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La Declaración de Astaná y su significado para PanamáEn la Declaración de Astaná “Desde Alma-Ata hacia la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible” adoptada en la Conferencia Mundial sobre Atención Primaria de Salud, los países de todo el mundo se comprometieron en fortalecer sus sistemas de Atención Primaria como un paso esencial para lograr la cobertura universal de salud, con lo que se reafirma la histórica Declaración de Alma-Ata de 1978, la primera que supuso un compromiso por parte de los líderes mundiales con esta rama sanitaria.

La Declaración de Astana nace en medio de un creciente movimiento internacional para lograr una mayor inversión en Atención Primaria y permitir así una cobertura de Sanidad Universal. Tiene gran importancia y repercusiones en el quehacer de las próximas autoridades de salud, pues el progreso de la cobertura universal de salud ha sido muy desigual en nuestro país.

En este contexto, comparto en esta entrega los elementos que considero centrales de la Declaración de Astaná y les invito a reflexionar, en especial a los candidatos a presidente y sus equipos, sobre lo que tendremos que hacer como país, para proteger los logros alcanzados y atender los desafíos pendientes, aprovechando nuestras fortalezas y las oportunidades que se vislumbran.

Aspiraciones de los gobiernos participantes en la Conferencia

La Declaración de Astaná comienza subrayando las aspiraciones de los Jefes de Estado y de Gobierno, los ministros y los representantes de Estados y Gobiernos, que participaron en la Conferencia declararon. Ellos dijeron (en nombre de nosotros) lo siguiente:

“Aspiramos a que los gobiernos y sociedades que den prioridad a la salud y bienestar de las personas, y los promuevan y protejan, tanto a nivel poblacional como individual, mediante sistemas de salud sólidos; a que exista Atención primaria de salud y servicios de salud de gran calidad, seguros, integrales, integrados, accesibles, disponibles y asequibles para todos y en todas partes, prestados con compasión, respeto y dignidad por profesionales de la salud bien formados, competentes, motivados y comprometidos; que los entornos sean propicios y favorables para la salud en los que las personas y comunidades estén empoderadas y colaboren en el mantenimiento y mejora de su salud y bienestar y; que los asociados y partes interesadas estén alineadas en la prestación de apoyo efectivo a las políticas, estrategias y planes de salud nacionales”.

Bueno, esas aspiraciones dependen justamente de ellos mismos, cumpliendo con sus deberes de gobernantes, y de nosotros ejerciendo nuestro derecho de controlar socialmente su gestión…

La Declaración de Astaná: fundamentos para los compromisos

Ya en la parte central de la Declaración de Astana, los representantes de países:

  • Manifestaron estar convencidos de que “el fortalecimiento de la atención primaria de la salud es el enfoque más inclusivo, eficaz y efectivo para la mejora de la salud física y mental de las personas, así como su bienestar social, y que la atención primaria de la salud es la piedra angular de un sistema de salud sostenible para la cobertura sanitaria universal (CSU) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud”.
  • Reconocieron que, “pese a los considerables progresos logrados en los últimos 40 años, en todas las regiones del mundo sigue habiendo personas con necesidades sanitarias desatendidas”. Subrayando que “es inaceptable desde un punto de vista ético, político, social y económico que persistan las disparidades en los resultados sanitarios y la inequidad en la salud”.
  • Estuvieron de acuerdo con que hay que “seguir combatiendo la creciente carga de enfermedades no transmisibles, que provocan mala salud y muertes prematuras debido al consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, los modos de vida y comportamientos poco saludables, y la insuficiente actividad física y las dietas malsanas”; así como a “actuar de inmediato contra la pérdida de vidas prematuramente a causa de las guerras, la violencia, las epidemias, los desastres naturales, los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en la salud y otros factores medioambientales, y a poner fin a los brotes epidémicos y amenazas sanitarias mundiales”.
  • Reiteraron que “los servicios de promoción, prevención, curación y rehabilitación, y la atención paliativa, deben ser accesibles a todos, evitando los gastos directos desproporcionados en la salud, los cuales provocan que millones de personas se hagan pobres”.
  • Admitieron la “importancia crucial de la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades, comprometiéndose a acabar con la atención fragmentada, poco segura o de calidad deficiente”. También dijeron que tomarán medidas con respecto a los costos crecientes de la atención sanitaria y los medicamentos y vacunas. “No podemos permitirnos despilfarros en los gastos de la atención de salud debido a la ineficiencia”.
  • Finalmente aceptaron la necesidad de solucionar la escasez de trabajadores de la salud y su distribución desigual.

Los problemas identificados se corresponden plenamente con la situación del sistema de servicios de salud de Panamá, por lo que los compromisos que señalaré a continuación deben ser de cumplimiento obligatorio para el nuevo Gobierno que elegiremos en mayo de 2019.

