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Epidemia de COVID-19 en PanamáLuego de más de cinco meses de estar padeciendo la epidemia de COVID-19 en Panamá, los invito a que hagamos un alto en el camino para hacer un balance de la situación y de nuestro quehacer para enfrentar la enfermedad, en términos de lo llevado a cabo por el gobierno, las empresas privadas y, sobre todo, la población, que es a fin de cuentas la que produce los casos y pone los muertos.

En términos epidemiológicos, lo primero que destacarán los titulares, es que estamos llegando a los 80,000 casos y superamos las 1,700 defunciones. Pero estas cifras no son estáticas, han ido evolucionando en el tiempo, producto de la agresividad del virus y, lógicamente de las acciones u omisiones de las instituciones y los habitantes. Veamos por separado cada indicador. Veamos las siguientes reflexiones publicadas hoy en La Estrella de Panamá.

Epidemia de COVID-19 en Panamá: breve análisis de situación, reflexiones y recomendaciones

Casos diarios reportados desde el 1 de julio

COVID-19 en Panamá: Casos diarios julio y agosto

Los casos reportados diariamente de COVID-19 comenzaron a presentar una clara tendencia al aumento exponencial a partir del 1 de junio, llegando a su pico máximo el 13 de julio cuando reportamos 1,540 casos. A partir de ese momento, la tendencia al aumento se fue debilitando y desde hace 14 días mostramos una muy ligera tendencia a la disminución.

Defunciones diarias reportadas desde el 15 de julio

COVID-19 en Panamá:

Como es lógico, el mismo comportamiento lo han seguido las defunciones por COVID-19, mostrando, al igual que los casos, una ligera tendencia a la disminución en las últimas dos semanas. En ese contexto, en lo que va del mes de agosto hemos acumulado más de 14 mil casos y 300 defunciones. Aunque cerca del 70% de nuestros pacientes se han recuperado, estas no son cifras para cantar victoria, todo lo contrario, aún estamos muy lejos de controlar la epidemia.

COVID-19: recomendaciones

En el terreno del quehacer institucional y ciudadano, han sido cinco meses de epidemia de COVID-19 en Panamá, dutrante los cuales el aprendizaje ha sido arduo y doloroso, acompañado de cambios en las prácticas de cada uno. No hay duda de que ha habido falencias, la mayoría por desconocimiento oportuno. Pero no es la hora de hacernos los sabiondos y señalar “a posteriori” lo que se debió hacer en determinado momento. Lo que no se hizo aquí, tampoco se realizó en la mayoría de los países del orbe. Pero ahora vamos por el camino correcto, lo cual no significa que no debamos mejorar. Démosle un vistazo a nuestro quehacer y reflexionemos sobre cómo mejorar, porque se puede.

Comencemos por el comportamiento ciudadano para seguir las medidas de cuidado individual y colectivo para frenar la epidemia de COVID-19 en Panamá. En mi opinión el comportamiento de las personas, es ahora nuestro verdadero talón de Aquiles y mientras no lo superemos, seguiremos a merced del virus, produciendo casos y fallecidos. Muchos panameños, no importa la clase social, sencillamente han decidido salir a la calle cuando les parece, sin guardar las mínimas medidas de seguridad. Los más humildes, se reúnen en veredas o canchas de futbolito, mientras los que tienen los recursos, se van para la playa los fines de semana. Olvidan estos panameños, que, si se contagian y llevan el COVID-19 a sus casas, van a enfermar a sus familias y pueden matar a sus padres o abuelos. Pero también las empresas deben cumplir fielmente con las medidas de bioseguridad que estabñece el MINSA.

Por otro lado, las actividades de vigilancia epidemiológica se han ido fortaleciendo. Desde hace quince días estamos realizando casi 3,000 pruebas de laboratorio diarias para detectar el COVID-19, acercándonos a la meta de 4,000. Todavía un elevado porcentaje resultan positivas (30%), lo que significa que tenemos muchos ciudadanos positivos. Este es pues un reto para el sector salud. Hacer más pruebas, y hacerlas a los asintomáticos, sobre todo en los corregimientos con mayor incidencia de casos reportados. Íntimamente ligado con las pruebas, está el proceso de trazabilidad. Este también presenta un gran reto, pues la mayoría de las personas positivas no quieren aislarse en los hoteles hospitales que les ofrece el Minsa y deciden permanecer en sus casas, donde muchos no tienen las condiciones de permanecer efectivamente aislados y, no es raro que, alguno decida salir a la calle sabiendo que está positivo y puede contagiar a los demás.

Para atender esta situación, el gobierno ha instalado varios centros de trazabilidad en diferentes regiones del país y se está avanzando con la participación efectiva de la comunidad organizada. Por su parte, la empresa privada lleva a cabo la iniciativa #TODOPANAMA en cuatro corregimientos de escasos recursos y elevada incidencia de casos. Busca interrumpir la transmisión comunitaria del virus, mediante el seguimiento de casos, distribución de ayuda social, búsqueda de infectados en casa y mejoramiento de los procesos existentes para el reporte de datos.

Aún tenemos que enfrentar la necesidad de una red de servicios de salud con todos los recursos para atender a las personas enfermas de COVID-19 que lo necesiten. Recordemos que 20% de los positivos requieren hospitalización, y muchos pacientes necesitan de tecnologías especializadas y complicadísimos tratamientos, todo lo cual requiere de un equipo de recursos humanos especializados, dedicados las 24 horas del día a la atención de cada caso. En ese sentido el gobierno ha ido tomando medidas de forma sistemática y progresiva, incrementando la disponibilidad de camas y equipos. De acuerdo con el último informe de la OPS, correspondiente al 11 de agosto, el país cuenta con 5,237 camas en sala, de las cuales 41% están disponibles; 2,143 camas en UCI y semi UCI, de las cuales 26% están disponibles; 771 Ventiladores, 55% disponibles. Además, el Centro de Convenciones Figali debe estar listo para recibir pacientes con COVID-19 a partir de hoy viernes 14 de agosto, lo cual le dará un gran respiro a nuestra red de servicios de salud.

Sigue siendo el gran reto, garantizar los recursos humanos necesarios para atender a los pacientes por COVID-19 en Panamá. El gobierno está empeñado en lograrlo, ya sea con recursos humanos nacionales, o trayéndolos temporalmente del extranjero. La Facultad de Medicina señala la necesidad de consultar con las Sociedades Médicas Especializadas, antes de tomar tal decisión. Por mi parte subrayo que, los recursos humanos que contratemos, ya sean nacionales o extranjeros, deberán poseer las competencias demostradas y suficientes, en términos de formación y experiencia, para atender de forma exitosa los pacientes, desde el nivel local hasta las salas de cuidados intensivos.

Finalmente, está la necesidad de levantar totalmente la cuarentena. Ya dejó de ser útil para impedir el aumento exponencial de casos y defunciones por COVID-19 que padecemos desde el primer día de junio. Propongo que una primera etapa se lleve a cabo de la siguiente forma: se mantiene la salida por sexo en días alternos incluyendo el sábado para cada uno tenga tres días; se amplía el tiempo diario para salir hasta 12 horas, desde las 7:00AM hasta las 7:00PM, y; se mantiene la cuarentena para todos el domingo. Eso sí, hay que hacerlo con mucha prudencia y responsabilidad ciudadana, dispuestos a regresar al confinamiento, tan pronto como aparezcan señales de que no estamos cumpliendo.

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