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Financiamiento sostenible y envejecimiento saludableEn seguimiento a la serie de artículos en este blog sobre el tema del envejecimiento saludable, comparto en esta entrega mi columna de opinión en La Estrella de Panamá, en la cual reflexiono sobre la necesidad de contar con un financiamiento sostenible y suficiente para garantizar el envejecimiento saludable _ bienestar y acceso a servicios de salud y atención _ de nuestra población.

En ese contexto, el artículo ofrece argumentos sobre ¿cómo mantenemos el financiamiento _ a largo plazo _ de la atención que proporciona nuestro sistema público de salud?, considerando de manera especial efectos de los cambios en la estructura de edad de la población sobre la capacidad de generar ingresos suficientes y estables a partir de fuentes de financiación tradicionales.

Financiamiento sostenible y envejecimiento saludable: ¿de qué estamos hablando?

Para responder a la pregunta de cómo garantizar el financiamiento sostenible del sector salud, mientras la población envejece y aumenta la esperanza de vida, bastaría con poner de relieve que, Panamá cuenta con los recursos financieros suficientes para financiar de forma eficiente y efectiva su sistema público integrado de salud, como lo demuestra el hecho de que en los últimos diez años, entre el MINSA y la CSS han tenido disponibles 78 mil millones de balboas. Lo que representa una disponibilidad anual promedio de 2,000 balboas para cada habitante.

Dicho lo anterior, es necesario reflexionar sobre ¿quiénes de los 600,000 ciudadanos mayores de 60 años están cubiertos por el sistema público de salud?, ¿qué servicios reciben incluidos?, ¿cómo se financia? y buscar la manera de avanzar en forma eficiente y equitativa en las tres dimensiones. Además, habrá que buscar el mejor equilibrio entre éstas, ya que el progreso a lo largo de solamente una dimensión podría afectar a las demás. Por ejemplo, prometer servicios gratuitos de salud es una estrategia ineficaz si hay desigualdad en el acceso o si los servicios son de mala calidad. Amén de los efectos potenciales en la sostenibilidad del sistema.

En ese contexto, es obligatorio comenzar el análisis preguntándonos cómo mantenemos el financiamiento _ a largo plazo _ de la atención que proporciona nuestro sistema público de salud, considerando de manera especial efectos de los cambios en la estructura de edad de la población sobre la capacidad de generar ingresos suficientes y estables a partir de fuentes de financiación tradicionales.

En ese sentido, la OMS destaca la asociación entre el envejecimiento y los gastos de atención médica. Pone de relieve los desafíos para los servicios de salud y nos llama a considerar cómo el envejecimiento de la población afecta la capacidad de aumentar los ingresos y garantizar el financiamiento sostenible del sector salud, pues la cantidad de personas mayores fuera del mercado laboral aumenta cada año.

Esta consideración tiene gran relevancia para nosotros pues en nuestro país la esperanza de vida aumenta claramente y, de acuerdo con el INEC, cada cinco años la población de personas mayores de 60 años aumenta en un 15%, lo cual condiciona que para 2050 el país contará con casi 1.5 millones de ciudadanos mayores de 60 años. ¡El 24% de la población total!

La OMS también recomienda fortalecer el desarrollo de sistemas de recaudación de impuestos efectivos; pues depender principalmente del mercado laboral para aumentar los ingresos para la salud conduce a la disminución de los ingresos por persona en las próximas décadas. También recalca que diversificar la combinación de fuentes de ingresos a favor de aquellas fuentes que están menos afectadas por el envejecimiento puede ser una solución adecuada. Sin embargo, es probable que tengamos que priorizar nuestro presupuesto del sector público para asignar más recursos a la salud (es decir, reasignar recursos de otros sectores) o aumentar las tasas impositivas en otras fuentes de generación de ingresos que no disminuyen con la edad, como el consumo.

Un mensaje clave es la importancia de alejarse del financiamiento de la salud a través de contribuciones y primas relacionadas con el trabajo. Los derechos deben desvincularse del pago de contribuciones. Al hacerlo, la cuestión de la equidad en la financiación del sistema de salud puede abordarse a través de la política fiscal.

Para concluir subrayo que nuestro país cuenta con los recursos financieros suficientes para financiar de forma eficiente y efectiva su sistema público de salud en el contexto del envejecimiento de la población.

Pero no basta con tener los recursos disponibles en este momento, es obligatorio garantizar la sostenibilidad del financiamiento de los servicios de salud, y para ello son condiciones necesarias, entre otras, las siguientes: la recaudación de suficientes ingresos tributarios corrientes y de capital, a través de tasas, gravámenes, multas, contribuciones y otras medidas impositivas; el fortalecimiento del sistema de gestión del financiamiento de esos recursos financieros, garantizando la mejor agregación que considere la mancomunación de los fondos, y, como se ha señalado, eficiencia y transparencia; la solución de la crisis que atraviesa el fondo de pensiones de la CSS y; contar con el apoyo de la población, mediante la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas, a la vez que estimula la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el diseño, implementación y seguimiento del proceso.

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