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Ambiente saludable condiciones de vida y bienestarLa creación de un ambiente saludable es el camino para mejorar de forma sostenible las condiciones de vida y bienestar. Así lo convinieron los Estados Miembros (entre ellos Panamá) en la recién concluida Asamblea Mundial de la Salud, al acordar la necesidad de ejecutar una nueva estrategia mundial sobre salud, medio ambiente y cambio climático. La estrategia señala la manera en la que el mundo y la comunidad sanitaria deben responder a los riesgos y retos sanitarios hasta 2030, además de garantizar ambientes seguros, propicios y equitativos en lo concerniente a la salud, mediante la transformación de nuestros modos de vida, trabajo, producción, consumo y gobierno.

La respuesta a los desafíos que plantean los riesgos medioambientales y sanitarios  persistentes y emergentes a las condiciones de vida y bienestar,  rebasa el ámbito del sector sanitario formal. La respuesta solo podrá afrontar esos desafíos en toda su magnitud si la encabeza la comunidad sanitaria mediante su participación en las principales estrategias y actividades de planificación, en colaboración con otros agentes, con la finalidad de aplicar políticas multisectoriales de promoción de la salud en sectores y entornos clave. Esta respuesta deberá contar con el apoyo público y un entorno normativo propicio, inspirado y supervisado con arreglo a las mejores pruebas científicas disponibles.

Comparto en esta primera entrega sobre el tema, un resumen de los principales desafíos que tenemos que enfrentar para tener un ambiente saludable, y en la próxima los objetivos estratégicos que habremos de alcanzar para mejorar de forma sostenible las condiciones de vida y bienestar.

Desafíos que tenemos que enfrentar para mejorar las condiciones de vida y bienestar

Antes de entrar de lleno en los desafíos que plantea la OMS, actualizo esta entrega, invitándolos a leer el preocupante artículo publicado hoy en La Estrella de Panamá, titulado “El mar se traga el archipiélago panameño de San Blas”, en el cual se describe la situación que atraviesa nuestro archipiélago producto del aumento del nivel de los océanos, una consecuencia directa del calentamiento global y del deshielo de los glaciales.

No omito subrayar que “el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (IPCC) describió en su quinto informe un escenario desolador y alertó de que, de seguir así las cosas, la crecida media de los océanos podría ser de hasta 30 centímetros en 2065 y 63 centímetros en 2010, lo que sería devastador para un sinfín de comunidades costeras…”

Riesgos medioambientales, enfermedad y muerte

  • Los riesgos medioambientales evitables conocidos representan aproximadamente la cuarta parte de la carga de morbilidad y de todas las defunciones mundiales, que ascienden al menos a 13 millones anuales año tras año.
  • Tan solo la contaminación atmosférica, uno de los mayores riesgos para la salud, provoca 7 millones de defunciones prevenibles cada año; más del 90% de las personas respiran aire contaminado, y casi 3,000 millones de personas todavía dependen de combustibles contaminantes (por ejemplo, combustibles sólidos o keroseno) para iluminar, cocinar y calentarse.
  • Más de la mitad de la población mundial sigue expuesta a sistemas de abastecimiento de agua gestionados de manera insegura, saneamiento inadecuado e higiene deficiente, lo que ocasiona cada año más de 800,000 defunciones prevenibles.
  • Una gran parte de los casos de paludismo y otras enfermedades transmitidas por vectores están estrechamente relacionadas con la gestión y la manipulación del medio ambiente, como el alcantarillado, los planes de regadío o el diseño de las presas.
  • Anualmente, más de un millón de trabajadores pierden la vida debido a que su lugar de trabajo es inseguro, y más de un millón de personas mueren a raíz de la exposición a productos químicos.

Cambio climático: condiciones de vida y bienestar

  • Está provocando un aumento de la frecuencia y la intensidad de las olas de calor, las sequías, las grandes precipitaciones y los ciclones intensos en muchas zonas, y modificando los patrones de transmisión de enfermedades infecciosas transmitidas por los alimentos o el agua y enfermedades zoonóticas, con nefastas consecuencias para la salud.
  • Consecuencias de los cambios y riesgos medioambientales planetarios: rápida pérdida de la biodiversidad y de la estabilidad de los ecosistemas, que amenazan la seguridad hídrica y alimentaria; la protección frente a los extremos meteorológicos, y el descubrimiento de nuevos medicamentos.
  • Las poblaciones vulnerables o que se encuentran en situación de vulnerabilidad corren un riesgo mayor. Las posibles consecuencias de largo alcance incluyen la escasez de agua y las migraciones forzadas, con las tensiones políticas que ello acarrea.

