Cuando el nuevo gobierno tome posesión en julio de 2024 nos quedarán seis años para cumplir con las metas de los ODS que acordamos en el 2015 cuando nos comprometimos con la Agenda 2030 para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Aunque _ según nuestro segundo informe nacional voluntario de los ODS _ existen progresos importantes que ha logrado el país para el cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS, el avance hacia esos Objetivos y metas se vio seriamente obstaculizado por dos graves factores: la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), que causó un fuerte impacto en nuestra situación económica, amén de enfermedad, pérdida de vidas y mucho sufrimiento a la familia panameña y; acontecimientos de alcance mundial desfavorables para el progreso hacia el logro de los ODS, como el conflicto en Ucrania, las tensiones comerciales y los conflictos geopolíticos, las migraciones forzadas y el rebrote de procesos inflacionarios. Como si fuera poco, las repercusiones del cambio climático y ahora el Fenómeno del Niño, ya se dejan sentir en nuestro territorio.
Metas de los ODS: ¿las alcanzaremos?
En ese contexto, esperando ansioso nuestro tercer informe nacional, le dedico el resto de esta glosa a reflexionar _ tomando prestados algunos argumentos del reciente informe de la Cepal titulado “América Latina y el Caribe en la mitad del camino hacia 2030: avances y propuestas de aceleración” _ sobre los progresos realizados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debe constituirse en un importante insumo para apreciar nuestro avance luego de ocho años desde la adopción de la Agenda 2030 para el cumplimiento de los ODS.
Aspectos clave que analiza el informe en la mitad del camino hacia 2030
Aunque no me da el espacio para referirme a la totalidad del documento de la Cepal es necesario poner de relieve la siguiente información que nos ofrece la Comisión para el caso de América latina y el Caribe, subrayando que, en mi opinión, en la mayoría de los casos los resultados son aplicables a nuestro país.
Solo una cuarta parte de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se han cumplido o se cumplirán, resaltando la importancia de seguir y analizar los fenómenos globales que afectan su progreso. Además, el 75% de las metas evaluadas corren el riesgo de no alcanzar las expectativas establecidas en 2015. Esto urge a los países a reforzar su compromiso con los ODS mediante políticas efectivas. Hay diferencias en los resultados por objetivo; los ODS con mayor riesgo de incumplimiento son el 1, 2, 6, 8, 10, 13, 16 y 17, mientras que los ODS 3, 7, 9, 12 y 15 tienen mejores perspectivas. Los escenarios subregionales muestran heterogeneidad y desafíos compartidos. En el Caribe y Centroamérica, las situaciones son algo más desventajosas que en el resto de la región.
Especialmente importante para nosotros será redoblar el esfuerzo para cumplir con las metas del ODS 1 (fin a la pobreza), el ODS 10 (reducción de las desigualdades), el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles), el ODS 13 (acción por el clima) y el ODS 16 (paz, justicia e instituciones sólidas). No menos importante será lograr la transición hídrica sostenible e inclusiva, lo cual implica avanzar en los cinco ejes transversales y aceleradores del Marco de Aceleración Global del ODS 6, es decir: financiamiento, gobernanza, desarrollo de capacidades, datos e información, e innovación.
Por otro lado, en Centroamérica los que estarían en mejores condiciones en el tránsito hacia el logro de las metas son el ODS 3 (salud y bienestar), el ODS 7 (energía asequible y no contaminante), el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura), el ODS 12 (producción y consumo responsables), el ODS 15 (vida de ecosistemas terrestres) y el ODS 17 (alianzas para lograr los objetivos).
El camino por seguir
En ese sentido, subraya la Cepal que, “para retomar la senda hacia el cumplimiento de las metas de los ODS en 2030 se requiere no solo un esfuerzo de mayor inversión y financiamiento, sino un cambio en la forma de hacer política pública. En particular, es preciso mejorar la gobernanza, fortalecer las instituciones y las alianzas, así como considerar horizontes temporales más largos en la política pública. La visión de sociedad de la Agenda 2030 hace necesario el diseño de políticas públicas con visión de futuro, que convoquen a todos los actores sociales a la construcción de escenarios de futuro deseables, y rutas y procesos de diálogo y participación para alcanzarlos”.
En ese primer contexto, es obligatorio preguntarnos si _ frente al desafío de las metas pendientes _ nuestros aspirantes a la presidencia serán capaces de forjar alianzas, dialogar y tomar decisiones que trasciendan la inmediatez, logrando articular y forjar una visión compartida del futuro que necesitamos.
No menos importante es que las actuales autoridades lleven a cabo, de forma participativa y transparente, el examen nacional voluntario correspondiente al término de su período, de modo que el nuevo gobierno tenga claro el panorama de avances y pendientes y le dé, junto con la sociedad en general, el seguimiento necesario.
Al final, coincidiendo con el documento de la Cepal, subrayo la urgencia de que redoblemos el esfuerzo por poner en práctica _ de forma efectiva, con financiamiento suficiente _ políticas y acciones para contrarrestar las tendencias negativas, fortalecer las tendencias que van en la dirección correcta pero son insuficientes para alcanzar las metas, y garantizar los logros de las metas cuya trayectoria actual es la correcta. Sobre el asunto del financiamiento es imperativo destacar que el endeudamiento público debe ser utilizado para financiar inversiones productivas que impulsen el crecimiento económico a largo plazo. Además, la gestión prudente de la deuda es crucial para evitar consecuencias negativas y asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
En todo caso, estamos lejos de alcanzar las metas originales y necesitamos avanzar en temas estratégicos.