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El desarrollo humano y el AntropocenoLos invito a la lectura del informe sobre desarrollo humano 2020, elaborado por el PNUD bajo el provocador título “La próxima frontera: el desarrollo humano y el Antropoceno”.

A partir de las siguientes dos preguntas: ¿se nos recordará por los fósiles que dejamos atrás, especies extinguidas hace mucho tiempo, hundidas y fosilizadas en el barro junto con cepillos de dientes y tapones de botellas de plástico, un legado de pérdidas y desechos?, ¿o dejaremos una impronta mucho más valiosa: un equilibrio entre el ser humano y el planeta, un futuro justo y equitativo?; el informe La próxima frontera: el desarrollo humano y el Antropoceno ofrece una alternativa necesaria y que invita a la reflexión frente a la parálisis ante el aumento de la pobreza y la desigualdad, unido a un alarmante cambio planetario. Su lectura es obligatoria, y actuar ahora en consecuencia, es vital para evitar la extinción que nos amenaza.

Los autores comienzan señalando que, “bajo la larga sombra de la COVID-19, el 2020 ha sido un año oscuro. Los científicos llevaban años advirtiendo de una pandemia como esta, señalando el aumento de los patógenos zoonóticos —los que tienen capacidad para pasar de los animales a las personas— como reflejo de las presiones de los seres humanos sobre la Tierra”. En ese contexto agrega que, “estas presiones han crecido de manera exponencial en los últimos 100 años”. Para subrayar la realidad subyacente a este supuesto progreso: “los seres humanos hemos logrado cosas increíbles, pero también hemos llevado nuestro planeta al límite. Cambio climático, desigualdades flagrantes, cifras nunca vistas de personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares por conflictos y crisis… Estos son los resultados de unas sociedades que valoran lo que miden en lugar de medir lo que valoran”.

El PNUD también señala que, “nos encontramos en un momento sin precedentes en la historia, en el que la actividad humana se ha convertido en una fuerza dominante que afecta a los procesos clave del planeta. Estos efectos interactúan con las desigualdades existentes y amenazan con revertir el desarrollo de manera significativa. Para cambiar esta trayectoria se requiere una gran transformación en nuestra forma de vivir, trabajar y cooperar. El Informe explora cómo ponerla en marcha, utilizando diferentes enfoques

El desarrollo humano y el Antropoceno: estructura del Informe

La Parte I del Informe consta de tres capítulos en los que se tratan de manera secuencial las perspectivas analíticas, empíricas y normativas de la relación entre el desarrollo humano y el Antropoceno. La Parte II analiza las implicaciones de todo ello para la acción, exponiendo tres impulsores clave del cambio: las normas sociales, los incentivos y el desarrollo humano basado en la naturaleza. La Parte III propone nuevos parámetros, incluido un ajuste del Índice de Desarrollo Humano para tener en cuenta las presiones planetarias.

La Parte II del Informe explora los mecanismos de cambio que pueden movilizar la acción por parte de las personas, las comunidades, los Gobiernos, la sociedad civil y las empresas. El objetivo al hacer hincapié en estos mecanismos es proporcionar a múltiples agentes un conjunto de elecciones más amplio y coherente con la perspectiva de este Informe: que el Antropoceno es una difícil situación que debemos afrontar, no un problema de políticas que tengamos que resolver.

La parte III ofrece nuevos parámetros para medir el desarrollo humano. ¿Qué analiza el Informe mediante estos nuevos parámetros? Hay, entre otros, una nueva generación de cuadros de indicadores que incluyen un nuevo cuadro de indicadores sobre el desarrollo humano y el Antropoceno, así como una serie de parámetros que ajustan el componente del ingreso del IDH para tener en cuenta los costos sociales del carbono o la riqueza natural. No tienen por finalidad emitir juicios normativos acerca de los países, sino que, como ocurre con todos los demás parámetros del desarrollo humano, ayudan a los países a entender globalmente sus propios avances a lo largo del tiempo, a aprender de las experiencias de otros países y a aumentar sus aspiraciones en la promoción del desarrollo humano; además, explican la interacción de los seres humanos con el planeta.

Finalmente, según palabras de Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: “se presenta un nuevo Índice de Desarrollo Humano ajustado por las presiones planetarias, de carácter experimental, con el que confiamos en abrir un nuevo debate sobre la trayectoria futura de cada país, una senda todavía inexplorada. El camino a seguir después de la COVID-19 será una aventura para toda una generación. Ojalá todas las personas decidamos emprenderla juntas”.

 

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