Aunque me he referido varias veces a la seguridad vial en Panamá, es necesario mantener el tema vigente y prioritario de forma permanente, pues la limitada seguridad vial en nuestras calles condiciona elevadas cifras de accidentes y fallecidos, que mantiene una tendencia al aumento, a pesar de los compromisos que hemos suscrito y planes que hemos formulado. En ese sentido consideré además necesario informarles acerca de nuestro cumplimiento con el Plan de acción sobre la seguridad vial (documento CE162/INF/11) para el periodo 2012-2017, cuyo informe final será presentado esta semana a los miembros del Comité Ejecutivo 162 de la OPS, que se lleva a cabo en la OPS y es presidido por Panamá. La finalidad del plan era establecer directrices que pudieran guiar las acciones del sector de la salud en los Estados Miembros e impulsar iniciativas para prevenir los traumatismos causados por el tránsito. Así, se proponía alcanzar para el 2017 un conjunto de metas basadas en 18 indicadores en los que se tomaba como línea de base datos del año 2007.
Comparto pues con ustedes un resumen del documento y los invito nuevamente a reflexionar sobre el avance de la seguridad vial en Panamá, pues seguimos en deuda, como sociedad y gobierno, con los cientos de personas que pierden la vida todos los años en las carreteras de nuestro país.
Breve resumen del Informe
El informe revela que en la Región de las Américas se han logrado avances en la mayor parte de los objetivos propuestos en el plan de acción. La fuente de información para el análisis de los resultados fue el informe regional sobre la seguridad vial, publicado por la OPS en el 2016. Dice así:
“Se han registrado avances en seguridad vial, específicamente en el desarrollo y la designación de organismos que asuman el liderazgo como entes coordinadores. A su vez, se reconocen mejoras en la legislación sobre la conducción bajo la influencia del alcohol y el uso de sistemas de retención infantil. La ejecución de medidas para mejorar la infraestructura vial y la implantación de atención prehospitalaria ha mostrado igualmente avances positivos, y los Estados Miembros han mejorado la presentación de datos de mortalidad y morbilidad asociadas a la seguridad vial, lo cual contribuye a definir las prioridades en los países.
Pese a estos avances, aún se requieren reformas para mejorar las leyes sobre la velocidad, el uso obligatorio del casco para los motociclistas y el uso obligatorio del cinturón de seguridad. Además, es importante destacar que hay un retraso en el cumplimento o la aplicación de las leyes ya aprobadas. También es necesario avanzar en el establecimiento de políticas nacionales que promuevan el desplazamiento a pie o en bicicleta. Por otra parte, es difícil constatar si hubo mejoras en el sistema de inspección y revisión técnica de los vehículos debido a las deficiencias en la calidad de los datos disponibles en la mayoría de los países”.
Cumplimiento con el Plan de acción sobre seguridad vial
Recomiendo la lectura completa del informe final, el cual contiene para cada objetivo una descripción de los indicadores, metas y resultados. A manera de recordatorio, cito a continuación los siete objetivos del Plan final y para cada uno mi interpretación personal basada en la experiencia de conductor en nuestras anárquicas calles…
Objetivo 1: Designar a un comité asesor u organismo responsable de la coordinación multisectorial en la administración pública para que oriente las actividades nacionales en materia de seguridad vial con especial énfasis en la elaboración de planes nacionales para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial.
Comentario: Panamá tiene una Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), y un Consejo Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (CONTSEVI). Además, el año pasado la ATTT, instituciones gubernamentales y sectores representativos de la sociedad civil, firmaron el “Acuerdo Nacional de la Seguridad Vial para una Movilidad Segura“, con la finalidad de asumir un compromiso conjunto para mejorar la seguridad vial y la convivencia en las vías públicas del país. Pero en las “horas pico” es evidente la insuficiencia o ausencia de los efectivos de la ATTT y de la policía. Debería haber por lo menos dos efectivos en cada semáforo. Uno para supervisar y dirigir, el otro para poner boletas a los infractores.
Objetivo 2: Disminuir la contribución de los factores de riesgo (velocidad, consumo de alcohol, drogas y otras sustancias psicoactivas, y elementos de distracción) a las lesiones resultantes del tránsito y aumentar el porcentaje de uso de los accesorios de protección (cascos, cinturones de seguridad y asientos de seguridad para niños).
Comentario: A pesar de las leyes y reglamentos, siguen siendo las principales causas de accidentes y muertes: el exceso de velocidad, las distracciones como chatear frente al volante, el estrés cotidiano, manejar bajo los efectos del alcohol, la impericia y el incumplimiento de los reglamentos de tránsito, como el no usar el cinturón de seguridad o, en el caso de los motociclistas, no usar casco. Muy preocupante es el hecho de que el año pasado, las muertes por atropello y fuga se incrementaron en el país un 20 por ciento, lo que implica, además de lo anterior, una falta de solidaridad y humanidad.
