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La variante BA.5 ya es dominante en Panamá

La variante BA.5 ya es dominante en Panamá, y junto con la BA.4 representan más del 60% de los casos reportados. Esta variante, es ultra contagiosa, es capaz de reinfectar a quienes han sobrevivido a una infección anterior por Ómicron, y algunos estudios sugieren que es capaz de infectar las células pulmonares que la anterior subvariante BA.2 de Ómicron. Además, tiene una tasa de crecimiento más alta que otras variantes circulantes, como Delta, BA.1 y BA.2, que pueden ser atribuible a una mayor evasión inmune y/o transmisibilidad intrínseca. Por lo tanto, el riesgo de adquirir COVID-19 sigue siendo muy alto.

Para ilustrar el riesgo de esta situación comparto en esta entrega un resumen de las palabras del director general de la OMS en la sesión informativa de los Estados miembros sobre la COVID-19 el 12 de julio, complementado con un resumen gráfico de la situación de la epidemia de COVID-19 en el país.

Breve resumen gráfico de la epidemia de COVID-19 en Panamá

De acuerdo con la información del MINSA, durante la semana del 24 al 30 de julio se detectaron 5,896 nuevos contagios para un promedio de 842 casos diarios y se aplicaron 39,264 pruebas ( promedio de 5,609 pruebas aplicadas diarias) para una positividad promedio de 15.1%.  Durante estos 7 días hubo 13 defunciones (promedio diarios de 2). El último día hubo 132 pacientes hospitalizados en Salas y 31 en Cuidados Intensivos. Este escenario pandémico refleja pocas pruebas aplicadas aunque el alto número de casos aunque sea menor aún es muy significativo y asociado a una elevada positividad; todo esto nos dice que la cosa aún no ha terminado y que el virus sigue circulando comunitariamente.

Estamos obligados, como señala la OMS, a enfrentar el doble desafío de comunicar el riesgo y generar confianza en la comunidad en las herramientas de salud y las medidas sociales de salud pública como el uso de mascarillas, el distanciamiento y la ventilación.

Palabras del director de la OMS

“Me preocupa que los casos de COVID-19 sigan aumentando, lo que ejerce más presión sobre los sistemas de salud y los trabajadores de la salud. También me preocupa la tendencia creciente de muertes. Estamos obligados a enfrentar el doble desafío de comunicar el riesgo y generar confianza en la comunidad en las herramientas de salud y las medidas sociales de salud pública como el uso de mascarillas, el distanciamiento y la ventilación”.

El Comité de Emergencia sobre COVID-19 se reunió el viernes de la semana pasada y concluyó que el virus sigue siendo una emergencia de salud pública de interés internacional. El Comité señaló su preocupación por varios desafíos interrelacionados.

  • Primero, las subvariantes de Omicron, como BA.4 y BA.5, continúan generando oleadas de casos, hospitalizaciones y muertes en todo el mundo.
  • En segundo lugar, la vigilancia se ha reducido significativamente, incluidas las pruebas y la secuenciación, lo que dificulta cada vez más evaluar el impacto de las variantes en la transmisión, las características de la enfermedad y la eficacia de las contramedidas.
  • En tercer lugar, los diagnósticos, los tratamientos y las vacunas no se implementan de manera efectiva.
  • El virus se está propagando libremente y los países no están manejando de manera efectiva la carga de la enfermedad en función de su capacidad, tanto en términos de hospitalización para casos agudos como del número cada vez mayor de personas con una condición posterior a la COVID-19, a menudo denominada COVID prolongada.
  • Finalmente, existe una gran desconexión en la percepción del riesgo de COVID-19 entre las comunidades científicas, los líderes políticos y el público en general.

Este es un doble desafío de comunicar el riesgo frente a la variante BA.5 de Ómicron y generar confianza en la comunidad en las herramientas de salud y las medidas sociales de salud pública como el uso de mascarillas, el distanciamiento y la ventilación.

Los pasos esenciales a seguir incluyen:

  • Uno, vacunar y reforzar a los que corren más riesgo. Esto incluye a personas mayores, personas con enfermedades crónicas, inmunocomprometidos y trabajadores de la salud. Muchos de estos grupos siguen sin protección en demasiados países.
  • Dos, hacer que los nuevos antivirales orales y otros tratamientos estén disponibles para todos.
  • En tercer lugar, si las personas se encuentran en lugares donde los casos van en aumento, deben usar medidas de salud pública comprobadas para mitigar el riesgo, como ventilación, máscaras, distanciamiento físico y, si las personas están enfermas, quedarse en casa.
  • Cuarto, es crucial acelerar la investigación y el desarrollo de vacunas, pruebas y tratamientos de próxima generación.
  • Quinto, fortalecer la arquitectura sanitaria mundial para la respuesta y emergencias sanitarias, tanto a nivel nacional como internacional.

¿Qué viene después de Ómicron?

Para dar respuesta a esta pregunta los invito a la lectura de mi artículo sobre el tema, en cual me hago eco del artículo original de la revista SCIENCE, “As Omicron rages on, scientists have no idea what comes next”, y señalo que, la comunidad científica no sabe qué viene después de Ómicron. Lo más probable es que una rápida sucesión de subvariantes sea la nueva normalidad, pero aún podría surgir una variante completamente nueva.

 

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