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Fatiga-pandemicaLuego de siete meses de estar luchando contra el COVID-19, los panameños tenemos que ponerle especial cuidado en no caer en la llamada fatiga pandémica, caracterizada por una desmotivación para seguir las conductas protectoras recomendadas y una disminución del interés por mantenernos informados sobre la pandemia; porque la amenaza percibida del virus va disminuyendo a medida que la población se acostumbra a su existencia, se agota y se confía, incluso si los datos epidemiológicos muestran que el riesgo, de hecho, puede estar aumentando. Comparto con ustedes mis reflexiones sobre el tema, publicadas hoy en mi columna de opinión en La Estrella de Panamá, basándome en el excelente documento de la OMS-Europa titulado originalmente en inglés “Pandemic fatigue: Reinvigorating the public to prevent COVID-19

¿Qué es la Fatiga pandémica”

De acuerdo con el documento de la OMS, la fatiga pandémica se entiende como la “desmotivación para seguir las conductas protectoras recomendadas, emergiendo gradualmente con el tiempo y afectadas por una serie de emociones, experiencias y percepciones. La fatiga pandémica se expresa a través de un número creciente de personas que no siguen suficientemente las recomendaciones y restricciones, disminuyen su esfuerzo para mantenerse informados sobre la pandemia y tienen menores percepciones de riesgo relacionadas con COVID-19”.

Agrega la OMS que, “tal desmotivación es natural y esperada en esta etapa de una crisis. Al comienzo de una crisis, la mayoría de las personas pueden aprovechar su capacidad de aumento: una colección de sistemas adaptativos mentales y físicos que los humanos utilizan para sobrevivir a corto plazo en situaciones de estrés agudo. Sin embargo, cuando las circunstancias extremas se prolongan, tienen que adoptar un estilo diferente de afrontamiento, y el resultado puede ser la fatiga y la desmotivación”.

Afectación de componentes relacionados con la motivación individual

Varios componentes relacionados con la motivación individual se han visto fuertemente afectados por la longevidad de la situación pandémica. Primero, la amenaza percibida del virus puede disminuir a medida que las personas se acostumbren a su existencia, incluso si los datos epidemiológicos muestran señales de alarma, pues el riesgo, de hecho, puede estar aumentando. Al mismo tiempo, es probable que la pérdida percibida como resultado de la respuesta a la pandemia (confinamientos, restricciones) aumente con el tiempo a medida que las personas experimenten las consecuencias personales, sociales y potencialmente económicas a largo plazo de las restricciones. Para algunas personas, el equilibrio puede cambiar y los costos percibidos de la respuesta pueden comenzar a superar los riesgos percibidos relacionados con el virus. En segundo lugar, un impulso encarnado por la autodeterminación y la libertad puede crecer a medida que las restricciones continúan durante mucho tiempo, imponen inconvenientes en la vida cotidiana o cambian continuamente en formas en las que las personas sienten que tienen poco control. En tercer lugar, incluso las peores circunstancias se vuelven normales cuando se experimentan durante períodos de tiempo más prolongados. La gente puede acostumbrarse a la pandemia y la amenaza que representa, y puede resultar en complacencia.

Recomendaciones para superar la fatiga pandémica

La fatiga pandémica representa una seria amenaza para los esfuerzos por controlar la propagación del virus. Hasta que se disponga de una vacuna o de tratamientos eficaces, la disciplina ciudadana y los comportamientos protectores siguen siendo fundamentales para contener el virus. Deben salvaguardarse los beneficios que hemos logrado colectivamente a través de todas las medidas de contención y mitigación que hemos implementado, a veces con altos costos sociales y económicos.

De acuerdo con el documento de la OMS en, tal desmotivación es parte de una interacción compleja de muchos factores que afectan los comportamientos protectores. Estos se relacionan con la motivación y la capacidad individuales, así como con las oportunidades que ofrece el entorno cultural, social, estructural y legislativo. Cada uno de estos factores pueden ser barreras y/o impulsores de conductas protectoras.

Por esa razón, la fatiga pandémica, causa que los mensajes básicos anteriormente efectivos sobre el lavado de manos, el uso de máscaras faciales y la práctica de la etiqueta de higiene adecuada y el distanciamiento físico parezcan menos efectivos, y muchos países han identificado la necesidad de enfoques revitalizantes. No obstante, existe una experiencia muy limitada sobre la mejor manera de mantener o revitalizar el apoyo público durante una crisis de salud mundial que se extiende durante meses (potencialmente años) y que afecta a todos los miembros de todas las sociedades en todos los países.

