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No te distraigas y mantente enfocadoLa semana pasada, en medio de un escenario político muy complejo, caracterizado por cambios en el nivel político, estratégico y técnico del Ministerio de Salud, el país reportó en siete días 5,656 casos nuevos de COVID-19, y 83 defunciones, las cifras más elevadas para cualquier semana desde que enfrentamos la epidemia de COVID-19 en el país. Adicionalmente, el día de ayer, el MINSA reportó 765 casos nuevos, alcanzado un total de 33,550 casos confirmados, que representa el 0.7% de la población nacional. También reportó 631 defunciones lo que arroja una tasa de letalidad de 1.88%. Por otro lado, el número reproductivo efectivo (RT) se ubica en 1.42 para el país, lo cual indica que la velocidad a la que se está propagando el virus ha disminuido levemente.

Por otro lado, hasta ayer se han realizado un total de 130,776 (1,981 nuevas) pruebas para detectar COVID-19, lo cual nos ha permitido detectar esos casos y tomar las medidas pertinentes. No obstante, cerca del 30% han resultado positivas, lo cual no es una buena noticia porque significa que todavía tenemos un importante porcentaje de personas positivas, que probablemente son asintomáticas, no las hemos detectado, no guardan las medidas de protección personal, y, sin saberlo, andan esparciendo el virus en las calles, en sus trabajos y en sus casas. Como consecuencia de ese incremento sostenido de casos, desde junio ha ido en aumento el número de pacientes, tanto en salas de hospitalización como en las unidades de cuidados intensivos. Situación que tiene al sistema de salud, incluido el personal que atiende a los enfermos, al borde del colapso, y obliga a redoblar el esfuerzo en todos los frentes.

Comparto a continuación el contenido de mi artículo de opinión publicado en La Estrella de Panamá, en el cual señalo que, a pesar de este panorama, todavía estamos a tiempo para frenar esa escalada de casos y defunciones, siempre y cuando nos mantengamos enfocados.

No te distraigas y mantente enfocado

No es la hora para distraernos por el contexto político y ponernos a especular sobre si las recientes decisiones fueron acertadas o no. Eso, solo el tiempo lo dirá, pero repito, no debe distraernos y contribuir a que malgastemos energía echando culpas y lamentándonos. Yo los invito a preguntarnos en serio, sin el sesgo de las agendas de cada cual, si los cambios realizados deben afectar nuestro comportamiento como ciudadanos, funcionarios técnicos de las bases, empresarios y negociantes. Mi respuesta es un rotundo NO, y hago un llamado en esta entrega a que cada uno cumpla con su parte para controlar esta epidemia.

El ciudadano común y corriente, como lo somos todos, debe cumplir y vigilar por el cumplimiento colectivo de las recomendaciones de higiene personal que ya conoce, así como con el reiterado distanciamiento físico; y lo debe hacer en su casa, cuando sale a trabajar, en el bus, en el trabajo y cuando regresa a su casa. No podemos bajar la guardia y ponernos a festejar con los vecinos y amigos. Festejemos la vida dentro de nuestras casas, con nuestra familia, que es la burbuja social en la que nos sentimos seguros. Nuestras familias y el país nos necesitan sanos y productivos. ¡No nos distraigamos!

Por otro lado, los funcionarios profesionales y técnicos del MINSA y la CSS, también saben qué es lo que tienen que hacer para controlar la epidemia de COVID-19. Lo vienen haciendo desde siempre, a pesar de los vaivenes políticos de los últimos 25 años. Son la memoria histórica de ambas instituciones, y no van a relajarse en sus funciones de supervisión, regulación, vigilancia epidemiológica, comunicación social efectiva, y de atención a pacientes; porque hay nuevas autoridades, o nuevos asesores y comisiones temáticas. Ellos y ellas no se van a distraer y se van a mantener enfocados en sus quehaceres porque saben que el país los necesita. ¡Contamos con que así sea!

No menos importante es que el sector empresarial, ya sean los grandes negocios, las pequeñas empresas, los conductores de transporte colectivo; se enfoquen en el cumplimiento de sus compromisos para poder avanzar en la recuperación de la economía nacional. No es la hora para distraerse alegando que se ha perdido la confianza y les preocupa la situación política. Menos, para aprovechar la coyuntura y promover agendas alejadas de la necesaria contribución que se espera del sector. Es la hora de cumplir con su parte, implementando los cambios necesarios en las prácticas y políticas; realizando las intervenciones pactadas en el entorno físico de trabajo para facilitar un regreso seguro al lugar de trabajo.

Finalmente, el gobierno también debe mantenerse enfocado en la lucha contra el COVID-19. Debe promover el alineamiento armónico de los poderes Ejecutivo y Legislativo, en favor de las intervenciones dirigidas a garantizar la vida de las personas mientras se avanza en la recuperación de la economía y; brindar el efectivo apoyo político y financiero que necesita el sector salud para cumplir con su parte. Las nuevas autoridades, así como los nuevos y antiguos asesores deberán capitalizar las lecciones aprendidas desde el inicio de la epidemia; a fin de fortalecer, con amplia participación de la comunidad, las intervenciones de vigilancia epidemiológica que ya conocemos, y el funcionamiento óptimo de los servicios de salud.

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