Riesgos medioambientales tradicionales para la salud pública

  • Aunque se han conseguido importantes progresos para proteger a las personas contra los riesgos medioambientales conocidos mediante el establecimiento de normas, reglamentos, directrices y aplicación de soluciones. No obstante, el desarrollo desigual ha dejado rezagada a una gran parte de la población mundial que aún carece de acceso a servicios ambientales básicos tales como el saneamiento, el agua de bebida salubre, el aire limpio y las fuentes fiables de alimentos. Además, existen deficiencias en las capacidades institucionales para proteger la salud mediante la legislación, la gestión de los peligros químicos y de otro tipo, y la respuesta a emergencias.

Nuevos riesgos medioambientales, climáticos y sanitarios

  • Los ejemplos más recientes de riesgos medioambientales incluyen la gestión de desechos electrónicos, determinadas nanopartículas, microplásticos y perturbadores endocrinos. El mundo está cambiando rápidamente a un ritmo acelerado en lo que respecta a desarrollo tecnológico, nuevas formas de organización del trabajo (como las plataformas digitales, la subcontratación y el teletrabajo), mayores migraciones, cambio climático y una creciente escasez de agua.
  • Los cambios a gran escala que las sociedades siguen experimentando incluyen: crecientes demandas de energía, transporte e innovación tecnológica, con la ampliación de la gama de opciones necesarias para satisfacer la demanda; urbanización, habida cuenta de que más de la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades (esa proporción aumentará a casi el 70% para 2050); y mayor movilidad de las personas, bienes y servicios.
  • Los entornos urbanos deficientemente planificados y gestionados, con sistemas de transporte insostenibles y sin acceso a zonas públicas y verdes, aumentan la contaminación del aire, el ruido y las islas de calor, reducen las oportunidades para realizar actividad física y acceder a trabajos dignos y a la educación, y tienen repercusiones negativas en la vida de la comunidad y la salud física y mental de las personas.

Sostenibilidad de los sistemas de salud

  • Están en riesgo si no se abordan seriamente los determinantes generales de la enfermedad. Aproximadamente, un 10% del producto interno bruto mundial se dedica a la atención sanitaria, pero la cantidad destinada a la prevención es muy baja. Las elevadas y recurrentes tasas de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias y enfermedades no transmisibles causadas por el medio ambiente suponen una pesada carga para los servicios de salud y los presupuestos nacionales.
  • Los recursos financieros y humanos asignados a la promoción y la prevención primaria siguen siendo insuficientes para reducir la sustancial carga de morbilidad debida a riesgos ambientales para la salud. Mientras las estructuras de precios no reflejen los costos de todas las consecuencias de las políticas, las tecnologías y los productos, estos costos seguirán transfiriéndose al sector sanitario y a la ciudadanía.
  • Es preciso evaluar mejor los efectos sanitarios derivados de las condiciones de empleo y los riesgos relacionados con el trabajo, entre ellos los productos químicos, los peligros en el lugar de trabajo, el trabajo sedentario, las jornadas de trabajo prolongadas, el trabajo por turnos y la migración de los trabajadores. Asimismo, se necesitan más pruebas científicas que respalden soluciones y estrategias eficientes y sus costos financieros, así como su aplicación efectiva. La comunicación de esas pruebas y la información de salud pública se transmite cada vez más a través de nuevas plataformas, que se han de utilizar al máximo de sus posibilidades.

Modelo de atención, condiciones de vida y bienestar

  • Los enfoques centrados en el tratamiento de enfermedades individuales, en lugar de atenuar los efectos negativos de los determinantes de la salud, serán insuficientes para abordar los actuales desafíos sanitarios relacionados con el medio ambiente y es poco probable que mediante enfoques centrados en determinantes individuales se alcancen las mejoras previstas en materia de equidad sanitaria y bienestar, habida cuenta de la compleja interacción de factores en la interfase entre los países, la sociedad y los individuos.

En la próxima entrega analizaremos los objetivos estratégicos propuestos para mejorar de forma sostenible las condiciones de vida y bienestar

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