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Enermedades del sistema circulatorioLas enfermedades del sistema circulatorio siguen siendo la principal causa de muerte en nuestro país y en el mundo, por lo que consideré importante subrayar en esta entrega las ideas centrales de varios artículos previos sobre el tema, complementadas con un análisis adicional de las estadísticas que nos ofrece el INEC.

El momento es propicio, pues tenemos un nuevo gobierno y nuestro presidente ha manifestado en repetidas ocasiones que “el sistema de salud está centrado en atender enfermedades y es necesario avanzar hacia un modelo de atención preventiva y de promoción de la salud e intersectorial”. El elemento central de este nuevo modelo de salud integral, deberá ser el establecimiento de los mecanismos intersectoriales de coordinación para el abordaje sistematico de los determinantes sociales de salud, y el fortalecimiento de la capacidad de la autoridad nacional de salud para ejecutar con éxito las políticas públicas que aborden esos determinantes.

Sobre el necesario fortalecimiento institucional, he reflexionado en otras publicaciones, por lo que me limitaré en esta entrega, a ofrecer información para sustentar acciones sectoriales e interinstitucionales que contribuyan a la prevención y control de las enfermedades del sistema circulatorio.

Situación de las enfermedades del sistema circulatorio en Panamá

De acuerdo con las Estadísticas vitales del INEC, en los últimos cinco años 26,389 panameños perdieron la vida producto de enfermedades del sistema circulatorio, y la tendencia es al aumento desenfrenado. 56% fueron hombres y 44% mujeres. El 20% de los fallecidos eran personas menores de 60 años. Lo que implica además una buena cantidad de años de vida a lo que se le suman los años que los sobrevivientes viven con alguna discapacidad producto de estas enfermedades del sistema circulatorio.

Situación de las enfermedades del sistema circulatorio en Panamá

El análisis de estas enfermedades, revela que las enfermedades isquémicas del corazón constituyeron la primera causa de muerte (30.7%). Seguido de las enfermedades cerebrovasculares (29.6%), las “otras enfermedades del corazón” (22.0%). Por su parte las enfermedades hipertensivas causaron el 13.6% de las muertes en este grupo. Nótese que coloqué entre comillas las “otras enfermedades”, porque es una suma importante de fallecimientos, que requiere de una investigación. Todas las causas muestran una tendencia al aumento, excepto las enfermedades isquémicas, que la muestran al descenso.

Situación de las enfermedades del sistema circulatorio en Panamá

Pero lo más sorprendente de este análisis, se presenta cuando le damos una mirada al comportamiento de las tasas de mortalidad por provincias y comarcas, comparándolas con el Índice de Pobreza Multidimensional.

IPM y ESC por provincias y comarcas

Resulta que las comarcas y provincias con mayor IPM, presentan las menores tasas de mortalidad, al contrario de aquellas donde este índice es menor. Surge entonces la pregunta: ¿es la pobreza multidimensional un factor protector contra las enfermedades del sistema circulatorio? La respuesta es un contundente ¡NO! La pobreza no protege contra nada, todo lo contrario, es un determinante social de sufrimiento y muerte que debemos combatir. Otra hipótesis es que las personas que viven en esas provincias y comarcas, no sufren el estrés de las ciudades, se dedican a la agricultura de subsistencia, tienen que caminar y trabajar largas jornadas de sol a sombra, no comen comida chatarra, pues en el monte no hay hamburguesas, ni hotdogs ni papa fritas. En todo caso son unos resultados que invitan a la investigación obligatoria.

¿Qué hacer para protegernos de las enfermedades del sistema circulatorio?

Como he señalado antes, la mayoría de las enfermedades cardiovasculares son consecuencia de una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Los efectos de estos estilos de vida malsanos se manifiestan tarde o temprano en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad. La presencia de estos factores de riesgo en la población debe medirse de rutina en los centros de salud del MINSA y Policlínicas de la CSS pues son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones como lo demuestran las estadísticas que nos proporciona el INEC

Para las personas con alto riesgo cardiovascular (debido a la presencia de uno o más factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia o alguna enfermedad cardiovascular ya confirmada), son fundamentales la detección precoz y el tratamiento temprano, por medio de servicios de orientación o la administración de fármacos, según corresponda.

Por otro lado, la mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo antes señalados utilizando estrategias que abarquen a toda la población. En este sentido, recomiendo continuar y fortalecer la ejecución del Censo de Salud Preventiva que inició el pasado gobierno. El Censo busca detectar entre los panameños mayores 40 años, aquellos que estén padeciendo enfermedades como: Hipertensión Arterial (Presión Alta), Diabetes, Dislipidemias (Alta concentración de Grasas en la sangre) para su tratamiento e inclusión en los programas de salud. Opino que la estrategia es adecuada y necesaria, ya que propicia que las personas tengan un mayor control de su propia salud y debe tener impacto en la prevención y solución de las causas primordiales de los problemas de salud. No obstante, puede y debe mejorar, evitando la politiquería, garantizando la detección periódica y sistemática de todas las personas en riesgo, así como el tratamiento oportuno en la red de establecimientos públicos (MINSA y CSS) de salud.

Para ayudarnos a abordar con éxito este importante problema de salud pública contamos con el Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020, el cual proporciona una hoja de ruta y un menú de opciones de política para todos los Estados Miembros (el nuestro entre ellos) y otras partes interesadas, para tomar medidas coordinadas y coherentes, a todos los niveles, para alcanzar la reducción relativa del 25% en la mortalidad prematura por enfermedades del sistema circulatorio, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas para 2025.

El enfoque principal de este plan de acción se basa en los cuatro tipos de enfermedades no transmisibles que contribuyen en gran medida a la morbilidad y mortalidad por ENT y a cuatro factores de riesgo conductuales compartidos: el consumo de tabaco, dieta poco saludable, inactividad física y uso nocivo de alcohol. Reconoce que las condiciones en que las personas viven y trabajan y sus estilos de vida influyen en su salud y calidad de vida.

Conclusiones

  • El nuevo gobierno ha subrayado la necesidad de desarrollar un nuevo modelo de atención integral de salud, en el cual la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, abordando los determinantes sociales de estas, sean los principios orientadores.
  • Tenemos los recursos humanos, financieros, así como los conocimientos y herramientas para la prevención y el control de las enfermedades del sistema circulatorio.

¡Avancemos ya!

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