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Desempeño óptimo del sistema de salud Comparto mi columna de opinión del día de hoy en La Estrella de Panamá en la que reflexiono sobre cómo podemos alcanzar el desempeño óptimo del sistema de salud panameño para garantizar la cobertura de salud igual para todos en todo el territorio nacional.

Como he señalado antes, aunque tenemos fortalezas, estas no son suficientes para superar las debilidades y el balance (negativo) genera indicadores de morbilidad y mortalidad que debemos y podemos superar. Queda pendiente comenzar a aprovechar las oportunidades que tenemos para avanzar en la transformación del sistema de salud panameño, venciendo las Amenazas y corrigiendo las Debilidades encontradas.

Evaluando el desempeño del sistema de salud

El Ministerio de Salud con el apoyo técnico de la OPS/OMS en Panamá, está llevando a cabo una serie de talleres con los responsables nacionales y regionales de la toma de decisiones en el sector salud y afines, para verificar las actualizaciones de la situación del Política Nacional de la Salud 2016-2025 y medir el desempeño del sistema de salud del país hasta la fecha.

Para llevar acabo su cometido, las autoridades nacionales están utilizando la herramienta de la OMS denominada “marco de evaluación del desempeño de los sistemas de salud para alcanzar la cobertura universal de salud”, la cual se basa _ según los autores _ en la premisa de que cualquier ejercicio de evaluación de todo el sector debe recopilar información y examinar el desempeño tanto de las funciones del sistema de salud como de sus metas de desempeño. Por lo tanto, sigue a través de cada una de las funciones del sistema de salud (es decir, la gobernanza, el financiamiento, la generación de recursos y la prestación de servicios del sistema de salud). Como resultado, los responsables de la formulación de políticas podrán determinar y analizar mejor los posibles orígenes o el impacto de un desempeño deficiente en los resultados medidos en términos de condiciones salud de la población.

Celebro y felicito esta iniciativa pues, como señalé previamente en esta columna, nuestro sistema de salud enfrenta múltiples desafíos, en especial: la necesidad de fortalecer la capacidad de Rectoría y el ejercicio de las funciones esenciales de salud pública del Minsa, contribuyendo a superar la segmentación y fragmentación del sistema de salud para conformar una red integrada de servicios de salud, articulada por niveles de atención y grados de complejidad, corrigiendo las deficiencias y las inequidades en la infraestructura, equipos, insumos, medicamentos y recursos humanos, y; con las competencias de desarrollar para todos en todos los lugares, un nuevo modelo de atención basado en la Atención Primaria de Salud y el abordaje de los determinantes sociales de la salud.

¿Qué significa?, ¿cómo alcanzarlo?

En ese contexto de la evaluación del desempeño de las instituciones del sistema de salud, es obligatorio incorporar en el examen a la CSS, pues el sistema público de salud se refiere por definición a dos instituciones interrelacionadas entre sí para lograr un mismo objetivo. Por tanto, será una buena idea considerar la conveniencia y factibilidad legal, política, administrativa, técnica y financiera, de llevar a cabo la “separación de funciones” a lo interno de nuestro sector salud, a fin de que cada componente se dedique _ de forma coordinada con el otro _ a lo que mejor sabe hacer. Lo que buscaría una propuesta de este tipo es precisamente lo que le interesa al Gobierno y a la población: garantizar la cobertura y el acceso universal a servicios de salud de calidad, con eficiencia y equidad.

Sobre esta garantía de acceso, la experiencia disponible _ aquí cerquita en el vecino país de Costa Rica _ confirma que la mejor solución para superar las ineficiencias, inequidades y falta de calidad de las prestaciones del sistema es crear una sola red de establecimientos. Esta nueva red de servicios de salud contaría con los establecimientos de salud ambas instituciones _ con sus terrenos, inmuebles, equipos y recursos humanos _ bajo una única administración, lo cual facilitaría sin dudas, la vinculación del efectivo y eficiente financiamiento, con productividad, cobertura, rendimiento y cumplimiento de metas.

En relación con la Rectoría del sector, que es nuestra debilidad histórica, conviene subrayar que, la separación de la rectoría de la provisión de servicios permitirá al Minsa concentrarse en la importante función rectora, lo que implica tres grandes responsabilidades para efectivamente ejercer la gobernanza del sector salud: proveer visión y dirección al sistema de salud; recolectar inteligencia y; ejercer influencia mediante la regulación y otros mecanismos.

Es indispensable para que el Minsa pueda influenciar de forma efectiva los principales recursos críticos (financieros, recursos humanos, servicios, medicamentos y tecnología) de nuestro sistema de salud y, lo más importante, para que ejerza con éxito el liderazgo de la construcción del sistema público de salud que queremos para alcanzar la cobertura universal de salud, superando las limitaciones institucionales de nuestro fragmentado sistema de salud.

Esta evaluación del desempeño citada al inicio es de gran importancia para nosotros que estamos inmersos _ aunque no avanzamos con la velocidad necesaria y esperada _ en nuestro proceso de transformación del sistema nacional de salud para alcanzar la cobertura universal de salud para todos en todos los lugares.

Hago votos porque los resultados de estos talleres se publiquen para que todos los conozcamos y sean incorporados en la agenda política del actual gobierno, así como en las de los aspirantes a presidente en el 2024, a fin de que, junto con la abundancia de acuerdos y documentos que ya tenemos, fortalezcan ese acervo para alcanzar la transformación necesaria de nuestro sistema de salud.

 

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