La posibilidad de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra claramente en el horizonte y no estamos preparados para evitarla ni para enfrentarla. Así lo indica el reciente informe del “Global Preparedness Monitoring Board”.
La Junta de Monitoreo de Preparación Global (GPMB por sus siglas en inglés) es un organismo independiente que fue convocado en mayo de 2018 por el Grupo de la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial. La Junta nace a partir del Grupo de Trabajo y Panel de Crisis de Salud Global, creado por el Secretario General de las Naciones Unidas a raíz de la epidemia de ébola 2014-2016. La Junta trabaja independientemente de todas las partes, incluidos sus coordinadores, para proporcionar las evaluaciones y recomendaciones más francas posibles. El informe insta a la acción política para prepararse y mitigar los efectos de una emergencia sanitaria mundial.
Comparto con ustedes una traducción de las ideas centrales de este importante informe, a la vez que los invito a su lectura completa, pues nuestro país por su condición de “Hub” de las Américas, conecta a todas las principales ciudades y países de América y el mundo, convirtiéndose en paso obligado del movimiento migratorio mundial, lo que nos coloca en un riesgo especial y, como adelantan los autores, no estamos preparados para una emergencia sanitaria mundial.
Informe anual sobre preparación global para emergencias sanitarias: resumen de la parte introductoria
En su parte introductoria, los copresidentes del GPBM, Dr. Gro Harlem Brundtland, ex Primer Ministro de Noruega y Director General de la Organización Mundial de la Salud y Sr. Elhadj As Sy, Secretario General de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja; manifiestan lo siguiente:
- Si bien la enfermedad siempre ha sido parte de la experiencia humana, una combinación de tendencias mundiales, incluido el crecimiento de la población y las tensiones resultantes en el medio ambiente, el cambio climático, la urbanización densa, los aumentos exponenciales en los viajes internacionales y la migración, tanto forzados como voluntarios, aumentan el riesgo de enfermedades para todos, en todas partes, en especial a las comunidades de bajos recursos dada su falta de acceso a servicios básicos de salud, agua potable y saneamiento; Esto agrava la propagación de cualquier patógeno infeccioso.
- Existe una amenaza muy real de una pandemia altamente letal y de rápido movimiento de un patógeno respiratorio que mataría de 50 a 80 millones de personas y destruiría casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia global en esa escala sería catastrófica, creando estragos, inestabilidad e inseguridad generalizados. El mundo no está preparado para esa emergencia sanitaria mundial.
Recalcan los copresidentes del Grupo, que “los líderes en todos los niveles tienen la llave para enfrentar esta situación. Es su responsabilidad priorizar la preparación con un enfoque de toda la sociedad que garantice que todos estén involucrados y todos protegidos”. En ese sentido subrayan que “invertir en la preparación para emergencias sanitarias mejorará los resultados de salud, generará confianza en la comunidad y reducirá además la pobreza, contribuyendo así a los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”.
El GPMB abogará en los niveles más altos para que los compromisos continuos y sostenidos, políticos, financieros y sociales, sean prioritarios en la agenda política y aumentemos la responsabilidad para el seguimiento. El mundo está en riesgo de una emergencia sanitaria mundial. Pero, colectivamente, ya tenemos las herramientas para salvarnos a nosotros mismos y a nuestras economías.
Siete acciones urgentes para preparar el mundo frente a una emergencia sanitaria mundial
Una pandemia de rápida propagación debida a un patógeno respiratorio letal (ya sea de emergencia natural o de liberación accidental o deliberada) plantea requisitos de preparación adicionales. Para enfrentarla, el mundo requiere un liderazgo político determinado a prepararse para las amenazas a la salud a nivel nacional y mundial. El GPMB hace el siguiente llamado a los líderes mundiales:
- Los jefes de gobierno deben comprometerse e invertir en los preparativos para enfrentar una emergencia sanitaria mundial. Deben comprometerse a la preparación mediante la implementación de sus obligaciones vinculantes bajo el Reglamento Sanitario Internacional. Deben priorizar y dedicar recursos internos y gastos recurrentes para la preparación como una parte integral de la seguridad nacional y mundial, la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Los países y las organizaciones regionales deben liderar con el ejemplo. Los Estados miembros del G7, G20 y G77 y las organizaciones intergubernamentales regionales deben cumplir con sus compromisos políticos y de financiación para la preparación y acordar monitorear el progreso de manera rutinaria durante sus reuniones anuales.
