La Obesidad y sobrepeso se acompaña de un grave abandono y estigma que tienen que enfrentar más de 2 mil millones de adultos que padecen este problema de salud, que no estamos abordando de forma correcta ni ética. Así lo subraya la prestigiosa revista The Lancet en su reciente artículo titulado en inglés “Stigma and obesity: the crux of the matter”.
De acuerdo con los autores “La obesidad es una enfermedad crónica y compleja, cuya prevalencia se ha triplicado en los últimos 40 años, y es un motor de enfermedades no transmisibles (ENT). Sin abordar adecuadamente la obesidad como un problema de salud, los esfuerzos actuales para lograr la cobertura universal de salud fracasarán. Sin embargo, la obesidad no se previene o maneja de manera efectiva por los sistemas de salud ni por la sociedad”.
En Panamá la obesidad y sobrepeso, también es un grave problema de salud pública, como lo demuestran los últimos resultados del Censo de salud preventiva, los cuales indicaron que las enfermedades que más padece la población censada hasta fínales del 2018 fueron: obesidad y sobrepeso 45%, hiperlipidemia 38%, hipertensión arterial 35%, y diabetes mellitus 13%.
Y no olvidemos que en nuestro país cada año fallecen alrededor de 6,000 personas por enfermedades circulatorias y diabetes mellitus y en cada caso la tendencia es al aumento. Estas dos enfermedades crónicas no transmisibles están relacionadas en forma directa con estilos de vida asociados a factores de riesgo para la salud y la vida, entre los cuales destacan la obesidad y sobrepeso, así como la insuficiente capacidad de nuestro sistema público de salud para la promoción de la salud, prevención y tratamiento oportuno y apropiado.
Comparto traducción libre de los mensajes centrales del artículo de The Lancet y los invito a su lectura completa.
Obesidad y sobrepeso: mensajes centrales
Abordaje de la obesidad por los sistemas de salud
- “La investigación sobre servicios de control de peso en 50 países, muestra que los sistemas de salud están mal equipados para abordar la obesidad. Las brechas incluyen la ausencia de pautas de calidad para la evaluación preliminar y las vías de tratamiento, la capacitación profesional inadecuada de la atención médica y las barreras financieras importantes, lo que lleva a marcadas desigualdades entre la población”.
- “La baja prioridad atribuida a la obesidad se refleja en la incapacidad de desarrollar y financiar enfoques integrales para la prevención de la obesidad en toda la población, dentro y fuera del sector de la salud, así como los tratamientos basados en evidencia”.
- “Los impulsores complejos de la regulación de la masa grasa no son ampliamente comprendidos por los profesionales de la salud, ni se incluyen en la mayoría de los planes de estudios médicos o la capacitación en salud pública. Abordar la obesidad como una enfermedad crónica requiere comprender la regulación biológica de la ingesta de alimentos y los mecanismos fisiológicos que controlan la regulación de la masa grasa”.
- “Esta incapacidad para reconocer y tratar la obesidad como una enfermedad crónica está en el corazón del estigma, y las nociones preconcebidas que enfrentan las personas con obesidad cuando buscan asesoramiento médico son barreras para un manejo efectivo”.
- “Incluso una pérdida de peso moderada mejora la glucemia, la presión arterial, los lípidos, la movilidad y la calidad de vida, beneficios que no requieren un retorno al llamado IMC normal”.
La obesidad en los objetivos establecidos por OMS reducir la mortalidad por ENT
- “De los nueve objetivos establecidos por la OMS y acordados por todos los estados miembros para reducir en 25% la mortalidad prematura por ENT, el único que es probable no se alcance en todos los países, es el relacionado con detener el aumento de la diabetes y la obesidad en los niveles de 2010 para 2025”.
- “La obesidad no se considera como una de las cinco ENT principales de la OMS, ni como uno de los cinco factores de riesgo de ENT, por lo que podría no incluirse sistemáticamente en las estrategias nacionales de ENT basadas en el marco de la OMS. La incapacidad de abordar los determinantes comerciales de la salud o de no incluir la obesidad en paquetes integrales de atención médica también contribuye a la creciente tasa de obesidad infantil”.
Estigmatización del sobrepeso y la obesidad
- “La resistencia a la adopción de la obesidad como ENT contribuye a estigmatizar las campañas en los medios de comunicación, a la formulación de políticas aisladas que simplifican en exceso las posibles soluciones y generan vergüenza generalizada entre las personas con obesidad”.
- “Por otro lado, gran parte de la inercia en el tratamiento de la obesidad se puede atribuir al encuadre prevalente y persistente de la obesidad como una cuestión de responsabilidad personal. En realidad, la obesidad tiene sus raíces en una compleja red de factores genéticos, fisiológicos, psicosociales y ambientales, que requieren una acción a nivel del sistema”.
- “Además, la obesidad se define como una adiposidad excesiva, mientras que el índice de masa corporal (IMC) es solo un marcador sustituto de la adiposidad, que se utiliza para la detección y la medición de la población; centrarse únicamente en el IMC exacerba el malentendido y el estigma que abunda en la narrativa actual. Este prejuicio se manifiesta tanto como una vergüenza evidente como un sesgo consciente o inconsciente, incluso por parte de profesionales de la salud y formuladores de políticas que deberían brindar y apoyar la atención”.
Reflexiones finales
- “Continuar descuidando y estigmatizando a los niños, jóvenes y adultos con obesidad no es ético y viola los derechos humanos de los pacientes”.
- “Los sesgos y lagunas en el conocimiento deben abordarse en una variedad de sectores, involucrando a proveedores y profesionales de la salud pública”.
- “Los programas deben incorporar capacitación médica y de salud de la población e incluir el desarrollo profesional en el manejo y la política de obesidad clínica basada en evidencia”.
- “Dentro de los entornos de atención de salud, la atención centrada en la persona y el lenguaje de las personas deben ser la norma; los profesionales de la salud deben tratar a las personas con obesidad con la misma dignidad, profesionalismo y no discriminación que se les brinda a los pacientes con otras ENT”.
- “Compartamos la responsabilidad colectiva de identificar la obesidad y el estigma como el meollo del asunto, un motor central de la carga mundial de ENT, y asumir un papel central modificando la narrativa, colocando a las personas con obesidad en el centro de nuestras políticas y prácticas”.