Compromisos de la Declaración de Astaná

A renglón seguido los Jefes de Estado y de Gobierno, los ministros y los representantes de Estados y Gobiernos, que participaron en la Conferencia de Astaná, reconociendo que la salud en todos los sectores es función y responsabilidad primaria de los gobiernos a todos los niveles en la promoción y protección del derecho de todas las personas al goce del grado máximo de salud que se pueda lograr; se comprometieron a:

I. Tomar decisiones políticas audaces en pro de la salud en todos los sectores

Promover la acción multisectorial y la CSU, recabando la colaboración de las partes interesadas pertinentes y empoderando a las comunidades locales para fortalecer la atención primaria de la salud; abordar los determinantes económicos, sociales y medioambientales de la salud, reduciendo los factores de riesgo integrando un enfoque que incorpore la salud en todas las políticas; lograr la participación de más partes interesadas en el logro de la salud para todos, a fin de no dejar a nadie atrás; abordar y gestionar los conflictos de intereses, fomentar la transparencia y establecer una gobernanza participativa; evitar o mitigar conflictos que socaven los sistemas de salud y hagan retroceder los logros sanitarios; desarrollar enfoques coherentes e incluyentes para extender la atención primaria de la salud como pilar de la CSU en las emergencias, garantizando la continuidad de la atención y la prestación de servicios de salud esenciales, en consonancia con los principios humanitarios; proporcionar y asignar debidamente recursos humanos y de otro tipo para fortalecer la atención primaria de la salud

II. Establecer una atención primaria de la salud que sea sostenible

Establecer una atención primaria de la salud que sea sostenible, la cual se aplicará con arreglo a legislación, contexto y prioridades nacionales; fortalecer los sistemas de salud mediante inversiones en la atención primaria de la salud; reforzar la capacidad y las infraestructuras de la atención primaria (el primer contacto con los servicios de salud), dando prioridad a las funciones esenciales de salud pública; dar preferencia a la prevención de enfermedades y la promoción de la salud y tratar de atender las necesidades sanitarias de todas las personas a lo largo del curso de la vida mediante servicios de promoción, prevención, curación y rehabilitación, y atención paliativa; ofrecer una amplia variedad de servicios y cuidados, en particular, entre otros: vacunación, cribados, prevención, control y tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles, atención y servicios que promuevan, mantengan y mejoren la salud de la madre, el recién nacido, el niño y el adolescente, la salud mental y la salud sexual y reproductiva; Garantizar que la Atención primaria de la salud sea accesible, equitativa, segura, de alta calidad, integral, eficiente, aceptable, asequible, esté disponible y preste servicios integrados y continuos centrados en la persona y que tienen en cuenta las cuestiones de género; evitar la fragmentación y garantizar un sistema funcional de derivación entre la atención primaria y otros niveles de atención; mejorar la resiliencia de los sistemas de salud para prevenir y detectar las enfermedades infecciosas y los brotes y responder a ellos”.

III. Empoderar a las personas y las comunidades

Empoderar a las personas, las familias, las comunidades y la sociedad civil mediante su participación en la elaboración y aplicación de políticas y planes que repercutan en la salud; promover la educación sobre la salud y trabajar para satisfacer las expectativas de las personas y las comunidades en cuanto a la obtención de información fiable sobre la salud; ayudar a las personas a adquirir los conocimientos, habilidades y recursos necesarios para mantener su salud o la salud de aquellos a quienes atienden, guiados por profesionales sanitarios; proteger y promover la solidaridad, la ética y los derechos humanos; contribuir a la la rendición de cuentas de los sectores público y privado para que un mayor número de personas vivan vidas más sanas en entornos propicios y favorables a la salud”

IV. Alinear el apoyo de las partes interesadas con las políticas, estrategias y planes nacionales

Hacer un llamado a todas las partes interesadas—profesionales de la salud, instituciones académicas, pacientes, la sociedad civil, asociados locales e internacionales, organismos y fondos, el sector privado, organizaciones confesionales y otras entidades—para que se alineen con las políticas, estrategias y planes nacionales en todos los sectores…, para que emprendan iniciativas conjuntas con el fin de instaurar una atención primaria de la salud más fuerte y sostenible en pro de la cobertura sanitaria universal”.

Conclusión

Los “Compromisos” expresados en la Declaración de Astaná deben ser de cumplimiento obligatorio para los panameños. Como he señalado antes, contamos con los fundamentos legales, políticos, estratégicos y técnicos para ello. Los recursos financieros asignados al sector salud son suficientes, como lo demuestra un gasto público en salud cercano al 6% del PIB, condición necesaria para combatir las inequidades y avanzar hacia la cobertura y el acceso universales. Pero este debe ser sostenible, fiscalmente responsable y blindado contra la corrupción. También tenemos suficientes instalaciones públicas en todo el territorio nacional, aunque un elevado porcentaje de ellas adolece de importante deterioro y falta de mantenimiento, lo cual debe corregirse. Y aunque tenemos en promedio suficientes profesionales de la salud, estos no están distribuidos en forma equitativa, contribuyendo a la desigualdad que caracteriza al país.

La principal oportunidad para salvar el sistema de salud y alcanzar la cobertura universal de salud en Panamá en el contexto de esta Declaración de Astaná, son las elecciones que se llevarán a cabo en mayo del 2019. Para ello deberemos elegir a los candidatos que hayan demostrado con su trayectoria poseer los elementos obligados de la ética pública, en especial la probidad en el uso de los recursos públicos.

No menos importante será que incorporen el contenido de la Declaración de Astaná en sus planes de gobierno, y luego cumplan, trascendiendo los discursos elaborados con palabras agradables y convincentes.

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