Dada la naturaleza compleja de la fatiga pandémica, la OMS afirma que se necesita un plan de acción multifactorial, en el cual las acciones estén basadas en las barreras y los impulsores experimentados por las personas y deben implementarse de manera integrada en todos los niveles de la sociedad. Las estrategias para mantener y revitalizar el apoyo público deben basarse en consideraciones de salud pública, sociales, culturales y económicas, y deben garantizar que nadie se quede atrás.

En ese sentido la OMS proporciona un marco para la planificación e implementación de estrategias nacionales y subnacionales para evitar la fatiga pandémica, mantener y revitalizar el apoyo público para prevenir la COVID-19. La organización propone cuatro estrategias clave para que los gobiernos mantengan y revitalicen el apoyo público a los comportamientos protectores:

  • lo primero y más importante es reconocer y abordar las dificultades que experimentan las personas y el profundo impacto que la pandemia ha tenido en sus vidas;
  • para comprender a las personas, se requiere recopilar y utilizar evidencia para políticas, intervenciones y comunicación específicas, personalizadas y efectivas;
  • de igual importancia es involucrar de manera significativa, a las personas y comunidades como parte de la solución en todos los niveles;
  • finalmente, no menos importante es permitir que las personas vivan sus vidas, a la vez que se reduce el riesgo de contagiarse.

Adicionalmente la OMS propone cinco principios transversales para cualquier iniciativa, política o comunicación que tenga como objetivo evitar la fatiga pandémica, mantener y revitalizar el apoyo público a las conductas protectoras:

  • lo más importante es que las instituciones sean transparentes al compartir las razones detrás de las restricciones y cualquier cambio que se les haga, y al reconocer los límites de la ciencia y el gobierno;
  • lograr el mayor nivel posible de equidad en las recomendaciones y restricciones requerirá de un esfuerzo especial para garantizar que las poblaciones más afectadas reciban los beneficios suficientes para su subsistencia en condiciones adecuadas;
  • habrá de ser lo más consistente posible en mensajes y acciones y evitar medidas contradictorias;
  • la coordinación efectiva para evitar mensajes contradictorios entre expertos y portavoces, es condición igualmente indispensable;
  • finalmente está el asunto de esforzarse por lograr la previsibilidad en circunstancias impredecibles.

Como lista rápida de acciones concretas, para evitar la fatiga pandémica, la OMS propone lo siguiente.

  • Piense en local. Comuníquese con los grupos de la sociedad civil y pídales que encuentren formas creativas de motivar a sus miembros y pares.
  • En cada lugar de trabajo, escuela, universidad, club juvenil y más, hable con los usuarios. Pregúnteles cómo les gustaría implementar los comportamientos recomendados. Pregúnteles qué apoyo necesitan de usted.
  • Desarrollar orientación sobre cómo vivir la vida mientras se reduce el riesgo. Encuentre formas creativas de comunicar dicha orientación y evite los cambios constantes.
  • Preparar soluciones seguras para las próximas celebraciones nacionales donde la gente se reúne a través de geografías y generaciones. Involucrar a las personas, los lugares de trabajo, los sistemas de transporte público, el sector minorista, las casas de retiro y más en discusiones sobre formas de reducir el riesgo. Brinda recomendaciones claras.
  • Entender qué medidas pueden resultar insoportables a largo plazo y provocar fatiga pandémica. Modificar o equilibrar dichas restricciones con otras medidas (económicas, sociales, psicológicas), teniendo en cuenta el riesgo epidemiológico.
  • Haga que los comportamientos recomendados sean fáciles y económicos. Esto puede implicar la provisión de conexiones a Internet rápidas y económicas, máscaras y desinfectantes de manos gratuitos, áreas accesibles para lavarse las manos, espacios para la interacción social, oportunidades para el teletrabajo y más.
  • Apele a las personas en lugar de culparlas, asustarlas o amenazarlas. Reconozca que todos están contribuyendo.
  • Sea claro, preciso y predecible. Utilice infografías simples y digeribles como una forma eficaz de comunicar restricciones y riesgos, y cómo se relacionan.
  • Realizar estudios poblacionales cualitativos y cuantitativos periódicos. Toma los hallazgos en serio. Úselos para informar la acción.
  • Adaptar la comunicación a grupos específicos que experimentan desmotivación hy fatiga pandémica. Pruebe mensajes e imágenes con poblaciones de muestra antes de lanzarlas.

 

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