- Todos los países deben construir sistemas sólidos. Cada país debe designar un coordinador nacional de alto nivel con autoridad y responsabilidad política para dirigir los enfoques de todo el gobierno y de toda la sociedad, y llevar a cabo rutinariamente ejercicios de simulación multisectoriales para establecer y mantener una preparación efectiva. Debe priorizarse la participación de la comunidad en todos los esfuerzos de preparación, generar confianza e involucrar a múltiples partes interesadas (por ejemplo, legisladores; representantes de los sectores de salud humana y animal, seguridad y asuntos exteriores; el sector privado; líderes locales; y mujeres y jóvenes).
- Los países, los donantes y las instituciones multilaterales deben estar preparados para la posibilidad de una emergencia sanitaria mundial. Los donantes y las instituciones multilaterales deben garantizar una inversión adecuada en el desarrollo de vacunas y terapias innovadoras, la capacidad de fabricación en aumento, los antivirales de amplio espectro y las intervenciones no farmacéuticas apropiadas. Todos los países deben desarrollar un sistema para compartir inmediatamente las secuencias del genoma de cualquier nuevo patógeno con fines de salud pública, junto con los medios para compartir contramedidas médicas limitadas en todos los países.
- Las instituciones financieras deben vincular la preparación frente a una emergencia sanitaria mundial, con la planificación del riesgo financiero. Para mitigar los graves impactos económicos de una epidemia nacional o regional y / o una pandemia global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial deben renovar urgentemente sus esfuerzos para integrar la preparación contra una emergencia sanitaria mundial. La reposición de fondos de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial de la AIF, el Fondo mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria (Fondo mundial) y GAVI deberían incluir compromisos explícitos con respecto a la preparación.
- El financiamiento de la asistencia para el desarrollo debe crear incentivos y aumentar la financiación para la preparación contra una emergencia sanitaria mundial. Los donantes, las instituciones financieras internacionales, los fondos mundiales y la filantropía deben aumentar la financiación para los países más pobres y vulnerables a través de la asistencia para el desarrollo para la salud y el acceso mayor, y más temprano al Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) de las Naciones Unidas, a fin de cerrar brechas financieras para sus planes de acción nacionales, buscando la seguridad sanitaria como una responsabilidad conjunta y un bien público global. Los Estados Miembros deben acordar un aumento en las contribuciones de la OMS para el financiamiento de las actividades de preparación y respuesta y deben financiar de manera sostenible el Fondo de Contingencia de la OMS para Emergencias, incluido el establecimiento de un esquema de reabastecimiento utilizando fondos del Banco Mundial para el financiamiento de emergencias pandémicas.
- Las Naciones Unidas deben fortalecer los mecanismos de coordinación para hacerle frente a una emergencia sanitaria mundial. El Secretario General de las Naciones Unidas, con la OMS y la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), debe fortalecer la coordinación en diferentes contextos de emergencia humanitaria y de país, asegurando una Roles y responsabilidades de todo el sistema de las naciones; restablecer rápidamente las estrategias de preparación y respuesta durante emergencias de salud; y mejorar el liderazgo del sistema de las Naciones Unidas para la preparación, incluso mediante ejercicios de simulación de rutina. La OMS debería introducir un enfoque para movilizar a la comunidad nacional, regional e internacional en general en las primeras etapas de un brote, antes de la declaración de una emergencia de salud pública de preocupación internacional del RSI.
Se requiere de vigilancia epidemiológica proactiva para ésta y todas las enfermedades que requieren notificación obligatoria
Gracias, de acuerdo, es la pieza clave!