen sin ninguna coordinación, lo cual contribuye a la ineficiencia, inequidad y bajo rendimiento, de los servicios de salud. Por cierto, la solución a este asunto de la falta de coordinación, la está buscando desde hace algún tiempo la llamada “Comisión de Alto Nivel”. Pareciera que, al margen de los discursos de buenas intenciones, y los actos para presentar “lineamientos propuestos para desarrollar una política de Estado en tema de salud”; no tienen el efectivo y suficiente respaldo político que requiere una empresa de esta dimensión. Lo cierto es que están en deuda con nosotros.
Contribuyendo a esta situación, están: la falta de capacidad gerencial de muchos de nuestras autoridades, directores de hospitales y jefes de servicios, al punto que la sociedad civil “instó recientemente a directores y directivos de la CSS a poner sus cargos a disposición”; la ineficiencia producto de la desorganización, propiciada por el descontrol y la corrupción denunciada en nuestros principales diarios, tanto en la administración anterior, como durante la actual; y en no pocos casos la indiferencia y falta de compromiso en la gestión pública. Todas contribuyen a generar una sobrecarga en el trabajo para el médico tratante, sin la adecuada supervisión, sin normas y protocolos de atención, y muchas veces sin los suficientes instrumentos o insumos necesarios para una atención de calidad.
Otro aspecto fundamental en este debate, son las Escuelas de Medicina, con un modelo educativo que privilegia los conocimientos profesionales y técnicos, dando por sentado que el humanismo no requiere ni experiencia ni conocimientos especiales. Lo cual provoca un distanciamiento del paciente desde la formación del futuro médico. Como si fuera poco, la fuerte influencia de la cultura de “comercialización”, que nos viene del Norte, convierte al paciente en usuario, a los médicos en proveedores, y propicia la competitividad y las ganancias. Sin el desarrollo del humanismo, el profesionalismo médico se transforma en corporativo, numérico y deshumanizante.
Conclusión
Entonces me pregunto: ¿son: la ausencia de Rectoría, la ineficiencia en la gestión, la falta de coordinación y la desorganización, la corrupción, problemas de ética médica?, ¿Son los médicos los responsables de las estructuras discriminatorias de los servicios de salud del país? ¿Es un problema del gobierno, de la clase política, de las universidades, de la percepción y expectativas de la sociedad, del gremio médico, o de todos?
Para mí la respuesta a esa pregunta es clara: “todos somos responsables”. Por nuestra parte, como nos dice el “Código de Ética del Colegio Médico”, “los médicos estamos obligados a mantenernos plenamente capacitados en nuestra formación científica y humanística, cuidando la calidad y eficiencia de nuestra práctica profesional. También a involucrarnos en la gestión del modelo de salud”, lo cual como señalan los artículos 86, 93 y 94 del Código, significa que debemos:
- Velar por el prestigio de la institución donde trabaja. Si apreciamos deficiencias, incluidas las de orden ético, las pondremos en conocimiento de la dirección de la institución para que sean corregidas. Si no se presta atención a las nuestras justas observaciones, estas deficiencias serán puestas en conocimiento del Colegio Médico que las revisará y exigirá, si fuese necesario, su corrección inmediata.
- Procurar el rendimiento óptimo y equitativo de los recursos diagnósticos y terapéuticos en las instituciones donde trabajamos, evitando todo despilfarro o negligencia en su administración
- Denunciar y oponernos como ciudadanos a todas aquellas situaciones en que la salud de la población esté en riesgo como consecuencia de la malversación o de la mala distribución de los bienes sociales
Al final, la sola Ley no solucionará el problema, hay que abordar los factores subyacentes señalados antes, comenzar por recuperar nuestros valores y virtudes, y vigilar que la aplicación de la Ley no privilegie la conflictividad sobre la búsqueda de un punto de encuentro entre visiones compartidas como medio más efectivo para que el sistema cumpla su objetivo de hacer justicia. Solo así conseguiremos la merecida humanización de la atemción en los servicios de salud.
holatotalmente de acuerdo contigo, la experiencia del comité de bioética del HDNDJRE ha sido resolver conflictos antes de llegar a lo legal. Desgraciadamente, no se pudo establecer CB en todos los hospitales por incomprensión de los colegas y falta de compromiso. Total, tienen mas demandas que nosostros.cordialmente Claude VergèsProfesora de Deontología Médica y Bioética, UP Presidente CBI-UP, Presidente CB-HNDJREemail: cverges2004@yahoo.es
Gracias Claude. Es el camino pendiente. Que todos nuestros hospitales tengan sus comités de Bioética y éstos funcionen de acuerdo a las expectativas de los pacientes y los médicos.
Buen articulo Dr. Prosperi. El planteamiento de la visión que tiene del problema es claro y la comparto. !!
Gracias Dra. Mock. Integré los puntos de vista expresados por el grupo de Bioética en el pasado foro me alegra que le haya gustado y coincida.
Saludos