Objetivo 3: Mejorar las políticas de transporte público masivo mediante la integración de criterios de seguridad, equidad y accesibilidad que promuevan el ejercicio de los derechos humanos.
Comentario: Aunque Panamá ha llevado a cabo importantes inversiones en el transporte público, el transporte urbano en la ciudad de Panamá es uno de los problemas más grandes que enfrenta el país en la actualidad.
Objetivo 4: Contar con servicios estructurados e integrados de atención prehospitalaria para las víctimas de traumatismos resultantes del tránsito.
Comentario: Aunque contamos con un sistema de atención prehospitalaria, su eficiencia e integración al sector de la salud está pendiente de evaluación.
Objetivo 5: Mejorar la calidad de los datos sobre las víctimas de los traumatismos resultantes del tránsito para que las tasas de mortalidad y morbilidad puedan reflejar las características de los lesionados.
Comentario: debemos mejorar nuestros sistemas de recolección, procesamiento y difusión de datos e información. Las mejores estadísticas (INEC) datan del 2016, por lo tanto, son extemporáneas.
Objetivo 6: Promover el desarrollo de la infraestructura que favorezca los desplazamientos seguros de todos los usuarios de las vías en ciudades y carreteras; en especial los peatones, ciclistas y motociclistas, quienes son los usuarios más vulnerables de las vías.
Comentario: No contamos con infraestructura que favorezca los desplazamientos seguros de todos los usuarios de las vías en ciudades y carreteras. En nuestras ciudades y carreteras desplazarse a pie o en bicicleta es someterse a un gran riesgo.
Objetivo 7: Recomendar y apoyar al sector responsable para crear o fortalecer un sistema de inspección y revisión técnica de toda la flota vehicular, incluyendo vehículos de dos o tres ruedas. Alentar también a las industrias a alinear los estándares de seguridad con las recomendaciones de los Estados Miembros.
Comentario: Aunque tenemos un sistema formal, hay denuncias de que se puede conseguir el revisado y una placa sin siquiera llevar el vehículo a la revisión técnica. No obstante, la mayoría de los vehículos circulando están en buenas condiciones.
Conclusión sobre la seguridad vial en Panamá
Aunque contamos con un Plan Nacional para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial, el cual está alineado con los objetivos del Plan de Acción, la evidencia diaria revela que no hacemos lo suficiente. No hay suficiente personal para hacer cumplir las leyes y reglamentos, muchos conductores son irresponsables y temerarios y nuestros ciudadanos siguen falleciendo en accidentes de tránsito, como lo demuestran la información que nos proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Censo hasta el 2016 e ilustro en las siguientes dos gráficas: “cada año más de 400 personas fallecen en accidentes de tránsito, casi 13,000 resultan heridas en cerca de 14,000 accidentes”
Es importante destacar que de acuerdo al Plan Nacional Para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020 de la República de Panamá, los costos de la atención de un paciente proveniente de un accidente de tránsito (heridos) le cuesta al Estado Panameño aproximadamente 9,800 balboas y un tiempo promedio de recuperación de 43 días. Por lo tanto, la atención de 13,000 heridos anuales nos cuesta alrededor de 125 millones de balboas anuales. Eso sin contar los gastos de las familias, el costo de 43 días de recuperación y el costo de las reparaciones y pagos de seguros de los vehículos accidentados.
Los panameños tenemos que comprometernos con revertir esta tendencia, comenzando por la recuperación de nuestros valores cívicos y morales, y cuando nos subamos a un vehículo o seamos peatones; tomemos conciencia de los factores de riesgo que influyen en la posibilidad de un accidente y en la gravedad del mismo. Cumplamos con las leyes y normativas de tránsito, y seamos responsables, cuidándonos y protegiendo las vidas de los demás conductores y peatones.
Por su parte el gobierno debe honrar su compromiso, desarrollar una política real de prevención vial y fortalecer el la aplicación efectiva de las intervenciones propuestas en nuestro Plan Nacional para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020, el cual lanzamos con bombos y platillos, confirmando nuestro compromiso nacional con el Plan Mundial de Naciones Unidas para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020.
El desarrollo exitoso del plan requiere que gobierno y sociedad construyamos una cultura de trabajo intersectorial, para que la participación de los sectores gubernamental, la sociedad civil y privado se consolide y profundice.
Nos toca a los panameños cuidar nuestras vidas en las carreteras, ¡Hagámoslo!