Este año el informe de UNICEF sobre el estado mundial de la infancia examina la salud mental de los niños, con un enfoque especial en cómo los factores de riesgo y de protección en el hogar, la escuela y la comunidad influyen en los resultados de la salud mental.
El informe exige una inversión urgente en la salud mental de los niños y adolescentes en todos los sectores, no solo en salud. Aboga por intervenciones comprobadas en áreas como la salud, la educación y la protección social, como los programas para padres y para toda la escuela. Y pide a las sociedades que rompan el silencio que rodea a la salud mental, abordando el estigma, promoviendo la comprensión y tomando en serio las experiencias de los niños y los jóvenes. La lectura del informe obliga a preguntarnos ¿cuál es la salud de los niños panameños?
Para ayudarnos a encontrar la respuesta e intervenir a favor de nuestra niñez, comparto en esta entrega una traducción libre del informe de UNICEF y los invito como siempre a la lectura completa del documento original.
El informe comienza subrayando que, “la pandemia de COVID-19 ha suscitado una gran preocupación por la salud mental de toda una generación de niños, jóvenes y padres y cuidadores. Pero la pandemia puede representar solo la punta de un iceberg de salud mental, un iceberg que hemos ignorado durante demasiado tiempo”.
El informe sostiene que, “en un contexto de creciente conciencia sobre los problemas de salud mental y una creciente demanda de acción, ahora tenemos una oportunidad única de promover la buena salud mental para todos los niños, proteger a los niños vulnerables y cuidar a los niños que enfrentan los mayores desafíos”.
Mensajes claves sobre la salud mental de los niños
- “En todo el mundo, los trastornos mentales son una causa importante y a menudo ignorada de sufrimiento que interfiere con la salud y la educación de los niños y los jóvenes y su capacidad para alcanzar su máximo potencial”.
- “El costo de la inacción es grande, en términos del costo que genera en vidas humanas, familias y comunidades y económicamente”.
- “A pesar de la demanda generalizada de respuestas que promuevan, protejan y cuiden la salud mental de los niños, la inversión sigue siendo insignificante”.
- “La salud mental está ampliamente estigmatizada e incomprendida: es, de hecho, un estado positivo de bienestar y una base que permite a los niños y jóvenes construir su futuro”.
- “Los riesgos y los factores protectores influyen en la salud mental en momentos críticos del desarrollo”.
- “La crianza de los hijos es fundamental para sentar bases sólidas para la salud mental de los niños, pero muchos padres necesitan más apoyo”.
- “Las escuelas y los entornos de aprendizaje pueden brindar oportunidades para apoyar la salud mental, pero también pueden exponer a los niños a riesgos, incluido el acoso y la presión excesiva en los exámenes”.
- “Los factores socioeconómicos y culturales en el mundo en general, así como las crisis humanitarias y eventos como la pandemia de COVID-19, pueden dañar la salud mental”.
- “Las intervenciones en una variedad de sistemas y sectores, incluidas las familias, las comunidades y las escuelas, ya través de la protección social, pueden ayudar a promover y proteger la salud mental”.
El Estado Mundial de la Infancia 2021 concluye con un llamado al compromiso, la comunicación y la acción para promover una buena salud mental para todos los niños, proteger a los niños vulnerables y cuidar a los niños que enfrentan los mayores desafíos.
- “Compromiso significa fortalecer el liderazgo para fijar la mirada de una amplia gama de socios y partes interesadas en objetivos claros y garantizar la inversión en soluciones y personas en una variedad de sectores”.
- “Comunicación significa romper el silencio que rodea a la salud mental, abordar los estigmas, mejorar la alfabetización en salud mental y garantizar que los niños, los jóvenes y las personas con experiencias vividas tengan voz”.
- “Acción significa trabajar para minimizar los factores de riesgo y maximizar los factores de protección para la salud mental en áreas clave de la vida de los niños, así como la inversión y el desarrollo de la fuerza laboral para: apoyar a las familias, padres y cuidadores; asegurar que las escuelas apoyen la salud mental; fortalecer y equipar múltiples sistemas y fuerzas laborales para enfrentar desafíos complejos y; mejorar los datos, la investigación y la evidencia”.
El desafío inmediato
Para terminar esta traducción libre, comparto la parte final del mensaje de “prefacio” que nos ofrece la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta H. Fore.
“Es fundamental que todos trabajemos para mejorar la recopilación de datos, el seguimiento de rutina y la investigación, un desafío clave para todos nosotros en el sistema de las Naciones Unidas. La imagen que tenemos de la salud mental de los niños es parcial y está muy sesgada hacia los países más ricos del mundo. Eso significa que sabemos muy poco sobre cómo los niños y los jóvenes en la mayor parte del mundo experimentan la salud mental. También significa que sabemos muy poco de las fortalezas y el apoyo potenciales que las diversas comunidades y culturas pueden ofrecer a los niños y las familias”.
“El desafío al que nos enfrentamos es inmenso. Es uno que, a pesar de los mejores esfuerzos de muchos, especialmente los jóvenes que han compartido sus historias, ideas y pasión por el cambio, nuestra comunidad global apenas ha comenzado a abordar. Cuando se trata de salud mental, todos los países se están desarrollando. Pero si el desafío es grande, las recompensas de enfrentarlo pueden ser aún mayores: para cada niño, para cada familia y para cada comunidad”.
“No podemos esperar más. No podemos fallar a otra generación. El momento de actuar es ahora”.
Muchas gracias, estimado Jorge!
Muy interesante como todo el conocimiento que nos compartes.
Gracias Pedro, te mando un abrazo grande!
Gracias por este también, estimado Jorge.
Gracias a ti por las lecturas amigo!
A propósito de “El desafío inmediato” de UNICEF que aconseja: “Es fundamental que todos trabajemos para mejorar la recopilación de datos, el seguimiento de rutina y la investigación, un desafío clave…”, me permito unas reflexiones sobre los elementos a considerar en el desafío de la recopilación de datos de la salud mental infantil.
1. La identificación etiológica precisa de las alteraciones mentales. Entre los factores que intervienen están la genética y la herencia, el maltrato y el abuso infantil, los desequilibrios químicos cerebrales, las lesiones cerebrales traumáticas, las exposiciones virales o químicas en el embarazo, el alcoholismo o drogadicción de la madre, el cáncer o las ECNT, el aislamiento social…
2. La identificación exacta y temprana de las variantes de los desórdenes mentales. Entre los cuales están la ansiedad, el pánico, la conducta obsesivo-compulsiva y las fobias, la depresión, la bipolaridad. Los trastornos de la alimentación y de la personalidad, el estrés post-traumático y los estados psicóticos, incluyendo la esquizofrenia y el autismo
3. La utilización sistemática del Expediente Electrónico de Salud Familiar. Entre los datos familiares se investigan el índice NBI, el riesgo psico social, el riesgo ambiental y el riesgo de vivienda, así como los factores protectores. Se aplican las escales de vulnerabilidad y APGAR familiar, el ECOMAPA de los vínculos sociales y el genograma. . Dentro de un contexto de una población más envejecida pero con mayor movilidad y más concienciada con la salud, la comodidad de poder supervisar la salud en el entorno doméstico y y en el profesional fomenta una demanda aún mayor.
4. El diseño del plan de intervenciones acorde con el nivel de riesgo familiar. Las intervenciones implican compromisos familiares comunitarios e intersectoriales cuyo cumplimiento se verifica mediante tele monitoreo, lo que permite evaluar la obtención de resultados.
Gracias José, esperaba este comentario que, como siempre, enriquece de manera importante el texto original. Gracias!