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Salud de los adolescentes: ¡debemos hacer más!La salud de los adolescentes no ha sido abordada lo suficiente en el compromiso de alcanzar la cobertura sanitaria universal para 2030, aprobado y declarado por los líderes mundiales presentes en la reunión de alto nivel sobre la cobertura universal de salud que tuvo lugar en las sede de las Naciones Unidas en Nueva York en el marco del debate general de la Asamblea General. Así lo subraya la prestigiosa revista The Lancet en su reciente artículo titulado en inglés “Universal health coverage and the forgotten generation”.

De acuerdo con la publicación, “los tres indicadores centrales de la atención sanitaria universal (cobertura, calidad y erradicación de la pobreza debido al gasto de bolsillo) rara vez se alcanzan en la salud de los adolescentes. Los adultos jóvenes se enfrentan a una baja cobertura de salud, se pierden los elementos esenciales de un sistema de salud mínimamente suficiente y son particularmente vulnerables al gasto catastrófico en salud. Con 1.2 billones de adolescentes en todo el mundo (en Panamá sumaron 715,000 en el 2017), la cobertura universal de salud parece imposible sin una consideración adecuada de las necesidades específicas de salud de los adolescentes y adultos jóvenes”.

Agregan los autores que “un enfoque único para la cobertura de salud no se ha traducido en mejores resultados para la salud de los adolescentes, en comparación con los niños pequeños y los adultos. La reducción en la incidencia del VIH en la infancia en los últimos diez años no se ha replicado en los adolescentes (reducción del 50% frente al 5%), y los adolescentes con cáncer continúan experimentando mayores retrasos en el diagnóstico y un mayor uso de tratamientos no autorizados que los niños o adultos. Para algunas enfermedades como la tuberculosis, la adolescencia está emergiendo ahora como un período de riesgo escalado. Estas vulnerabilidades a menudo se ven exacerbadas por la reducción de la alfabetización en salud y los servicios de salud hostiles, como la atención prenatal en la que las madres adolescentes tienden a participar menos que las madres mayores”.

Comparto más abajo una traducción libre del artículo de The Lancet, invitando a nuestras autoridades a fortalecer las intervenciones en favor de la salud de los adolescentes, incorporando en éstas, la influencia de los determinantes sociales de la salud.

Un vistazo a la salud de los adolescentes

De acuerdo con la publicación “la falta de datos de países específicos de adolescentes es un obstáculo importante para lograr la cobertura sanitaria universal. Muchos países no conocen la magnitud de la carga de morbilidad en su población adolescente. El monitoreo nacional y la presentación de informes de datos, desglosados ​​por sexo y edad, son vitales”.

En Panamá, de acuerdo con las Estadísticas vitales del INEC, durante el año 2017 ocurrieron 732 muertes entre los jóvenes (3.8% del total). 75% correspondieron a hombres, 25% a mujeres. Las tres principales causas de muerte en ese grupo de edad fueron los homicidios (34.7% del total de homicidios en el país), los accidentes de transporte terrestre (17.7% del total de fallecidos en accidentes de tránsito) y los suicidios (26.6% del total de suicidios ocurridos en al país).

Por otro lado, de acuerdo al mismo Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, los nacimientos vivos de madres menores de 19 años, llegaron a más de 70,000 en el período entre los años 2013-2017. De estos 3,000 correspondieron a niñas menores de 15 años. No menos importante es destacar que durante 2017 (informe más reciente del INEC) el 45% de los hombres que embarazaron a las niñas y adolescentes eran mayores de edad, lo que supone una violación que debe ser penalizada. Si no hacemos nada, durante el 2019 tendremos 13,000 adolescentes embarazadas, de las cuales 400 no habrán cumplido los quince años.

Además, también sabemos que, en Panamá, como consecuencia del inicio sexual sin protección ni conocimientos suficientes, los casos de VIH y SIDA en la población adolescente se incrementan cada año, acercándose al 8% de la totalidad.

Los servicios de salud y la salud de los adolescentes

  • “Se requieren estándares nacionales de calidad para los sistemas de salud sensibles a los adolescentes, que no se lograrán sin invertir en fuerzas de trabajo sensibles a los adolescentes e intervenciones específicas basadas en la evidencia sobre la salud de los adolescentes (incluido el aprovechamiento del potencial de la salud digital y los enfoques basados ​​en la escuela)”.
  • El desarrollo de servicios de salud de calidad para adolescentes también requiere la eliminación sistemática de barreras y la consideración de factores más allá del sistema de salud. Abordar las leyes que reducen desproporcionadamente el acceso de los jóvenes a los servicios de salud (por ejemplo, la ilegalidad de prescribir anticonceptivos para adolescentes solteras sexualmente activas en algunos países) y las actitudes sociales (por ejemplo, el estigma que rodea la menstruación, las enfermedades mentales y la homosexualidad) son cruciales”.
  • Aunque están surgiendo algunos servicios de salud que responden a los adolescentes, tienden a centrarse en un problema de salud específico, como la salud sexual o mental. Este enfoque pasa por alto el hecho de que los adolescentes necesitan servicios integrales. Muchos adolescentes ahora experimentan múltiples cargas de salud, lo que hace urgente la necesidad de sistemas de salud más amplios y sensibles para adolescentes”.

Conclusiones

  • Como la mayoría de las 1.2 millones de muertes de adolescentes cada año son prevenibles, las intervenciones centradas en este grupo de población ofrecen una gran promesa para la salud de los adolescentes. Las aplicaciones anteriores de la cobertura universal de salud a otros grupos de edad, como la salud materna, neonatal e infantil, sugieren que el enfoque podría beneficiar la salud global de los adolescentes. En 2016, la Estrategia Global para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente intentó abordar el abandono global de la salud de los adolescentes al reconocer su papel crucial en la Agenda 2030.
  • La cobertura universal de salud es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al igual que las intervenciones de los adolescentes para brindar educación sostenida, erradicación de la pobreza e igualdad de género. Hacer de la salud de los adolescentes una parte integral de la cobertura universal de salud tiene el potencial de generar un triple dividendo a través del avance del bienestar de los adolescentes, proyectando trayectorias más saludables para la vida posterior y sentando las bases de una salud óptima para la próxima generación. La cobertura universal de salud tiene un enorme potencial si invertimos en adolescentes y adaptamos nuestros sistemas de salud para satisfacer sus necesidades. Si fallamos en eso, le fallamos a 1.2 billones de personas”.

Por mi parte, añado que es necesario abordar la salud de los adolescentes, con un enfoque de curso de la vida, que incorpore la influencia de los determinantes de la salud en los individuos y las poblaciones. Según este enfoque, estos determinantes no solo son capaces de llevar a la enfermedad y a la muerte, sino que son decisivos para construir la salud; entender esto puede aportar mayor claridad acerca de la influencia de la salud en el modelo de las trayectorias de vida y en el desarrollo humano, y del impacto real de las inversiones en la salud a corto, mediano y largo plazos. Además, demuestra que en la salud hay un impacto no solo del hacer sino también del no hacer. Esta visión de la salud pública brinda una perspectiva más real de los problemas y mejora la capacidad para enfocarse en las prioridades y las necesidades de la población, en este caso la salud de los adolescentes.

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